●2●

371 22 52
                                    

Al día siguiente, Paul estaba awitado porque justo cuando le iba a pedir el número a Cris, justo se fue, era eso o estaba entrando en la locura total y el de lentes era producto de su imaginación, pero ni modo, hay que comer. El pelirrojo estaba en la cocina cortando un pedazo de la torta de manzana del mostrador, y al terminar, salió de la cocina con la bandeja del pedido, que repentinamente tuvo que dejar a un lado cuando el castaño lo agarró del brazo para arrastrarlo con él.

-¡Mira quién te vino a visitar! -Dirigió sus ojos al frente, topándose con los del peliazul que creía que era una alucinación suya. Y cuando hicieron contacto visual, se pusieron peor que un tomate- Cris, te presento a Paul, y Paul, ¿Podrías hacerle un batido de fresa a nuestro amigo Cris?

En ese momento, Vladimir salió de la cocina para dirigirse a dejar un pedido, pero cuando vio el momento que sucedía, se acercó y le jaló las orejas a Miguel.

-Disculpe las molestias, enseguida le traemos su pedido. -Metió casi a patadas a Miguel en la cocina, en cambio, arrastró a Paul a la misma.-

La puteada que Vladimir le dio al castaño no se compara con nada, mientras, Paul miraba como buen espectador que es, claro, eso hasta que lo mandaron a entregar los pedidos ya servidos. No fue problema, de hecho, hasta lo agradeció internamente, pero al momento de entrar de nuevo, se quedó congelado, y no, no era porque ya pasaron 12 minutos desde que se fue y sus compas siguieran peleándose, sino por que el de lentes se sentó en la misma mesa de ayer, cosa que hacía que el colorado temblara más que Chile. Se preguntarán, ¿Qué hizo Paul ante esta situación? Simple, darse la vuelta completa por afuera y entrar por la puerta de atrás (donde daba al basurero) a la cocina, porque para valer verga se tiene que ser el mejor oziozi.

-¿Cómo te fue? -Preguntó el azabache, quien le ponía alcohol en una herida del pendejo monumental de Miguel-

-Por lo que veo te emocionaste, y mucho diría yo. -Dijo el azabache, para después, señalar la entrepierna de su compa-

No tardó mucho para que el colorado se diera cuenta de que su pilin se había levantado por la adrenalina y emoción al momento de su escapada. ¿Qué tuviste que hacer en tu vida para qué se te pare en pleno trabajo, y más encima, que tus amigos se burlen de tu desgracia? Eso mismo se preguntaba el pelirrojo mientras (en efecto) a las personas que consideraba sus hermanos de toda la vida se reían de la mala suerte que llegaba a tener, y más si era en la chamba.

Al terminar de entregar todos los pedidos ya se estaban preparando para cerrar y no verse hasta dios sabe cuanto tiempo, claro, ese era el plan del colorado hasta que vio como el de pecas se levantaba de su mesa y botaba el vaso de plástico que había usado.

Era ahora o nunca.

Paul salió rápidamente de la cafetería para dirigirse al peliazul, quien estaba esperando en la parada de autobús a su transporte premium. Este, al darse cuenta de que pelirrojo se estaba acercando, entró en pánico y se tapó la cara, ya que siempre había creído en el dicho ''Si no los veo, no me ven''.

-Cris... -Llamó el pelirrojo- Primero que nada, si te puedo ver. -El menor se destapó la cara para darse cuenta que era bien pinche enano (Paul le ganaba por alrededor de 10 centímetros)- Segundo, perdóname por tratar de ignorarte en la cafetería.

-¿A-ah?

-Sí, estuve mal, no debí hacerlo.

-...¿Qu-

-También por no darte el cambio en la mano, casi te olvidas por mi culpa. -El pecoso estaba confundido respecto a las disculpas del colorado- Bueno, seguro estarás confundido por todas estas vueltas, pero... ¿Podría tener tu número?

-...¿Solo me querías preguntar eso? -Preguntó el de lentes rojos, pero antes de que el otro le contestara él mismo lo hizo- ¿Sí sabías que te lo dejé en la servilleta que no usé en la mesa, verdad?

-... Habla serio.

-Hablo serio.

Al entrar en el lugar de su chamba, Vladimir estaba sentado bien gracias en el mostrador, leyendo una servilleta a lo bestia.

-¡Paul, aquí está su número! -Dijo Miguel a su compa, quitándole la servilleta de la mano al gay de Vladimir-

-Sí, ya me enteré.

-¿Y eso?

-Me lo dijo.

-... Tu inteligencia es una maldición Paul, perdón que sea yo quien te lo diga. -Después de darle un zape al colorado, Vladimir juntó al anterior nombrado y al Miguel en un abrazo 100% hetero-

Al llegar a su casa, el pelirrojo añadió el número de Cris a su celular, hablaron de sus gustos musicales hasta que dieron las 2:19AM, se dijeron buenas noches y Paul se chaqueteó pensando en el peliazul (Esto último es bait, por favor no me quiten el internet 😥).

~Batido de fresa~ (Cris x Paul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora