Capítulo 11

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Mientras el auto del alfa Park JiMin iba transitando las calles de Seúl, sus ocupantes iban en completo silencio. JungKook aún seguía un poco alterado por lo que había sucedido, se sentía algo contrariado por su manera de actuar. Jamás había sido violento con nadie, pero sintió la sangre arder cuando escuchó la amenaza del primo de JiMin contra su bebé, se había cegado completamente, sentía a su lobo gruñir de puro coraje, y su único pensamiento era proteger lo que era suyo.

JiMin aún se sentía fascinado por cómo había reaccionado JungKook. Él era tan distinto a todos los Omegas que había conocido antes, por lo general estos eran sumisos, delicados, si actuar era encaminado a buscar protección, así no la necesitaran. Pero JungKook no, él era independiente, fuerte, con un carácter del demonio y una tenacidad increíble, él no era débil, no buscaba ser protegido, y mucho menos se callaba lo que pensaba y sentía y eso lo hacía interesarse más en él.

Lo de que era su destinado aún no lo confirmaba del todo porque el lobo del rubio aún no terminaba de madurar, pero pronto lo haría y estaba seguro de que no se había equivocado.

Unos minutos después el auto se detuvo frente a la puerta de la mansión, el chófer se bajó para abrir la puerta del alfa y este a su vez extendió su mano para ayudar a JungKook. Por un momento dudó pero después aceptó y salió del vehículo.

Nada más entrar en la casa JungKook camino hasta el salón, seguido por Park.

─JungKook, tenemos que...─. Sus palabras fueron interrumpidas por una bofetada.

No había sido tan fuerte como la que había recibido su primo, pero si había sido dada con coraje.

─Eso fue por tomarte atribuciones que no te corresponden, Park JiMin, y si no lo hice en la fiesta solo fue para no dejarte en ridículo frente a tu gente, pero escúchame bien. No me voy a casar contigo, y mucho menos soy tu destinado, así que no se cómo carajos le vas a hacer pero tendrás que retractarte. ¿Me escuchas?

El alfa sobaba su mejilla con una sonrisa de medio lado, no estaba enojado por lo que había hecho el Omega, hasta lo esperaba, pero no por eso iba a aceptar lo que estaba diciendo, dió dos pasos hacia JungKook, sus cuerpos estaban muy juntos, tanto que el rubio tuvo que elevar un poco la cabeza para poder verlo directo a los ojos y JiMin a su vez bajó la cabeza para poder admirarlo.

─No puedo hacerlo. En primera porque tú y yo si nos vamos a casar porque mi hijo no nacerá fuera del matrimonio, y en segundo tu lobo aún no termina de madurar por eso no lo sientes, pero el mío sí. Te sintió desde el momento en que te tuve entre mis brazos la primera vez que nos vimos, en ese momento yo no le tome importancia, para mí no eras más que un simple humano, pero con cada encuentro no lobo estaba más que seguro, hasta el día que a tu amiguito se le ocurrió tocarte, tu lo escuchaste, te reclamé como mío.

Eso último lo dijo tomándolo por la cintura y pegándolo más a su cuerpo, tanto como la pequeña barriga del Omega se lo permitía, JungKook soltó un pequeño quejido más parecido a un jadeo, al sentir el calor de la mano del alfa sobre su cuerpo.

─Eres mío, Jeon JungKook, y eso no se podrá cambiar nunca, aceptalo─. Concluyó tomándolo por el cuello y estampando sus labios a los suyos.

El beso se sintió diferente al que le dió en la fiesta, ahora no era para presumir, era por puro gozo, la experta lengua del alfa se abrió paso entre los carnosos labios después de lamerlos, busco con ansia entrelazarse con la de JungKook, que en un momento quiso negarse, resistirse a la invasión, pero sus fuerzas menguaron.

