𝑴𝒊 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆 𝒂𝒅𝒐𝒑𝒕𝒊𝒗𝒐 [𝐡𝐚𝐧𝐧𝐢𝐛𝐚𝐥 𝐥𝐞𝐜𝐭𝐞𝐫]

prólogo

Mi niñes no fue lo suficientemente buena, mis padres anteriores me trataban como basura, no teníamos suficiente dinero, vivíamos en un pequeño pueblo pobre en los estados unidos, mi padre no trabajaba y mi madre era quien traía el dinero a casa, la mayoría del tiempo era yo quien limpiaba o lavaba la ropa de mi padre, el solamente bebía hasta estar demasiado ebrio, no me gustaba que el estuviera así, ya que el siempre que lo estaba me golpeaba por no hacer las cosas que el pedía, mi cuarto era pequeño, tenía un peluche favorito que se hacía llamar "Amanta", mi madre le puso el nombre.

Mi madre era una mujer tan buena y amable cuando quería, cuando mi padre la manipulaba o decía mentiras de mi, ella se enojaba conmigo, lastimandome o golpeándome contra las paredes o objetos de la casa, "Amanta" mi única amiga de compañía escuchaba los gritos y golpes que entre mis padres se daban, mis lágrimas brotaban entre mis mejillas y Amanta con aquella sonrisa que llevaba en su rostro de algodón me alegraba mis momentos difíciles.

Un día fue más que difícil que los demás, mi padre llegó ebrio a casa en la  noche mientras yo jugaba con Amanta fuera de casa en aquel pasto seco, un hombre de altura grande con traje estaba frente a una casa delante la mía, dirigió una mirada hacia mi, viéndome, sonreí y el hizo lo mismo, un grito proveniente de mi casa me hizo sobresaltarme, era mi madre, intente entrar corriendo a mi casa, pero algo me detuvo, era aquel señor que me había mirado, no entendía nada, el solo se puso de cunclillas frente a mi y me abrazo, el sabía lo que había pasado, mi padre salió de casa con manchas rojas en si rostro como ropa.

El señor mayor me pidió quedarme quieta y no moverme, de un momento a otro, se levantó y fue hacia mi padre, sacando algo de su bolsillo, tomó el cuello de mi padre entre sus manos y algo de agua roja brotaba por su cuello, yo asustada no sabía que hacer, el hombre de traje se acercó a mi y limpio sus manos con un trapo que sacaba de su bolsillo, acaricio mi mejilla y me pregunto con una voz ronca.

—Dime pequeña?, cual es tu nombre? Y de aquella compañera tuya?—El hombre de traje me preguntaba mientras apuntaba a Amanta esperando una respuesta mía.

—S-Samantha... Y ella es Amanta—Le decia con voz nerviosa.

—Lindo nombre de ambas, quieres ir por un helado? O algo para comer?—Sonreía de forma amable viendo su sonrisa lineal.

—P-Pero, papá y mamá?, no me dejaran ir con un desconocido—Mis pequeñas manitas temblaban, empezaba el frío y el miedo en mi.

—Tranquila... Ellos van a dormir profundamente, y me pidieron cuidarte—

—Esta bien señor—

—Llámame hannibal, venga tu y Amanta van a comer una deliciosa comida—El hombre de traje se quitaba aquel saco y me lo ponía al rededor mientras me daba a Amanta poniéndola entre mis brazos.

Me cargo entre brazos y camino, di mi última mirada, mi padre estaba "Dormido" como el señor hannibal lo había dicho, ambos durmiendo profundamente.

"Sería la última vez en verlos..."