🍊Capítulo 8🍊

142 18 0
                                    

Pov Narradora

—¡Muchachos, muchachos! Acérquense—. Les llamó tu entrenador mientras que con su dedo indicé se acomodaba la montura de sus gafas. 

Ambos equipos, el de futbol y baloncesto, miraron con ilusión hacia el lugar en donde se encontraban ambos mayores.

 Todos estaban al tanto de la noticia, pero aún así el hecho de escucharla abiertamente aumentaba su ilusión. 

Se reunieron al rededor de los dos entrenadores y te fue inevitable mandar una suave mirada en dirección al peli naranja. Sus ojos parecían dos estrellas alumbrando en el cielo, sus mejillas levemente sonrojadas y una sonrisa curvosa en sus labios, seguro era el más emocionado de todos. Pero, ahora que te lo preguntabas, desconocías por completo la razón de su entusiasmo. 

—La próxima semana...¡Nos vamos todos para Tokio!—Anunció, por fin, con alegría el entrenador de futbol. 

Hubo un silencio profundo, semejantes a las Dunas de Kelso, pero este solo era la advertencia del pronto escándalo que no tardó en aparecer. Todos, dejando de lado la disputa desde haces siglos entre ambos equipos, empezarona abrazarse y a festejar. Unos cuantos hasta lloraban de la conmoción. Siempre en la época de exámenes era cuando los deportistas se unían y se ayudaban unos entre otros, pues todos lo necesitaban. Dirigiste tu mirada a Taiki, el capitán del equipo de fútbol, y ambos compartieron una leve sonrisa. Esta era una tregua, al menos por ahora. 

Luego de aquella noticia, comenzaron sus actividades común y corriente, y dejando de lado una leve discusión en ambos equipos (la cual nunca podía faltar) la hora de entrenamiento terminó a su hora habitual. 

Como era de costumbre, utilizaste las duchas cuando ya todos tus compañeros se habían ido, pero esta vez no viste a Yaguchi, quien hacía lo mismo ya que aborrecía desnudarse frente a otros hombres. Curioso, si te lo preguntaban. 

—Uff—. Suspiraste. Las duchas de agua fría eran un respiro para tu cuerpo y para tu mente. Pensabas en muchas cosas y la vez en nada, simplemente te relajaba. Y, aunque las adorabas, los momentos en los que molestabas a Yaguchi también eran de tu agrado.

Saliste del lugar mientras te secabas el cabello con una toalla. Ya era de noche y las luces que iluminaban las canchas se encontraban apagadas. Tomaste con rapidéz tu maleta y empacaste las pocas cosas que se encontraban afuera, te la echaste al hombro y, cuando estabas dispuesto a irte, distinguiste unos leves jadeos. Los ibas a ignorar, pues no era un secreto que la academia estaba llena de ninfomanos, el problema fue que reconociste aquellos sonidos y una leve punzada te impulsó a mirar más allá de la oscuridad, justo en la cancha de fútbol. Te acercaste, o sino no verías nada, y lograste distinguir su pequeña y delgada silueta la cual sostenía con su pie, de manera habilidosa, el balón. Hacía trucos fascinantes y con una gran fuerza lanzaba la pelota hacía la portería. En una de esas el balón cayó frente a tus pies, lo miraste dubitativo, pero no ibas a perder aquella oportunidad de molestarle. 

—¿Qué te parece un uno contra uno?—Dijiste mientras mantenías la pelota bajo tu pie.

Viste como todo su cuerpo se sobresaltó cuando tu gruesa voz atravesó su silencio. Volteó a mirarte con su ceño fruncido y su reacción más rápida fue sacarte el dedo medio. 

—Déjate de mierdas—. Avanzó hacia ti con una mirada afilada y fija—. Vete ahora. 

El peli naranja intentó quitarte el balón, pero con un rápido movimiento lo corriste hacía atrás evitando que el mas bajo lo tocara. Esto solo hizo que su enojo aumentara aún mas, lo notaste en su mirada. 

—¿Acaso no ves que estaba muy contento yo solo?—Se estaba conteniendo, pues su tono era rudo, pero todavía no te había insultado. 

—¿Acaso no ves que no me importa?—Te burlaste acercando tu cara a la suya y con tu característica sonrisa que tanto le molestaba. 

Metanoia [Yaguchi Kyousuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora