Soledad.

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-Pienso que debería mudarme de ciudad, ¿Qué dices?-se quedó callado sin responder-¿Me vas a extrañar? ¡No temas! Volveré de visita y la casa de playa quedará aquí.

Aparté la mirada del horizonte observando ahora esa presencia junto a mi, el animal extendió sus enormes alas y emprendió vuelo ignorandome. En efecto, le estaba hablando a una gaviota.

-Necesito alguien con quien charlar...-Agarré una gran bocana de aire afirmando mi frente sobre mis rodillas-Estar solo puede ser horrible de vez en cuando, desearía tener un amigo.

En medio del remordimiento algo más despertó en mi ser, un "Grrr~", se hizo notar el hambre, lo que me hizo recordar que no había ingerido nada en el desayuno, almuerzo y ya casi era hora de la cena. No me importaba mucho el morir de inanición, sin embargo amo con toda mi alma comer a pesar de que la comida no tuviese un destino agradable.

Me levanté de la arena limpiando mi short mientras caminaba hacia la entrada de mi casa dedicandome a admirar todo con detenimiento. La madera en las paredes, suelo, balcón e incluso los enormes soportes de la casa eran cubiertos por musgo de de diferentes colores en distintas áreas goteando una sustancia brillante que sólo era perceptible durante la noche, el agua que estaba cerca brillaba por los cristales fuera o dentro de ella, los faroles que coloqué en el lugar le atribuían un aspecto más antiguo del que ya tenía y sin embargo, aunque a muchos otros les pareciese perturbador, para mí era un santuario; sentir la brisa fría de la costa durante la noche o por las mañanas desayunar en mi balcón bebiendo soda acompañado del sonido de la espuma en la arena, eso era totalmente perfecto.

Una vez dentro cogí rumbo hacia mi habitación y luego de unos minutos decidiendo qué ropa usaría me decidí por una sudadera blanca olgada, jeans cafés, botas de cuero blanco y una bufanda azul conformando mi "Improvisada" vestimenta. Salí de casa Cerrando la puerta de madera y en un susurro avise que ya me iba. Desde hace tiempo había empezado a hacerlo, consideraba que así tal vez me sentiría menos solo. Cuando estuve frente al alambrado que me separaba del mundo suspiré resignado dando un leve golpe con el pie en la arena que me impulso hacia el otro lado, tenía planeado aterrizar suavemente cuidando de no lastimarme y sin duda fácil fue para el mundo el darme un cálido recibimiento del otro lado.

-¡Cuidado!-Me gire para observar a la persona que había gritado recibiendo un balonazo en su lugar.

Por el golpe perdí la concentración cayendo sobre mi trasero en el duro pavimento ¡Joder! Sí que dolía, al menos no fuí el único que pago el precio ya que el balón había quedado atado en el alambre de púas perdiendo todo el aire que contenía. Me levanté del suelo echando humos dispuesto a encarar al imbécil que Había lanzado la pelota.

-¡Maldición!-Y mi carácter de la verga se hizo notar.

-¡E-en verdad lo siento! ¿Te hiciste mucho daño?-Al estar cerca de mi lo fulmine con la mirada. Él tembló levemente intentando que yo no lo notará.

-Ten más cuidado en donde juegas ¡¿Ya ves lo que hiciste?!

-¡Ya me disculpé! Además, fue un accidente, sólo la lancé demasiado fuerte. El punto es que lo siento ¿De acuerdo?-Observo a mis espaldas haciendo una mueca de disgusto-Mi balón...

-Lo tendrías aún si fueses más cuidadoso-Respondí cortante. Me enderece limpiando mis pantalones preparado para irme y dejar a ese idiota allí hasta que me fijé de algo.

Él tenía una gema en su frente, era tan brillante como el neón amarillo y latente de electricidad. Quedé embelesado durante algunos minutos observándolo ¿Será verdadera? Creo que solo había un modo de saberlo.

-Linda Gema-Mencioné dudoso-¿Es un adorno?

-No, la tengo desde que nací-Volteó a observarme de manera inquisitiva-Ya me voy, lamento lo que sucedió.

Sin decir más sobre el tema de la pelota se marchó. Nunca antes había visto a ese chico, quizá es un turista.

Pasado un rato terminé mis compras en el centro comercial y continúe mi camino sin importar cómo la gente me observara. Poco a poco fuí el único que quedaba en la calle pero poco después no pude evitar sentir que alguien seguía mis pasos así que solté las bolsas de comida en el suelo imaginando un mini cohete de ruedas a motor con un orificio donde irían mis cosas. Automáticamente mi gema desprendió un brillo rosa vino tinto creando lo que visualicé en mi mente, era divertido poder hacer esto aunque me negase a admitirlo.

-Creo que tendré que patinar a casa... Esto no me da muy buena espina-Di un pequeño golpe con el talón al asfalto desplegando las pequeñas ruedas ocultas en mis botas y sonreí arrancando a toda velocidad.

Cuando estuve cerca paré viendo que había una fiesta en el club de en frente. Todos los ahí presentes bailaban a las afueras del local en la pista que se iluminaba con cada paso que daban, los observé por un momento y al darse cuenta el DJ detuvo la música haciendo que los demás también me mirarán susurrando cosas inaudibles para mí. Suspiré dejando que me oyeran, cerré los ojos y flote hasta el otro lado del alambrado, así me sería más fácil avanzar sin estorbar. Al entrar en mi humilde morada me preparé un sandwich, hice algo de ejercicio, me duche y ya cuando no tenía más que hacer me resigné a leer un libro. Acomodé el sillón para que fuese de mi agrado si perdía la conciencia en algún momento, sin embargo mientras más leía no lograba asimilar las palabras pensando en el chico que había visto ésta mañana.

-No estoy acostumbrado a las personas...--Susurré cerrando los ojos rindiéndome ante el sueño.

Transcurrió un rato y algo me despertó llamando bastante mi atención.









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Bien, esto salió. La nueva corrección, arreglaré todos los errores que cometí en está novela y terminaré lo que inicié porque en verdad extraño escribir aún cuando ya muchos lo olvidaron.

Bye bye

PDT: ¿Alguien sabe por qué los guiones en los diálogos salen tan pequeños? Juro por caos que pongo estos — y salen éstos - los he cambiado muchas veces y ya no sé qué hacer.

Save me UvU-

($on∆dow) Gemas Mágicas ~EN EDICIÓN~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora