¿Convivir?

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Salté sobre la barra de la cocina con todas las intenciones de llegar a la habitación cuanto antes para ver qué era lo que estaba sucediendo. Esa puerta sólo podía abrirla otra gema desde dentro o fuera y era la única que, hasta donde yo sé, estaba aquí bajo el mismo techo.

Antes de continuar con mi cometido escuché al erizo albino llamarme.

—¡Oye!

— ¿Qué sucede? No sé si lo notas, pero tengo ciertos fallos con mi cálculo de las cosas — respondí haciendo una señal de cabeza y apuntando con mi dedo pulgar a la habitación.

— Es sólo que... — dudó un poco si decirlo —¿Puedo ir contigo? Quizá sea de ayuda.

— No creo que seas de ayuda en algo así —tuve la intención de seguir mi camino pero me detuve en seco sin voltear a mirarlo — ven conmigo.

Escuché cómo se levantaba siguiéndome apresurado, no pude ver su rostro, pero posiblemente estaba sonriendo por la emoción, yo simplemente me limitaba a esconder el nerviosismo que me causaba su cercanía.

Al entrar abrí mis ojos de par en par esquivando ágilmente un rayo que vino directo hacia mi, cuando me aparté este pasó entre las piernas del muchacho haciéndole soltar un grito de impresión.

— ¡Hubieras avisado! ¿Era tan difícil decirme ¡Quítate!? —se quejó agitando los brazos con desespero.

—Perdón, es que me bloqueé y no sé tu ¡NOMBRE!—respondí empujándolo contra la pared para que esquivara otra carga eléctrica.

— ¿¡Fue por eso!? ¿¡Enserio!? —me gritaba sujetando sus espinas con exasperación mientras moviéndose a lo largo de la pared esquivaba las descargas.

Tan sólo le ignoré, si alguno de esos le daba estaría bien... Creo. Más importante aún ¿Qué le sucedía a la gema? Se supone que mientras estuviese en aquel estado no podía reaccionar a los estímulos externos. Entre pensamientos un dolor punzante me interrumpió quemándo y brillando desde mi hombro obligándome de alguna manera a mitigar esa sensación que ahora recorría mi cuerpo. Pude sentir lo que ella por un momento, no estaba reaccionando a nada, se estaba comunicando.

Como pude estiré mi mano en su dirección creando una esfera para impedir que interactuara con otros artefactos, todo el bullicio de repente se detuvo. Mis computadores se encendían, se apagaban, eran recorridas por la energía e incluso mostraban imágenes con estática. En una de ellas, la cual el chico que estaba conmigo fue a apagar, vi inscrito en un idioma que a pesar de no ser el mío pude entender, decía "Ayúdame". Un escalofrío recorrió mi espalda sin saber el por qué y suspirando observé el resto de la habitación.

Los estantes estaban desordenados, los libros en el suelo amontonados, mis materiales de dibujo al igual que muchas golosinas y ropa se esparcían por doquier. Caminé un poco con la intención de ver qué desastres habían quedado al fondo del cuarto soltando un suspiro desde lo más profundo de mi ser al ver las plantas y bonsáis rotas entre sus macetas quebradas por el impacto. La tierra parecía haber sido manipulada por la estática formando un dibujo o una palabra incompleta.

I am h...

— Esto ha quedado muy mal, ¿Crees poder salvarlas? —se hizo notar el albino luego de un rato en silencio, estaba agachado junto a mi mirando con lástima las plantas.

— lamentablemente no... Pero qué importa, puedo sembrar otras —escondí mitad de mi rostro tras mis rodillas.

— Son muy bonitos aún en el suelo, aunque veo algunos muy raros como aquel que tiene esa cosa blanca y cristal en las raíces — señaló un arbolito pequeño el cual en lugar de tener hojas normales tania un algodón muy esponjoso tintado de ciertos tonos pastel, por debajo de éste asomaban sus raíces con algunas semillas.

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2018 ⏰

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($on∆dow) Gemas Mágicas ~EN EDICIÓN~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora