Extra 2.

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Miraba a Austin como si se hubiese vuelto completamente loco. Dios mio, ¡pero si ni siquiera tenía los dieciocho!


-¿Tanto miedo te da? -me pregunta cuidadosamente.


-N-no, es que no me lo esperaba -paré de andar y le solte la mano para tocarme el pelo, algo que me salía instintivamente cuando estaba nerviosa. Se me quedó mirando unos segundos que se me hicieron eternos, hasta que sacudió la cabeza, y me miró con ojos tristes.


-No te preocupes, es una locura -dijo, rompiendo el silencio.


-Lo es -dije mordiéndome el labio. Austin soltó una sonrisa triste y negó con la cabeza.


-No sé en la que estaba pensando. Olvídalo -apartó la vista de mí y se desordenó en pelo recientemente cortado.


-Yo sí -dije, haciendo que su antención volviese a estar en mí. -Pensabas en que me querías. Y te juro que, quizas dentro de unos años, hubiese dicho que sí, porque de verdad quiero pasar el resto de mi vida contigo. Pero somos demasiado jóvenes Austin. Yo ni siquiera soy mayor de edad. Tenemos toda la vida por delante, y podemos seguir estando juntos sin tener que firmar unos papeles. ¿No lo ves?


-Si tienes toda la razón del mundo, como siempre.


-No me hagas la pelota -dije de broma.


-Pero es que no sé, pienso en mi futuro y solo veo música, y a ti. Quisiera que algún día fueramos pareja oficial, con compromisos...


-Y algún día lo seremos. Pero no ahora. Quizás cuando termine la universidad... -digo pasando mis brazos alrededor de su cuello para mirarlo a la cara.


-Cierto, ¿qué has elegido al final?


-Derecho.


-Guau.


-Sí...


-No tenemos prisa Fanny. Serás una gran abogada.


-Eso espero -sonrío tímidamente y Austin me envuelve entre sus brazos, abrazándome fuerte.


-No te vayas nunca, por favor -me susurra al oído.


-Jamás podría hacer eso. Te quiero demasiado.


-Te amo.


[...]


Cuando llegamos a casa, Lola había retomado la partida que había dejado empezada Robert en la videoconsola y jugaba contra Alex, el cual iba perdiendo de bastante.


-¡Has hecho trampa!


-¡He ganado! Admite que soy mejor que tú en esto.


-Me niego, nadie me gana en este juego.


-Yo sí -dijo Lola con una sonrisa de autocomplacencia.


-Eres malvada.


-Nop. Eres tú el que no sabe perder.


-Ag, si no fuese porque te quiero...


-¿Cómo? -Lola se quedo petrificada, mirando a Alex con los ojos a punto de salirse de sus órbitas. Mi hermano, al darse cuenta de lo que acababa de decir se puso rígido y el rubor se apoderó de sus mejillas.


-Yo... Eh... Esto...


-Tú... Pero...


-Sí... Es...


-Extraño.


-Un poco.


-Bueno, yo...

My new life [Austin Mahone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora