Mimado

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Hanbin amaba a Yujin

Hanbin verdaderamente amaba a Yujin, no había día en que no viera sus lindas mejillas de bebé sin ganas de apretarlas, nada le daba más felicidad y calidez a su corazón qué cuando su bebé tomaba una de sus manos con sus dos manitas, o cuando se quedaba dormido en sus brazos mientras le cantaba canciones de cuna.

Si, Yujin había llegado a mejorar su vida. Ninguno se veía como padre hasta que llegó su pequeño, y para ya tener casi un mes a su lado, estaban encaminados a convertirse en ese tipo de padres qué mimarian a su hijo hasta no poder, y la prueba estaba en la futura habitación de Yujin.

El pediatra había dicho que su niño estaba en la edad perfecta para comenzar a acostumbrarlo a dormir solo, por lo que los tres se habían propuesto a decorar y arreglar una de sus habitaciones extra para que fuera totalmente de su bebé. Por ahora estaba pintada de un lindo color azul pastel, con un decoraciones y dibujos de conejitos adornando las paredes, un piso alfombrado lo suficientemente suave para incluso dormir ahí, una cuna con un tiovivo de conejitos justo encima, y un par de muebles para guardar la ropa que le iban comprando, pero lo que más resaltaba era el montón de peluches regados por toda la habitación, peluches qué solamente incrementaban su cantidad cuando alguno de los tres volvía del trabajo, diciendo la tonta excusa de que les había parecido adorable y perfecto para Yujin.

Sin embargo, la primera noche qué intentaron dejar al pequeño Yujin en su habitación, los tres se habían despertado incontables veces durante la noche, atentos a cualquier mínimo sonido del monitor. Y entonces se dieron cuenta que, aunque Yujin pudiera dormir solo, ellos aún no estaban listos para dejarlo solo, así que aunque el pequeño pasará tiempo en su habitación, aferrado a los juguetes y peluches qué le traían sus padres, al caer la noche volvía a dormir en su linda cuna, pegada a la cama de sus padres, quienes dormían más tranquilos al tenerlo cerca.

Pero Yujin seguía siendo un bebé, y una de las cosas que solían hacer los bebés durante la noche, era justamente llorar.

Si bien durante los primeros días su llanto era delicado y muy bajito, probablemente al no estar acostumbrado al entorno, la situación actual era completamente diferente, y su llanto era lo suficientemente alto como para despertar a media ciudad si se lo proponía.

Y esa era una de las noches, donde el pequeño Yujin despertaba de madrugada, llorando inconsolablemente.

Hanbin, quien tenía abrazado por la cintura a Hao, fue el primero en despertarse por el ruido qué producía su pequeño. Un llanto más y ahora era Jiwoong quien despertaba, intentando liberar su brazo del agarre de Hao, quien lo estaba utilizando de almohada. Ambos se miraron divertidos por unos segundos, al ver como el sueño pesado de Hao no se veía interrumpido por el ruido, y era gracioso porque, para el momento en que los llantos de su pequeño lograban poner en alerta al chino, ya uno de sus dos novios tenía al bebé en brazos arrullandolo o alimentandolo o cambiando su pañal.

“Iré yo, tu vuelve a dormir” Dijo Hanbin a Jiwoong mientras se alejaba del calor de su cama, caminando hacia Yujin y tomándolo entre sus brazos, meciendolo para apaciguar su llanto “¿Que pasa Yu?”

Revisó su pañal, que estaba completamente seco, por lo que intuyo qué el pequeño tenía hambre, así que, arropandolo en su mantita, lo llevó a la cocina junto con él, donde calentó uno de sus biberones con fórmula, pero su pequeño seguía llorando y rechazó por completo los intentos de Hanbin de alimentarlo

“¿Qué pasa mi amor? ¿Te duele tu pancita?” Intento con palmadas, pero era el mismo resultado. También intentó checar su temperatura, pero todo estaba bien “No se que quieres Yu, ayúdame”

Como último recurso, Hanbin regresó a su habitación, meciendo a su pequeño para calmarlo, haciendo qué su llanto se redujera a pequeños sollozos, y luego a diminutos suspiros, casi cayendo dormido. Pero cuando lo devolvió a su cuna, su bebé despertó nuevamente de golpe, llorando incluso más fuerte que antes, ahora sí despertando a sus dos novios, alertandolos.

Fue cuando Hanbin entendió, y una carcajada escapó de su cuerpo.

“Yujinnie eres igual a tu papá Hao” Hanbin lo tomó nuevamente en brazos, entre risas y volviendo a arrullarlo, mientras caminaba de regreso a la cama, bajo la mirada preocupada de sus novios “A veces solo necesitan atención”

“Oye-..” Intentó replicar el castaño, pero no había manera de negarlo, pues en cuanto el pequeño se encontró entre los tres, siendo acurrucado en los brazos de Hao, cayó completamente dormido

“Si, va a ser tan mimado como tú” Y con ese comentario de Jiwoong, los tres decidieron acompañar a su bebé a la tierra de los sueños, abrazándose, teniendo como última vista antes de dormir, el rostro tranquilo de su pequeño, descansando seguro entre los tres

Anécdotas de Padres Primerizos - WoongHaoBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora