JungKook abrió los ojos lentamente, sentía el cuerpo adolorido y cansado. Los últimos tres días los había pasado encima de JiMin, literal y figurativamente, después de su primera noche juntos en la que había hecho el amor varias veces, se había despertado y actuado como un niño pequeño que solo quería mimos y atenciones, no soportaba estar separado del alfa y de su aroma, le había pedido que lo alimentará, bañara y abrazara hasta el cansancio.
Lo más vergonzoso para él fue cuando su cuerpo entraba en calor, aún no podía entender de dónde salía tanto deseo y energía sexual, no se cansaba de los besos y caricias del pelinegro, que gustoso le dió todo lo que le pidió, o bueno casi todo, porque por más que lloró, y suplicó por qué lo marcará el alfa se negó, jamás le dijo directamente que no pero se lo hacía saber, para después cuando volvía en sí le explicaba que no podía o dañaría al bebé, solo eso lograba calmarlo.
No todo fue malo, ni vergonzoso. En ese tiempo aprendió a conocer al alfa, hablaron de muchas cosas, hablaron de sus respectivas infancias, lo que les gustaba y lo que no, y por fin pudieron hablar sobre lo que cada uno sintió y los orillo a acudir a esa clínica que les cambió la vida.
Enfureció cuando le contó la historia de Mingyu, así como él lloró al comprender porqué el alfa se negaba a formar una familia antes. Era difícil querer tener una familia cuando sus padres fueron asesinados cuando él y Hoseok eran apenas unos cachorros y todo por el poder que ellos ostentaban.
Sintió un brazo apretar su cuerpo y sonrió al ver a JiMin placenteramente dormido pegado a él, y sabía que ya le sería difícil dormir alejado de ese enorme pelinegro. Ni él ni su lobo querían que se alejara, ambos estaban aceptando el hecho de que el alfa era su destinado.
Se giró sobre sí mismo para quedar de frente a él, su apuesto rostro estaba sereno, se dió el lujo de pasar la yema de sus dedos por su nariz delineandola y acariciar la pequeña cicatriz de su mejilla.
─Sí así voy a despertar todos los días, no voy a querer levantarme nunca de la cama ─. Dijo con voz ronca y demasiado sensual, sin abrir sus ojos aún.
─No te acostumbres, solo tenía curiosidad─. Respondió y trató de girarse para alejarse de él, pero JiMin fue más rápido y lo sostuvo con más fuerza.
─Ya no puedes escapar de mí, JungKook, no tendrás mi marca aún, pero ya eres mío.
El tono posesivo que usó en lugar de molestarlo, lo emocionó. Saber que él podía despertar tanta posesividad de alguien lo hacía sentir especial. Pero no por eso dejaría de luchar con el alfa.
─Mientras no haya un lazo de verdad no soy tuyo, del único de que soy propiedad es de este bebé que tengo en el vientre, y que justo en este momento me tiene con unas ganas locas de ir a orinar, y si no me dejas ir lo haré aquí en la cama.
Sus palabras hicieron que lo soltará al instante, sonrió y se levantó. Cuando salió el alfa seguía acostado, con las manos levantadas detrás de su cabeza y lo veía con una sonrisa en los labios.
─Ven ─. Le pidió suavemente. Despacio se acercó hasta la cama y se sentó al borde ─. Espero que aún recuerdes todo lo que te dije en estos tres días JungKook, todo lo que te prometí.
─Lo hago, y confío en que así será, que nos cuidaras al bebé y a mí.
─Siempre, con mi vida si es necesario.
Para sellar esa promesa JiMin tomó a JungKook por la nuca y lo inclinó un poco, al instante atrapó sus gruesos labios con los suyos, en un beso lento y suave, cargado de sentimiento, un sentimiento más humano, más tangible para JungKook, y que sin duda calentaba su corazón, ya no había vuelta atrás. Esos tres días fueron suficientes para que comenzará a enamorarse de Park JiMin.
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pregnancy › jikook.
FanfictionEl más grande deseo de JungKook es tener un hijo y formar una familia pero después de descubrir el engaño de su pareja y que solo tiene una única oportunidad de lograrlo decide acudir a una inseminación artificial para conseguirlo. Todo se complica...