Rubio, rubio, rubio.

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El chico Rubio, que probablemente era un trabajador de medio tiempo. Me quedé atónito un par de segundos, aunque después de estar casi tres minutos contemplandolo, volví a la realidad sacudiendo su cabeza.

Rojos.

Tenía ojos rojos, iguales a la de un rubí, brillosos y saltones. No podía estar más que seguro que sentía algo al mirarlo. ¿Acaso estaba hablando?, debería atender a lo que habla, pero aún así me gusta contemplar y seguir oyendo esa amable y linda voz, luego de unos segundos reaccionó, sacándolo de sus pensamientos y dejándolo en la realidad.

Aunque a diferencia de el de cabellera rubia, estaba más al pendiente de sus clientes, a que el rostro sin expresión de aquel chico de piel morena.


"¿Disculpe, se le ofrece algo?" , mm, su voz era algo chillona, parece un niño de Kinder. Pero aún así, le resultó encantadora.

Hasta que recordó la razón por la cual estaba parado en la florería.

CARAJO.

"Ah, eh, ¡Si,si!, quisiera un arreglo o un ramo, la verdad es que no sé.. son para mi novia."
Dudé un poco al decir la última frase, ¿Qué es esto? ¿Por qué mierda estoy dudando? ¿Qué me está pasando? ¿Acaso estaba pensando en olvidar a Quenie, la chica la cual siempre estuvo flechado.. y hablar a un chico que recién había visto?

"Oh! Qué lindo la verdad, me gustaría que me regalaran alguno estos días, pero bueno. ¿Tienes algo en mente? ¿Sabes cuáles son sus flores favoritas?"  Las manos de aquel chico, cuyo nombre estaba pegado en un papelito aquel mandil que siempre utilizaba; "Evan".

Tiene un tierno nombre.

Aunque lo negara, era casi inevitable dejar de ver fijamente a tal chico con bellos ojos rubís, al igual que su cabello, era muy hermoso; algunos cabellos eran medio rulosos y estaban esparcidos por su frente, aunque tuviera más de 18, lo cual creía el de piel morena a no saber su edad; parecía ser un adulto la cual tenía la personalidad de un niño, pero al parecer se veía que trataba de ponerse serio y divertido con los clientes.

"La verdad es que no recuerdo muy bien sus flores favoritas, ¿Me podrías enseñar algunas flores?" No es que recordara exactamente las flores favoritas de su pareja, se había olvidado completamente.

Evan no dudó ni un segundo, y tomó con delicadeza la mano del piel morena, conduciéndolo hacia el invernadero, donde aquel aroma de las bellas flores era más notable que la luz del sol, o cualquier otra cosa.

El de ojos rubís, habló más callado  y relajado, como si estuvieran en un templo místico, el cual debería ser respetado y alabado. Y hablando bajo, le explico algunos de los significados de las flores que se encontraba allí, mientras que le enseñaba cuales les podía gustar a su pareja, para después hacerle cumplido a las pequeñas florecillas y oler su agradable aroma. Parecía calmado, aunque también era un poco raro; pero aún así no le parecía incómodo, si no que al contrario, le parecía agradable y lindo.

Pero, recordar a Quenie fue un golpe para él, pues estaba completando y viajando entre dos rubís, pero; "Agh, Mierda". 

Él nunca pensó que hablar sobre coloridas flores, serían tan agradable. Miro discretamente un collar que llevaba Evan, el cual tenía un figura de un gato, al parecer también tenía un amor y aprecio a los gatos, ya que parecía ser un gato de los cuales son re hiperactivos y juguetones; en cambio a él que parecía un gato negro con ganas de tirarse un tiro.

El de piel morena era en su mayoría serio, con lo cual seguía teniendo el ceño fruncido, haciendo aquello que hacía poner un poco nervioso y sonrojado a Evan. Pero Johan era un poco torpe en tanto al tema de lo social, pero a diferencia de Evan que parecía tener la personalidad de Pinkie Pie..

 Pero Johan era un poco torpe en tanto al tema de lo social, pero a diferencia de Evan que parecía tener la personalidad de Pinkie Pie

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                                                           Johan gatito :3

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