Kapitel ett: Seoul

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Capítulo uno: Seúl


10 de Septiembre del 2023, Seúl, Corea del Sur.

Jeon Jungkook

Todo fue simbólico en ese momento.

El ruido de los motores de los aviones.

El parloteo de la gente.

El intercomunicador sonando a cada rato.

El sonido que hacían las ruedas de las maletas sobre el suelo.

El atardecer detrás de la montaña.

El bombeo de mi corazón.

Y los rayos escasos del sol que entraban a través del mirador del aeropuerto.

Un avión, en lo más alto, atravesó un sendero de nubes haciendo que dejara un rastro de ellas deslizándose en su camino formando una línea y que el sol de la media tarde lo convirtiera en dorado. Su brillo hizo espectáculos en el cielo, iluminando las nubes de diferentes tonos de blanco y oro. Era como si el avión fuera una estrella fugaz que había decidido hacer un viaje en plena luz del día. Lo observé detenidamente enfocándome solo en ello hasta que se perdió y desapareció en lo más allá.

Embocé mis labios finos en una sonrisa triste y bajé mi mirada hasta los documentos y papeles que tenía en las manos. Me pregunté si algún día en el futuro tendría la posibilidad de volver a viajar como lo estaba por hacer ahora o si esta sería la primera y última vez que lo hacía. No quería ser pesimista conmigo mismo y atormentarme con pensamientos sin sentidos ahora, me había prometido olvidarme un poco de mis problemas durante este viaje, así que seguí mirando el cielo naranja a través del gran ventanal del aeropuerto, observé a los aviones que llegaban y a otros que se iban. También miré a la gente: algunos iban apresurados para tomar su vuelo y otros descansaban en las sillas de espera. Vi a pilotos y a los tripulantes de cabina yendo a abordar algún avión. Yo me sentía como si conociera el mundo por primera vez, todo esto estaba siendo nuevo para mí por lo que me hacía emocionar demasiado y me ponía inquieto de que las horas pasaran para sentirme participe de viajar también. No podía hacer nada por evitarlo, comencé a conmoverme.

Nunca me había sentido tan conmovido como ahora.

¿Cuándo volvería a tener una oportunidad como esta?

Me encontré sonriendo enorme con mi corazón latiendo en mi pecho fuertemente por primera vez desde hacia tiempo. Había extrañado la sensación de sentir que algo bueno estaba pasando de verdad, esa sensación que me hacía sentir vivo y que estaba viviendo, esa sensación de la cual no era capaz de explicar con simples palabras y que solo se limitaba a hacerme sonreír.

Sonreír como un niño pequeño que estaba a punto de subir a su atracción favorita, pues en mi caso, tuve que esperar durante toda mi vida para que esto sucediera de verdad y no fuera un simple «sueño a realizar». Mi emoción hizo que viniera al aeropuerto casi seis horas antes de que saliera nuestro avión para asesorarme de que todo saliera bien y poder hacer los controles con paciencia. Mi mamá casi me había arrancado la cabeza la noche anterior porque estuve llamándola incontables de veces para preguntarles cosas como: "¿Debería llevar veinte pares de medias o quince mudas de ropa?". Ella, cansada, me respondió que era ilógico que llevara demasiada ropa porque yo siempre terminaba usando lo mismo y que sólo haría peso en la maleta. Por lo que tuve que desempacar casi todo y guardar lo justo y necesario. En mi mochila llevaba mi laptop y auriculares, y como yo era un culo molesto, también llevaba mi guitarra por si esas casualidades de la vida durante las vacaciones tenían algún tiempo para tocarla. Uno nunca sabía, ¿verdad?

Klar • JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora