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Will y yo permaneciamos desayunando unos panqueques y el chocolate caliente que el había hecho, ambos conversábamos sobre nuestras vidas, el sobre la suya y yo sobre la mía, nuestra conversación fue interrumpida por un auto que se estacionaba fuera de su casa, ambos sabíamos quien era, Will y yo nos levantamos del asiento, el a abrír la puerta y yo yendo por mis pertenencias, hannibal y Will platicaban fuera, al salir yo Hannibal daba una mirada serena hacia mi, sonreí un poco y lo dejé de hacer.

—Gracias por cuidarla la noche anterior Will—Decía con su tono elegante, se despidió de el al igual que yo, pero de un abrazo.

—Gracias...—Abrazándolo, me aleje de el y camine al auto.

Hannibal ya hacía en el—Te llevas muy bien con Graham— celos.

—Si, es un nuevo amigo—Sonreía.

No dijo más y conducío hasta Baltimore, Maryland, el camino fue silencio puro, mientras miraba por la ventana, la nieve era hermosa, el pasto que hacía verde ahora estaba repleto de pequeñas partículas de nueve blanca, al llegar a casa, baje del auto dejando a hannibal para que estacionara su auto, bajo y me siguió, abrió la puerta que hacía con llave dándome el paso, me adentre sintiendo el calor de la casa, entro y cerró la puerta detrás de él.

Trate de ir a mi habitación, pero me detuvo del brazo, sabría lo que sucedería después.

—Saliste sin mi permiso—Enojado—Cuantas veces hemos hablado de esto?

—Lo se, pero estabas ocupado con Will, no quería interrumpir, y quería despejar mi mente—Trataba de alejar mi brazo.

—Que dijimos si no salías sin mi permiso—Apretaba un poco más su agarre.

—Un castigo...—Sentía sus dedos apretar mi brazo, me soltó el brazo y pidió que fuera a su habitacion, así fue, me dirigí a ella, al entrar tome asiento en su cama.

Llego a su habitacion y tomo asiento a mi lado, pidió que me recostará en sus piernas y lo hice, sabía que estos tipos de castigos eran los que necesitaba por ser desobediente.

Una palmada fue presente en mi glúteo derecho.

—Desobedeceras de nuevo?—Daba otra impidiéndome hablar, al no escuchar respuesta dio otra más fuerte.

—Pregunte... Desobedeceras de nuevo?—Repitió.

—N-No—Dolían aquellas fuertes palmadas que provenían de el.

—No escuche?—Daba otra más fuerte haciéndome soltar un chillido.

—No lo haré de nuevo... Pediré permiso y obedecere cuando usted me diga algo—Zobo un poco el lugar y me levanto, mientras me abrazaba para consolandome.

—Esta bien, puedes decirme por que te habías ido?—Me decía mientras tomaba  asiento a su lado.

—Fui a tomar un par de fotos al bosque donde suelo ir—Agarraba mi cámara y le enseñaba las fotos.

—Oh cielo, si tan solo me hubiera dicho que irías, te dejaría, es tu lugar favorito, y te hubieras ahorrado un castigo, pero por caprichosa lo hiciste cierto?—Miraba las fotos atentamente.

—Supongo...—Susurraba.

—Deberías ser fotógrafa, no lo crees?—Me regresaba la cámara.

—Lo pensé, pero al final no—Recostaba mi cabeza en sus piernas.

—Por que?—Acariciaba mi cabello.

—Prefiero ser médica cirujana—Sonreía.

—Entiendo, buena práctica—levantaba de sus piernas mi cabeza—Alana vendrá a comer con nosotros, no quiero escenas de celos de hija, porfavor Samantha.

—Aja.—Me levantaba de la cama y tomaba mi cámara—Compermiso—Salgo de su habitacion, con aquellos celos.

Entre a mi habitación fastidiada mientras me recostaba en la cama, me quite la chamarra y los tenis, me cubrí con la sabana y Cerré mis ojos.

Perdí la noción del tiempo despertando a las 2 de la tarde, me levante de la cama y salí de mi habitación bajando la escaleras de mal humor, entre a la cocina y los vi, besándose.

—Ejem...—Provoque un sonido para que me vieran.

—Oh, Samantha, pensábamos que estabas dormida—Hannibal limpiaba sus labios mientras Alana saludaba.

—Pues no—Seria—Compermiso—Salgo de la cocina y subo de nuevo a mi habitación.

Siento que mi hannibal me sigue, abro la puerta de mi habitación y entro, lo veo entrar igual.

—se puede saber por qué le hablas así a Alana?—Mirandome—No quiero que le hables con ese tono, te has vuelto una niña caprichosa y enojona.

—No lo soy—Me cruzo de brazos y Desvío mi mirada de la de el.

—Te dan celos verme con Alana? Cierto?—Se sienta a mi lado.

—Por que los tendría?—Seria—No hay razones.

—Entonces?, por que tu forma de hablarle y tratarle?—Mirándome.

Suspiro— y si estoy celosa que?, no me gusta que ninguna mujer se acerque a mi papá, y mucho menos que me quite el cariño de él... Contento?—

El solo sonrió y me abrazo, pegando mi cabeza en su pecho, yo embolia mis brazos al rededor de su torso, el abrazarlo me hacía sentir bien, de un momento a otro ya hacía sentada en sus piernas como una niña pequeña, a pesar de mi mayoría de edad, escondía mi rostro en su cuello, algunos pasos se hacían presentes, tocaba la puerta y la habría sin permiso.

Era Alana nos veía con rostro extraño, Hannibal solo saludaba mientras ella me miraba de forma extraña, pensandose si teníamos algo más que ser mi padre adoptivo, solo cerró la puerta.

—Tu novia pensó mal... Solo somos padre e hija, ve a decirle—Me levanto de sus piernas.

—No es mi novia, hablamos despues, no te quiero en mi habitación, regresa a la tuya—Sale de la habitacion en busca de Alana.

No hago caso y me recuesto en ella abrazo una almohada y cierro mis ojos, el perfume de el se había quedado impregnado en mi ropa, era delicioso su aroma, extrañas veces, tengo que admitir, que sentía varias cosas por el, lo veo como figura paterna, pero a la vez no.

Me quedé completamente dormida mientras pensaba aquellas cosas, despertaba lentamente, la casa estaba oscura, solo por una luz detrás de mi, di la vuelta hacia atrás y vi a hannibal, estaba sentado en la cama recargando su espalda en respaldo, mientras leía un libro con sus lentes de viejito.

Me dio la mirada quitándose aquellas gafas, se acerque a él y lo abrace, el hizo lo mismo, cerró su libro y me abrazo, amaba dormir con él, me tenía tranquila en sus brazos, bueno, de vez en cuando podía dormir con el.

Recargaba mi cabeza en su pecho mientras acariciaba mi cabello suavemente, sentía su pecho subir y bajar conforme iba respirando.

—Preferí dormir aquí...—Susurraba de forma baja, mientras lo abrazaba un poco más fuerte.

—Ya me di cuenta—Depositaba un beso en mi frente.

—me gusta dormir mucho aquí... Es mi lugar seguro—Bostezo.

—Entonces duerme—Cerraba sus ojos mientras cerraba los míos igual, el estar en sus brazos me hacía dormir más rápido, las pesadillas desaparecían, y los sueños aparecían.

"Las pesadillas desaparecen... y los sueños aparecen"

𝑴𝒊 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆 𝒂𝒅𝒐𝒑𝒕𝒊𝒗𝒐 [𝐡𝐚𝐧𝐧𝐢𝐛𝐚𝐥 𝐥𝐞𝐜𝐭𝐞𝐫]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora