My new life [Austin Mahone]

Capítulo 3

19-20. Les había ganado. La verdad es que me lo había pasado genial, y a pesar de las “trampas” que me han hecho, he sido superior a ellos. Bueno, a decir verdad, el partido ha sido casi entre Austin y yo, le había picado bastante. Ha estado bien.

Subo arriba y me meto en la ducha, siempre viene genial después de hacer deporte. Dejo que el agua caiga sobre mí, relajando cada uno de los músculos de mi cuerpo. Salgo, me seco, me visto con unos shorts vaqueros y una camiseta blanca de manga corta ancha, y bajo con el pelo aun mojado. Tengo mucha hambre, y es normal, en estos dos días solo he comido el sándwich del avión y poco más. Rebusco un poco en la nevera. No hay gran cosa. Encuentro una pizza que en dos minutos al microondas está hecha. Me sirve. La meto en el microondas y me siento en la gran encimera que hay. Ahora que lo pienso, no les he dicho nada a mis padres de que estoy aquí. Subo a por mi móvil y bajo mientras les voy mandando un mensaje. Cuando llego a la cocina, la pizza ya no estaba en el microondas, Austin se la estaba comiendo.

-¡Austin!

-¿Qué?

-¡Esa es mi pizza!

-Te equivocas, no veo tu nombre en ninguna parte.

-Pero iba a comer ahora, ¡la acabo de calentar yo!

-Qué pena… esta rica eh…

-Joder, dame la pizza, tengo hambre.

-Mm… no. Yo soy el único que come pizza.

-Pues ahora he llegado yo y ya no eres el único. Hazte otra, hay varias en la nevera.

-No hay ganas.

-Pues te aguantas, pero llevo un día sin comer nada, y como verás, tengo hambre. Así que haz el favor de dejar de devorar mi pizza porque vas a acabar mal conmigo al final –Austin deja de comer y me mira. Se me acerca un poco, la verdad es que intimida.

-Ah, ¿sí? ¿Y qué me harías?

-Yo que sé tío, como si fuese en lo único en lo que pensara, no eres especial, ¿sabes?

-¿De verdad piensas eso?

-¿Acaso eres mejor que el resto?

-Puede.

-Ya claro… -digo rodeando los ojos. La verdad es que es muy guapo, pero esos aires de chulito y superioridad no me gustan nada.

-No sabes quién soy.

-Cierto. Sólo sé que eres el mejor amigo de mi hermano. Pero tú tampoco sabes nada de mí. Así que, si me disculpas –digo cogiendo la media pizza. Le miro y le dedico una falsa sonrisa, y tras darle un bocado a la pizza, subo corriendo a mi cuarto. ¿Pero qué se ha creído este tío? Ts… Como despacio, intentando no manchar nada. Dejo el plato encima de la cama y me siento en ella cruzando las piernas. Me hago un moño para estar más cómoda y enciendo la tele. No sé cómo funciona, por lo que la vuelvo a apagar. Echo de menos hablar español con alguien, me siento rara. De repente, llaman a la puerta.