Capítulo I

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Un nuevo día, nueva mañana y eso solo podía significar una cosa... Tener que ir a la escuela, tener que ver y convivir con aquellas personas no tan agradables en su mayoría. Y es que, no la mal entiendan, de cierta forma, disfruta el estudio pero solo lo necesario.

Por suerte, los padres de Kim Chaewon no eran demasiado estrictos, sabian comprenderla, escucharla, sus límites y cosas como esas, en especial, sabían apoyarla. Los padres de Chaewon y su familia en general, era una de las principales familias más influyentes en Seúl, siendo, como Chaewon solía decir, asquerosamente ricos. Y, aunque, al ser personas tan influyentes, debían conservar una buena imagen, pero eso no los detenía en darle la suficiente libertad a Chaewon y poder ser los mejores padres para ella.

Ellos habían tenido muchas dificultades para tener un hijo, por lo qué, cuando llegó Chaewon a sus vidas, fué y es el tesoro más preciado en sus vidas. Se encargaron de estar presentes todos los días en la vida de su hija, no podían poner primero sus obligaciones y luego a su hermosa niña, jamás lo harían. A medida de que Chaewon fue creciendo y comenzó a ser consciente del entorno que la rodeaba, entendió que sus padres eran personas muy ocupadas, por lo qué a sus seis años de edad, les sugirió y prácticamente pidió que contrataran a una Nana para que la cuidara y ellos pudieran encargarse de sus asuntos.

Con dificultades, ellos terminaron aceptando. Así fue como contrataron a la Señora Ahn, una señora un poco mayor ya pero que había demostrado en su periodo de tiempo, ser una buena Nana para su Chaewon. Antes de ser contratada, la Señora Ahn les mencionó que tenía un nieto mayor que Chaewon sólo por un año, los señores Kim le dieron el permiso de que ella trajera a su nieto en su horario de trabajo. Tal vez, podría hacerse amigo de su Chaewon y no les desagradaba la idea.

En su infancia, Chaewon había tenido ciertos problemas a la hora de demostrar sus emociones y por ende, también le costaba el contacto físico. Con ayuda de SooHo, Chaewon fué capaz de ir desarrollando aquellas cosas. El Sr.Kim no podía estar más feliz, satisfecho y agradecido con esas dos personas que entraron a sus vidas, siendo así, él veía en SooHo el hijo varón que nunca tuvo, tratándolo como tal, como si fuese su hijo.

Entonces, volviendo a la actualidad. Chaewon caminaba por las tranquilas calles de Seúl en dirección a su escuela, la cual, al ser tan temprano, estaría vacía y eso era lo mejor. Mientras caminaba por los pasillos para llegar a su salón, vió la espalda de SiEun, esta simplemente continuó caminando tranquilamente. Al llegar a la entrada de su salón se topó directamente con SiEun que apenas iba a entrar, ella pensó que él entraría y dejaría que la puerta se cerrara importándole poco la presencia de ella. Diferente a eso, el chico abrió la puerta y esperó a que Chaewon entrara primero.

-Buenos días, SiEun... Y gracias — expresó con amabilidad sin esperar una respuesta de este, sabiendo como solía ser. Se sentó en su lugar, el cual era adelante de SooHo, que era el último de la fila.

Al cabo de unos minutos llegó SooHo —. Buenos días, mi Chaewon — se sentó en su lugar, no sin antes dejar un beso en la frente de la pelinegra.

-Buenos días, SooHo — apretó ligeramente su mejilla.

La mañana transcurrió con tranquilidad, Yoon SiEun y Jeon YeongBin ganaron premios por la competencia de matemáticas, siendo la pelinegra la única que aplaudió cuándo le dieron el premio a SiEun, pero poco le importaba.

-Tiene que ser más sexy.

-Mueve tus caderas.

Este tipo de cosas eran las que se escuchaban por parte de YeongBin y sus amigos, molestando a un estudiante haciéndolo bailar y grabándolo. YeongBin se acercó al chico y le susurró, para después mandarlo a comprar bebidas para ellos.

SAVAGE [Weak Hero Class 1] | ʏᴏᴏɴ sɪᴇᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora