¿Quién es?

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Viernes por la mañana, diciembre y se acercaban las vacaciones de navidad. Solo una semana y todos los adolescentes hormonales podrían ir a sus casas, con sus familias. Y ya de paso, ir de botellón y no tener que agobiarse por los estudios.

Frida llegaba con su mochila a clases. Fue entrar por la ventana y ver estuches volando.

-¡Eh! Pasadme el estuche, ¿De quién es?- dejaba su mochila negra de "Levis" en su asiento y con una sonrisa gritaba para que se le escuchase por toda la clase. Amaba la atención de todos, le daba igual si era para bien o para mal.

-No, devolverme el estuche. ¡Parad!- una de sus compañeras cabreadas gritaba a quien le estaba quitando su objeto.

Nadie le pasó el estuche a Frida, pero ya que había caído al suelo, ella aprovecho para humillar a su compañera.

-Tal vez si te taparas un poco y no parecieras una cualquiera te tomarían en serio, ¿Sabes?- se reía con el estuche en mano agitandolo.

Yenifer, la chica de cuyo estuche estaba en manos de la pick me, se dirigió a ella enfadada y le arrebato de un manotazo su propiedad.

-Que pesada, con razón.....- fue susurrando lo último caminando a su asiento que Frida no fue capaz de oírlo. Pero bueno, tampoco le importo mucho que digamos.

Justo en ese momento entró la tutora de la clase y no entró sola, sino con una chica.
No había oído que vendría una nueva a clase, nadie le había dicho nada. A lo mejor sería como las demás. Y al parecer no era nada especial a como era ella. Venía maquillada. Era bonita pero tampoco para tirar cohetes, simplemente es otra más.
Espera... ¿Miguel y ella se acaban de saludar? ¿Qué? Miguel no le había hablado sobre que se conocían o que iba a venir a su clase, ni siquiera si eran amigos o tenía más amigas aparte de ella.

-Buenos días, chicos. Os presento a la nueva alumna de esta clase que será vuestra compañera a partir de ahora. Espero que le acojais y que os llevéis bien si es posible.- señalaba a esa tía. Uff, solo la ha visto y ya presiente que algo pasará. -Presentate entonces, y si 3 cosas que te gusten si quieres.-

-Sí, claro. Me llamo Mariana, tengo 17 años y soy de aquí solo que me he cambiado por otros asuntos. Me gusta la pizza, los perros y hacer amigos.- una sonrisitas, una puta sonrisitas.

La cara de Frida solamente en ella solo había asco y cara de "¿y está puta niña?".
En un momento a otro todos se estaban presentando en fila, uno por uno. Hasta que le tocó a ella. Debía aprovechar está oportunidad. Nada de desperdiciarla. Se iba a cagar, ya verá.

-Yo soy Frida y también tengo 17 años. Me gusta el fútbol, los videojuegos y las motos.- estaba pensando en qué preguntarle hasta que cayó. -Pero ¿Te podría hacer una pregunta?- la chica que aún estaba de pie, asintió con una sonrisa. Pobrecita, no sabía el infierno que le tocaría tener a Frida de compañera.-¡Bien! Entonces... Tú cara es así o se ha escapado de una pintura abstracta de algún museo?- y lo próximo que se oyó fueron risas de sus compañeros, solo chicos, excepto Miguel. Literalmente era el que no tenía ninguna expresión aparte de molestia en la cara. Y por otra parte, Mariana, la cual la sonrisa ya se había desvanecido.

-Frida, no voy a tolerar este comportament- - fue interrumpida la profesora por la misma chica que tenía a su derecha.

-No se preocupe, se yo como responderle.- dijo con una mano en el hombro de su mayor. -No lo sé, Frida. Pero si has dicho que soy de algún museo será porque valgo más que tú.- dicho eso, fue y se sentó en el pupitre que tenía delante de ella.

Otra vez risas, pero no fue solo de los chicos, sino de las chicas... Los chicos estaban haciendo un "ohhh" "Frida, ¿te vas a callar?" "Te ha callado, amiga".
Se las pagaría. No sabe con quién se está metiendo.

-No, simplemente he dejado que diga lo que quiera, sino me llevan presa por atacar a una feminista- disimulo con una carcajada. Pero en realidad, no sabía cómo rematar.

Las clases siguieron hasta que llegó la hora del recreo. Todos salieron disparados corriendo hasta ese espacio para correr, gritar, o incluso fumar al no ser vigilado por los profesores.
Pero por primera vez, Frida no iba corriendo, en realidad, iba tranquila. Aún que más bien, "tranquila" no sería la palabra adecuada, sino, ofendida.
Le habían callado. Nadie en lo que lleva de bachillerato la habían callado. Tal vez en el instituto sí, incluso en primaría. Pero eso era otra historia, otra Frida.
Estaba indignada, no sé iba a quedar de brazos cruzados mientras una chica cualquiera, una mimada, se iba de rositas. ¿Qué tal si la reemplazaban? ¿Sí ya no era el centro de atención o les caía bien a los chicos? Joder, tenía que hacer algo, pero ¿El qué?

Frida iba atrapada en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien le estaba gritan. Hasta que reaccionó porque esa persona le tocó el hombro. -Frida, te estaba llamando para que vinieras, ¿Estás sorda o qué?- dijo uno de los chicos, Rafael, o más bien Rafa.

Todo iba bien, de nuevo Frida volvió a su trance de ser "la elegida por los chicos" hasta que vio a Mariana. La puta entrometida de su clase.

-¿Qué hace ella aquí?- preguntó, con ansias de que le dieran una respuesta de inmediato.

-¿No lo sabías? Miguel y ella son novios- dijo Rafa.

¡Claro! Son razón esas sonrisitas y miraditas en clase. Pero... ¿Por qué no le había dicho nada? Se supone que está enamorada de él. Pero claro, ella simplemente pensaba que se hacía el difícil, por eso no le dijo o pensaba que tenía a otra.

-A-ah pues, vale emm- qué tenía que decir, ¿QUÉ SE SUPONE QUE DEBIA DE DECIR? Nada, ninguna palabra, ningún gesto, simplemente, incomodidad. Quería irse, menos mal que solo faltaban dos horas y se iría. Pero que hacía durante el tiempo que quedaba, que pensaba.
Y un reflejo salió por si solo. Sentarse encima de Rafa. ¿Por qué? ¿Por qué no? Y acto seguido lo hizo, sin más. ¿Y Rafa qué hizo? Seguirle el juego.

Las miradas de todos se clavaron en esa situación, incluida las de Mariana. Menos Miguel. Él era el más incómodo de todos. Pero el no tenía derecho a estar de esa forma, no después de callarse que tenía novia.

Y algo vino a la mente de Frida. La silueta de una chica. Pero no cualquier chica, sino la de Jimena. ¿Por qué estaba pensando en ella ahora? No era el momento.
Y entonces Frida se quitó encima de Rafa, pero simulando unas risitas para disimular la incomodidad que acababa de sentir.
Joder, de esto se acordaría como para los siguientes tres meses cada noche.

Como si nada, todos cambiaron de conversación a la profesora de lengua.
Pero sentía algo (aparte de incomodidad al pensar en la chica que le revoluciona todo después de estar encima de uno de sus amigos) sentía la mirada de alguien. Y fue levantar la mirada y vio a Mariana, mirándola con unos ojos indescriptibles. No lo sabía, pero se sintió extraño, muy muy extraño. Y de pronto, le sonrió. Una sonrisa dulce.
A Frida solo le provocó irá, tanto que apretó los dientes para tragarse cualquier palabra que saliera dentro suya.
¿Así iban a ser todos los días?










Holaaa, chicooos. Espero que le haya gustado este episodio. A decir verdad, a mí si me gustó, bastante.
Y para que lo sepan, todos los personajes tendrán más red flags que la propia bandera roja (menos Jimena, ella es un solecito)
Joder, me va a encantar la rivalidad de Mariana y Frida, mucho.

Pues espero que tengan un bonito día y tal.

Para los que tengan dudas y no hayan leído mi biografía, soy española, por eso tantos insultos "españoles" por así decirlo.

Chauu💋

♡︎𝑨𝒅𝒅𝒊𝒄𝒕𝒆𝒅 𝒕𝒐 𝒚𝒐𝒖♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora