Felix es un adolescente influencer que vive enojado con todos por la falta de atención de sus padres. Los videojuegos le han presentado a un amigo que podría llevarlo a una vida difícil.
En los anales del mundo de los sicarios se forjó la historia de Yang Jeongin, un adolescente de 14 años, cuya presencia innegablemente estaba arraigada en el subsuelo sombrío y clandestino de aquel universo.
Aislado de cualquier amistad y embotado por un temor palpable hacia la inmensa maquinaria de la mafia, su pulso oscilaba con inseguridad cada vez que se enfrentaba al mero acto de disparar.
Los progenitores de Yang Jeongin, Yang Jeongsun y Kim Ryujin, sumidos en una profunda desilusión hacia su hijo, tomaron la decisión temprana de destinarlo al papel de ejecutivo administrativo dentro del gremio de los sicarios. Este puesto suponía un debut anticipado en su carrera delictiva, acompañándolos en incursiones a empresas especializadas en la perpetración de robos y secuestros.
Un día, sus padres lo llevaron a un lugar que habían mencionado en repetidas ocasiones. Se trataba de un grupo singular de sicarios, compuesto únicamente por dos individuos, que habían dejado un reguero de destrucción tras masacrar múltiples ciudades enteras.
A su llegada, Jeongin se sentó en los sillones de espera mientras sus padres entablaron una conversación con los superiores:
-¿Entonces cuánto sería por el joven?" - inquirió con cierta prepotencia Chris, un hombre de 27 años.
-Lo que se les haga conveniente, es una deshonra para la familia así que lo que tengas será suficiente - espetó su padre, cargado de amargura.
-Creo que no hace falta que Chris haga este tipo de tratos, yo mismo me encargaré de darle lo que tanto piden aunque se hagan los humildes de la situación - manifestó con firmeza Changbin, un individuo intimidante de 26 años.
(Changbin entregó un maletín con 1300 wones para concluir el acuerdo).
Cuando Jeongin intentó seguir a sus padres al salir de la oficina, su progenitor lo repelió violentamente:
-Ahora ya no vivirás con nosotros, ya estamos hartos que seas la decepción de la familia así que te quedarás aquí y te olvidarás de que fuimos tus padres!!
Las lágrimas inundaron los ojos de Jeongin, implorando el afecto y la aceptación que anhelaba, a pesar de la relación conflictiva con sus padres:
-¡Por favor padre.. madre... No me pueden hacer esto!!
-Ya cerramos el trato así que no te queda nada más que obedecer a tus nuevos tutores, ya que no seremos tus padres a partir de ahora, te vendimos hijo por mucho dinero, algo que nunca nos has dado.
(Tras recibir una patada en el rostro, Jeongin cayó inconsciente con la nariz sangrante).
Horas después, recobró el conocimiento en una suerte de enfermería y se encontró con un joven de cabello castaño absorto en la lectura.
Al darse cuenta de que había despertado, el joven dejó el libro a un lado y se acercó para ver cómo estaba.
-¿Te sientes bien? - Inquirió el individuo de cabello castaño.
El joven asintió sin emitir palabra alguna:
-Se ve que te dieron un gran golpe, ¿Cómo te llamas? - Preguntó el desconocido con seriedad.
-M..Mi nombre es Yang Jeongin.. ¿y usted? - Murmuró el joven, revelando su timidez hacia los extraños.
-Un gusto, mi nombre es Lee Mi Ho pero puedes decirme Minho - Se presentó Minho, de 18 años de edad.
Repentinamente, un chico de pelo negro y facciones redondeadas se aproximó a la sala, buscando a su único amigo:
-Hasta que por fin te encuen... ¿Un nuevo? - Inquirió Han, de 16 años.
-Sí, al parecer sus padres eran unos idiotas así que de despedida le dieron una paliza - Comentó Han en tono compasivo, frotando la cabeza del menor en modo de broma.
-Qué situación tan lamentable... Pero tranquilo, aquí no toleramos ese tipo de trato. A pesar de ser un mundo de sicarios, no somos salvajes que muerden - Expresó el jovial individuo mientras jugueteaba amistosamente con la cabeza del joven, intentando aliviar la tensión en tono jocoso.
-Oh, disculpa, no me presenté mi nombr...
En ese momento, Christopher hizo su entrada en la sala para verificar el estado de Jeongin debido a la paliza.
y al cruzar miradas, tanto él como el joven quedaron perdidamente hipnotizados el uno por el otro:
-¿Así que tú eres.. Yang Jeongin, cierto? - Preguntó Christopher un poco sonrojado, generando sorpresa en ambos jóvenes.
-Un gusto, patrón.. prometo serle fiel y acatar cualquier orden que usted me indique - Señaló el menor, haciendo una reverencia.
-Espero que así sea.. aunque descuida que somos cualquier mafia, aquí también podemos enseñarte a ser algo mejor de lo que son tus padres o cualquiera de nosotros, Jeongin - Dijo Christopher con una cálida sonrisa.
En ese instante, Jeongin se vio cautivado por los ojos de Christopher, sintiendo una leve atracción hacia su superior, quien a su vez parecía también sentir cierta conexión con su nuevo alumno.
Así, dio inicio una nueva etapa para ambos en aquel oscuro y peligroso mundo de la mafia.
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