Sin aviso

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Había llegado el fin de semana ya por fin.
Una adormilada Frida se despertaba con los rayos de sol que entraban por la ventana.
Aún con lagañas en los ojos, desenchufo el móvil del cargador y lo cogió recostándose en su cama. Abrió la bandeja de notificaciones y vio los mensajes del grupo que tenía con los chicos y lo primero que vio fue un número desconocido en el que le respondía a uno de allí, "si, claro.".

Le dio a la notificación para entrar a ver el chat y seguido preguntó: "¿Quién es?"

Pasaron poco minutos hasta que obtuvo una respuesta:
"Hola, Frida, soy Mariana. Uno de los chicos me unió, espero no te moleste. Estamos jugando a la consola."

"Espero no te moleste". Claro que molesta, molesta mucho. ¿Cómo qué la unieron? Los chicos sabían perfectamente que ellas no se llevaban bien. (Muy evidente el "incidente" de hace tan solo dos días)

Y un minuto después, ese número desconocido contesto: "¿Tú eres Frida? Oh, los chicos me unieron al grupo, espero no te moleste 😀"

Claro que molestaba, y mucho. Pero no quería quedar como mala. Así que simplemente le dejo en visto.

-Esa maldita metiche. ¡Joder, que rabia! Imbécil, me está jodiendo.- Y si que estaba enfadada, tanto que tiro sus almohadas a la pared.
-MALDITA ZORRA- Gritaba aprovechando que su madre estaba trabajando, otra vez.

Simplemente, ya que estaba vestida con un chándal básico de Adidas, cogió su móvil y salió de casa, necesitaba comprar ingredientes para su cena. Ya que siempre cenaba sola y comía sola. Una casa espectacular, sin supervisión ni quien te mangonee.

Iba marcha al Mercadona, solo estaba a 10 minutos de él.
Se iba a hacer unos espaguetis, tenía ganas de eso hoy.

Cuando llego, fue directamente a los ingredientes y luego a la sección de pasta. Se haría comida para hoy y mañana por una pereza tremenda.
Se dirigía a la caja mirando su teléfono metida en Instagram hasta que de pronto se choca con alguien un poco más alta que ella.

-¡Eh! Más cuidado imbec- - se cortó ella misma al mirar arriba. Una chica, la chica de sus sueños y pensamientos antes de irse a dormir (pero claro, ella no lo admitiría) Jimena le entendía la mano desde arriba con una sonrisa.

-Lo siento, Frida. Iba pensando en mis cosas y no te vi. ¿Estás bien?- Jimena tomó la mano de Frida, embobada en esa sonrisa perfecta. En cambio ella, tenía los dientes de abajo medio chuecos y las palas de arriba levemente separadas. Jimena con una nariz griega pero que le daba un toque a su cara y unos ojos verdes intensos.

-Sí, estoy bien.- dijo embobada con un leve rojizo en sus mejillas.

-Y ¿Qué haces aquí?- preguntó.

-Ah nada, solo comprar la cena de hoy, ¿Y tú?- dijo señalando lo que tenía en mano.

Estaban de conversación hasta que aún no se dieron cuenta que tenía las manos unidas. La primera que se dio cuenta, obviamente fue nuestra protagonista, la cual estaba aún más roja y miraba para los lado.

-¿Frida? ¿Estás bien?- confundida, en unos segundos más tarde se dio cuenta de lo que pasaba. Sus manos. Jimena en seguidas la aparto porque pensó que Frida se sentía incómoda o algo por el estilo. -Lo siento-

-Ah, no te preocupes. ¿Tú para dónde ibas?- intento disimular el color tomate de su cara.

-Pues yo también iba a comprar algo para la cena. Comeremos mi madre y yo. Miguel está en casa de uno de sus amigos, que se queda a dormir allí.- hizo un corte- ¿Te gustaría venir a comer con mi madre y conmigo?-

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⏰ Última actualización: Jan 12 ⏰

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