Yujin

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28/09

Durante los primeros días qué aquel niño estuvo con ellos, era incómodamente llamado ‘el bebé’. En la nota no había nombre, y mucho menos en la fotografía, apenas y sabían su día de nacimiento, y llamarle pequeña flor de marzo era demasiado poético, largo y abrumador.

Aunque si le preguntas a Jiwoong, solo era demasiado largo, él amaba la poesía, juzguenlo por eso.

Fue cuando Hao tuvo que ir solo al supermercado, acompañado del pequeño, que se dio cuenta del problema, puesto que una dulce ancianita se acercó a mimar al bebé, y al preguntar por su nombre, el castaño quedó en blanco.

Rojo como un tómate, fingió qué su coreano era limitado y le habló en mandarín a la mujer, diciéndole cualquier cosa que se le viniera a la cabeza con tal de que sonará como un nombre.

Y fue por insistencia de Hao, que los tres se encontraban en su habitación, rendidos en la suave alfombra blanca, quemando todo pensamiento racional y haciendo a sus neuronas trabajar el doble de lo requerido

“¿Qué tal si lo llamamos Jinyoung?” Dejó escapar el chino como una opción, recibiendo un almohadazo de parte de uno de sus novios

“No vamos a ponerle a nuestro hijo el nombre de tu ex novio del kinder, superalo Zhang” Exclamó Jiwoong, sin despegar su vista de un libro de nombres qué había sido obligado a comprar esa misma tarde

“¿Y qué tal si combinamos nuestros nombres?” Dijo Hanbin, mientras dejaba qué el bebé jugará con algunos mechones de su cabello, demasiado enternecido para quejarse de dolor

La idea pareció interesante a primer instancia, e intentaron cada mezcla posible de sus nombres, suspirando los tres al mismo tiempo tras ver que no funcionaba

“No, el niño nos odiara el resto de su vida si le hacemos eso” Puchereo Hao, limpiando motitas de polvo de su ropa, con tal de desestresarse

Y así continuaron por horas, hasta que el estrés y la falta de imaginación pudo más con ellos, haciendo qué se acurrucaran entre los cuatro a ver la televisión, rendidos en su tarea, al menos por esa tarde.

Fue, tonta e irónicamente, el mismo bebé quien los llevó a elegir el nombre perfecto, puesto que mientras descansaba en el regazo de Jiwoong, una gotita de baba cayó sobre el libro de nombres, dejando húmeda la página y una palabra en específico

Yu-Jin, abundancia, algo valioso

“Oigan, ¿qué les parece Yujin?” Sonrió Jiwoong, al ver al otro par de chicos mirar por unos segundos al infante, asintiendo a modo de aprobación al escucharlo.

Y así fue, como el pequeño Yujin obtuvo su nombre

“¿Y qué apellido va a llevar primero?”

Oh, aquí vamos otra vez.

Anécdotas de Padres Primerizos - WoongHaoBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora