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En este capítulo tendremos la perspectiva de hannibal, si no les molesta, igual..
edgar se merece algo
sin más blablabla y empezamos.

♤♡

Subía a mi auto, lleno de rabia por dentro, lo encendía yendo a donde suele vivir, a los pocos minutos llegue, estacione mi auto 2 casas atrás de donde vivía, baje del auto con tranquilidad, caminando por aquella banqueta de cemento, la noche era hermosa, la luna estaba de un color naranja, no roja, por más que la prefería de ese color, era imposible fuera así todas las noches, llegué a la puerta principal de su casa, tocando la puerta dos veces.

Unos pasos se acercaban, la puerta se habría dándome a la vista a su padre, un señor casi de unos 37 o 38 años de edad.

—Necesita algo?—Preguntó, con una ceja levantada.

No respondí a nada empujandole la puerta y cerrandola detrás mío, su padre trató de agarrar mi gabardina, lo cual no lo deje, tomando su laringe con mi mano y rompiéndosela, el pobre hombre se tomaba el cuello adolorido, una señora, supongo que era su madre, escucho los gritos de su padre, camine hacia ella tomándole de los cabellos, mientras esta se trataba de quitar, golpee su frente contra la pared tantas veces que tanta sangre le corría por la frente, un último golpe más fuerte que los demas le hice causarle una contusion cerebral.

Le vi baja las escaleras a el, su rostro se torno de miedo, sabía lo que era capaz de hacerle, como lo hice con sus padres,  corrió hacia su habitacion, apague todas las luces de la casa,corriendo a tomar un cuchillo, subí a su habitacion corriendo, no lo vi, la ventana estaba abierta, había salido por ahí, mire por la ventana, le veía correr por el bosque, un bosque que tenía detrás de su casa, como los demás vecinos.

Tan estúpido es que si yo fuera el, iría por unos vecinos, pero, tan imbecil no puede ser, sonreí ligeramente bajando a la cochera, tomando un martillo, me adentre al bosque corriendo y buscándole, a lo lejos se escuchaba sus gritos y jadeos por el cansancio y por el frío que hacia, aquel frío que te impedía respirar bien, lo busque pero no lo veía, a lo lejos su figura apareció le seguí, escondiéndome para que no me véase, estaba cansado, podía verlo en el, se detuvo poniendo sus manos en sus rodillas, jadeaba frecuentemente, lo tomé por desprevenido golpeandole la nuca con el palo del martillo este cayo al suelo boca abajo,  quería disfrutar su sufrimiento, quería disfrutar de aquellas ansias de matar a muerte lenta pero dolorosa, le vi en el piso, tomándose la nuca del dolor, este me miró y me preguntó.

—Por que?...—Jadea
—Todavía lo preguntas.—Cuestione.
—Te di mi confianza, te aprovechaste de ella, golpeandole, prohibiendole, cosas que jamas le he hecho yo.—Le decía con aquella tonalidad en la voz, grave, suave y seria a la vez, un tono extraño.

—L-Lo se, y me arrepiento, deme una segunda oportunidad...—Preguntó.
—No...—Mi tono de voz se hizo más grave y ronca, hay estaba mi enojo.

Puse un pie en su pecho aplastandole, este soltó un gemido doloroso, lo aplastaba tan fuerte, que podría y quería romperle el tórax, este golpeó mi pierna alejandola, antes de poner levantarse, lo tomé de la camisa dejando el martillo a un lado, para apuñalar su pecho, este grito del dolor, cubrí su boca, con tierra, haciéndole tragar, se ahogaba con ella, pero me daba igual, tome el martillo golpeando su rostro con el, sangre escurría por su boca y rostro, se veía doloroso, le quite el cuchillo, este se giro quedando boca abajo de nuevo, trato de levantarse, impidiéndoselo poniéndole el pie en la espalda, otra apuñalada, quería ver que muriera.... Quería verlo sufrir...

Este escupió sangre, le dolia mucho, tome su cabello jandolo hacia atrás pasando el cuchillo por su garganta, sin pensarlo dos veces le corte... Aquella sangre que se veía negra a base de la luz de la luna, era hermosa, no resistió más, muriendo al instante, tome el martillo volteando el cuerpo de el dejándolo boca arriba, me subí casi sobre el.

Podía ver su garganta cortada, que aún de ella salía sangre, con la parte trasera del martillo la clave en su pecho, abriéndole, jale hacia abajo dejando ver a la vista la sangre y parte de sus huesos junto con sus pulmones, tome el cuchillo abriéndole por completo, tome las tripas de el sacándolas de su cuerpo, tome su hígado, me levante tomando las cosas de regreso, al llegar a la casa de "Edgar" mire los cuerpos de sus padres, muertos, tome el cuerpo de su madre subiendo a su habitacion recostandola en la cama, no quería dejar ni una maldita evidencia, tendría que limpiar todo de una vez.

3:29Am.

Todo limpio, los cuchillos donde sea, las herramientas donde estaban, el cuerpo de Edgar en su habitación, su madre y su padre en su habitación, una familia normal, una familia feliz, que duermen por una... Larga eternidad...

El hígado de Edgar estaba en una bolsa de platico, los vecinos al parecer estaban en su sexto sueño que ni sus "Luces", estaba de regreso, mi ropa sucia por aquel líquido rojo que tanto amaba.

Llegue, entrando con la bolsa en mano, dejando las llaves del auto en un colgadero, entre a la cocina abriendo un segundo refrigerador, dejando aquel hígado, subí a tu habitación, abrí la puerta lentamente viéndote dormir aún, tenias el sueño tan profundo, sonreí ligeramente, cerré la puerta, caminando y entrando a mi habitación, me despojaba de mi zapatos y mi ropa, entre a la ducha abriendo la regadera, el agua era tibia que me relajaba tanto, mojando mi cuerpo y mi cabello.

Salía del baño secando mi cabello, tenía la costumbre de salir siempre desnudo a buscar mi ropa, ya cuando estaba en mi habitación, tomé mi bóxer poniéndolo, unos pantalones pijama y una camisa para dormir, tome la ropa sucia y la puse a lavar.

Poco tiempo después, me recosté en mi cama, agotado, Suspire pensado en lo que había hecho, no tenía remordimiento por aquel muchacho, el solamente se lo merecía, nadie podría hacerte daño, Nadie.

Mis ojos, poco a poco se fueron cerrando, dejándome dormido profundamente... Tan profundo... que sonreí al quedarme dormido.

𝑴𝒊 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆 𝒂𝒅𝒐𝒑𝒕𝒊𝒗𝒐 [𝐡𝐚𝐧𝐧𝐢𝐛𝐚𝐥 𝐥𝐞𝐜𝐭𝐞𝐫]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora