ESPAÑOLA, ADRIDOBYLUS.

004

REAL LIFE! | Adri

—¿SE LO HAS DICHO YA?

—Sí, pero no contesta.— le dije a Borja, pasándome las manos por el pelo con frustración.

—Uf, a lo mejor se ha agobiado.— aquello no me ayudó nada, lo último que quería era presionarla— Déjala, ya te contestará.

Apagué el móvil por mi bien. Era de darle muchas vueltas a las cosas, y quedarme viendo el chat sin responder de Atenea no iba a hacerme sentir bien, así que lo evité.

—No te ralles, Adri, se lo estará pensando o tal vez está ocupada, te ha dicho que estaba de exámenes, ¿no?— me preguntó Plex, y yo asentí— Pues ya está, tío, déjala. Ya responderá.

—Bueno...— accedí— ¿Qué hacéis hoy?

Estábamos en Zanzíbar, el verdadero paraíso africano. Fuera de nuestra casa teníamos preciosas playas turquesas, y aunque me jodía, había pactado con plex pasarme el día editando para poder salir por la noche en busca de fiesta, así que me quedé sin hacer las actividades que habían planeado mis amigos.

—Actividades acuáticas. Donut, moto de agua y esas cosas.— explicó Plex, y bueno, pensándolo bien aquellas actividades tampoco me llamaban demasiado la atención, así que podía ser peor.

—Bueno, pasadlo bien. Y no os canséis mucho que esta noche...— me froté las manos con una sonrisa pícara.

—Madre mía el Adri, está descontrolado.— se rio el Borja.

—Lujuriaaaa.— exclamó Jopa, y se fueron riéndose.

En cuanto me quedé solo en la villa, lo primero que hice fue comprobar que mis amigos no estuvieran cerca.

Cuando salí fuera y vi que no estaban, me puse el bañador corriendo y cerré la puerta.

—Bañito fresco.— murmuré, e inicié una carrera hasta el agua, donde estuve flotando por un buen rato.

Estaba en mi prime, haciendo absolutamente nada y con la mente en blanco chapoteando aquí y allí en los aguas turquesas.

Me sentía como un niño, feliz y sin ninguna preocupación, y deseaba que aquel momento no fuera efímero, que durara para siempre.

Me sumergí en el agua mojándome el pelo, y nada más salir a la superficie me fijé en que una chica me miraba desde lejos, sentada en la arena y sonriéndome tímidamente.

En mi prime. Me repetí, y salí del agua como si nada, acercándome a ella.

La chica estudiaba cada paso que daba desde su toalla. Estaba tomando el sol, el cual se reflejaba en su brillante piel morena. Era una chica preciosa: era rubia, tenía el pelo recogido en un moño alto, los ojos azules y claros, y muchas pecas en las mejillas, que al contrario que el resto de su cuerpo, no estaban bronceadas sino que levemente coloradas por el sol.

—Hi.— le hablé en inglés. Me aclaré la garganta, que tonto soy. Casi no hablo español como para comunicarme con ella inglés— Can you, take photo of me?

—¿Eh?— me dijo.

—¿ERES ESPAÑOLA?— pregunté con emoción, y sonrió asintiendo varias veces— SIII, bua, no sabes la alegría que me hace que me digas eso.

—¿Por?— se rio.

—Eres la primera española que veo en semanas.

—Siéntate aquí.— se rio, y me permitió sentarme a su lado en la toalla— ¿Quieres?— me ofreció un poco de la sandía que estaba tomando.