Había algo en ese hombre que le impedía hacerlo, se dejó llevar por el beso, por la sensación de calor que lo invadió, ambos estaban enfrascado en una lucha por tomar el control del beso, sin darse cuenta había llegado hasta el sofá, con cuidado JiMin lo empujó sobre el, pero sin dejar de besarlo. Su fuerte cuerpo quedó sobre la delicada figura que acariciaba su espalda con sus manos.

Un gemido se escuchó cuando JiMin paso de besar su boca a delinear su cuello con su lengua, y en ese momento JungKook reaccionó, empujó con fuerza al alfa y se paró de golpe.

─¡No!─. Gritó y salió corriendo hacia las escaleras.

JiMin lo alcanzó con dos zancadas, lo abrazó por la espalda, y le habló al oído.

─No te resistas, tu cuerpo, y tu lobo lo desean, me desean, saben que no hay otra forma.

─Suéltame, Park─. Gruño JungKook pero el agarre solo se incrementó─. Me niego, tú no eres nada para mí mas que el padre de mi hijo, pero nada más, y esto qué pasó es culpa de las hormonas y no se va a repetir.

─¿Estás seguro?─. Dijo pasando su nariz por la curvatura de su cuello causando que un estremecimiento lo recorra de pies a cabeza.

─Sí, y ahora suéltame, me quiero ir a descansar.

JiMin lo soltó, pero no sin antes dejar un beso sobre su cuello succionando un poco y dejando un pequeño moretón en el área, JungKook tocó el área adolorida con asombro.

─¿Por qué lo hiciste? ¿Te das cuenta de lo que van a pensar cuando vean este chupetón? Pensarán que tú y yo...

─Qué piensen lo que quieran, lo hice para que cuando lo veas pienses en mí y en qué más pronto de lo que crees mi marca estará brillando sobre ese lugar.

─En tus sueños, Park─. Concluyó y subió las escaleras hasta llegar a su habitación y cerrar la puerta con seguro.







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En la fiesta todo había sido un caos después de la salida del líder de la manada, Shownu se sentía humillado y furioso, Jeon JungKook se arrepentiría de haberlo golpeado y su estúpido primo le terminaría suplicando por su vida cuando terminara con él.

Namjoon que había visto todo, de inmediato tomó las cosas bajo su mando, se encargó de terminar la fiesta y poner un par de betas a seguir con siguió al furioso alfa. Lo que JungKook había hecho aunque valiente y muy normal en su condición había provocado la furia de Song Hyun Woo y las cosas no iban a terminar bien.

Taehyung quedó muy sorprendido por cómo había actuado JungKook, pero también se había dado cuenta de lo mucho que su amigo estaba cambiando, no solo físicamente sino también en su personalidad, y le dolía aceptar que ya no lo necesitaba tanto como antes.

La suave mano de su acompañante le rodeo el brazo sacándolo de sus pensamientos.

─¿Cómo te encuentras, Tae? Tu expresión me dice que estás triste, pensé que te habías divertido y más con el final─. Dijo el Omega riendo al recordar al estirado de Shownu en el suelo.

─La pase muy bien está noche, Hobi, pero me preocupa lo que ese tipo vaya a hacer y también me da tristeza saber que JungKook ya no me necesita. Tiene a tu hermano para protegerlo y además que podría hacer un insignificante humano contra un alfa fuerte y con poder como lo es JiMin o cualquiera de los que están aquí. Creo que ya es hora de que vuelva a mi vida lejos de todo esto.

─Hey, no digas eso, no te sientas inferior, eres una increíble persona, creeme que eres mejor que muchos alfas, y betas que he conocido, y nada de alejarse de nosotros. JungKook te necesita a su lado, tal vez no te ama de la forma en que tú quisieras pero eres muy importante para él y te quiere y yo te quiero cerca también.

Taehyung volteo a verlo y le sonrió con cariño.

─Gracias por darme ánimos.

─Ven vamos a otro lado, quiero un trago y aquí la fiesta ya terminó.

Los dos salieron del elegante salón, sintiendo que algo nuevo comenzaba a formarse entre ambos.









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