3.1 Amigos desaparecidos

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A Libby le había costado mucho despedirse de sus padres, sin poder creer que estaba dentro de un tren que la alejaría de todo lo que conocía: su familia, sus amigos, su vida no solo en Londres pero en Singapur por años completos

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A Libby le había costado mucho despedirse de sus padres, sin poder creer que estaba dentro de un tren que la alejaría de todo lo que conocía: su familia, sus amigos, su vida no solo en Londres pero en Singapur por años completos. Y es que la chica todavía se seguía acostumbrado al mundo de la magia.

Para ser honesta, se sentía como la única humana en un mundo de extraterrestres. Incluso cuando era más pequeña y una de sus primas le contó de la supuesta profecía que perseguía a la familia Young, le había sonado como un invento. ¿Ser diferente de toda su familia solo por tener los ojos de un distinto color? Era irreal. Pensó que solo lo hacía para hacerla sentir excluida y rara.

Después, cuando sus padres hicieron una gran fiesta por su cumpleaños número once, entregándole las perlas de su tatarabuela (por solo compartir los ojos con ella) y diciendole que "su vida estaba a punto de cambiar", opinó que sus padres estaban cometiendo algún tipo de micro agresión. ¿Cuál? No estaba segura, pero alguna.

Pero al llegar su carta, donde decía que era una hechicera, el miedo se mezcló con curiosidad y algo dentro de ella no pudo rechazarla, por lo que ahora estaba metida en el Expreso de Hogwarts.

Donde todo la hacía saltar —había entrado del lado incorrecto del tren, los de 4to estaban jugando con pirotecnia y otro tipo de cosas que flotaban—. Camino lo más rápido posible hacia los vagones de primero, decidida a buscar a la niña que había conocido antes.

A Libby la chica le parecía lo suficientemente normal para no causarle un aneurisma con todas las cosas de magia aún. Un paso a la vez, pensó.

—¿Gemma? —abrió el primer vagón que encontró, donde cuatro chicas la miraron mal. —Lo siento.

Al parecer no todos eran agradables en esta escuela. Justo como en cualquier escuela privada de Singapur. El siguiente vagón lo salto por completo cuando una niebla verde los inundaba. Tuvo que apachurrarse por el pasillo cuando los integrantes de los próximos vagones acaparaban el carrito de dulces.

—¿Gemma? —nada en el siguiente vagón.

—¿Gemma? —unos niños discutían, entre los gritos dudo que la escucharan.

Cuando abrió la puerta del siguiente, se arrepintió al instante.

—¿Gemma? —dos cabezas peli negras se voltearon hacia ella. La niña tenía una varita apuntada hacia el chico, que estaba sentando.

—¿Gemma? —dijeron en unísono.

—Eh, sí. Estoy buscando a una chica, lo siento. —vio que el niño estaba empapado y decidió que era mejor salir de ahí. —Pueden seguir haciendo lo que... estén haciendo.

—¡No! ¡Espera! —la llamó la niña—Conocemos a Gemma ¿Cabello blanco? ¿Mi estatura? ¿Posiblemente usando una boina?

—Sí, creo que hablamos de la misma.

HOGWARTS | ZODIACODonde viven las historias. Descúbrelo ahora