Secret Alpha || larry stylinson

O43

—¿Qué nos tienes que decir?—preguntó Gemma un poco impaciente, al igual que sus padres—Nos estás preocupando Harry, dinos que pasa.

El ojiverde miró hacia varios lados, la náusea subiendo rápidamente sin saber que decir.

En realidad no estaba listo para decirle a su familia aquella noticia tan inesperada, no quería que le dieran la espalda al saberlo o que lo discriminaran al enterarse, no sabía que podía pasar y eso le aterraba.

—Mi amor. —murmuró el ojiazul, acariciando con cariño los hombros del menor—Está bien si no quieres decirlo ahora, podemos esperar. —susurró.

El ojiverde negó suavemente, sus ojos llenándose de lágrimas al alzar la mirada hacia su familia—No quiero que me odien por esto. —dijo en voz bajita, mordiendo su labio inferior.

—Nadie va a odiarte, Hazz. —dijo Gemma con una leve sonrisa—Nosotros estamos aquí para apoyarte, no tienes que tener miedo, siempre estaremos para ti.

—Siempre voy a estar para ti, mi niño. —Anne habló, causándole escalofríos al menor—Vamos a apoyarte.

—Puedes decirnos que pasa, pequeño. -dijo Desmond, mirando a su hijo a los ojos—Vamos a arreglarlo si algo está mal, vamos a buscar alguna solución.

Harry tomó aire antes de hablar, repitiéndose que todo estaría bien—Esto no tiene solución. —dijo en voz bajita—Primero debo explicarles que... mi novio no es como nosotros.

—¿A qué te refieres con eso?—preguntó Desmond, apretando levemente la mandíbula—¿No es como nosotros?

El ojiverde miró a su padre, madre y hermana con una mueca en su rostro, tomó aire para poder continuar con lo que iba a decir, estaba muy nervioso–No, Louis no es como nosotros. —susurró, bajando la mirada con vergüenza antes de continuar hablando—Louis es un hombre lobo, ellos nunca se extinguieron, solo que algunos se escondieron y otros ignoraron por completo su naturaleza. —murmuró.

—Harry, las historias que contaba tu abuela eran falsas. —Dijo Anne, mirando a su hijo con preocupación—Los hombres lobo nunca existieron, bebé. —murmuró.

—Sí lo existieron. —respondió el ojiverde, su labio aún temblaba pero estaba haciendo su mayor esfuerzo para no llorar—Louis es un hombre lobo que viene de una manada de pura sangre. —Suspiró, agarrando la mano de su alfa con fuerza—La abuela siempre tuvo razón en todo lo que dijo, aunque no tenga la sangre pura de un hombre lobo, la descendencia sigue ahí. —dijo, intensificando su agarre en la mano del castaño—Yo soy un descendiente omega, es raro y complejo de entender. —asintió—Pero esto es real y Louis es la prueba de que es real, ambos lo somos.

Desmond no sabía que decir, estaba confundido con lo que su hijo decía, pues según todos los que conocía los hombres lobo se habían extinguido o simplemente jamás habían existido, pero al ver a su hijo seguro de eso, no sabía que pensar.

—Aunque no me creas, tengo algo que decirles a ustedes para que sepan que esto es real y estoy feliz con esto. —continuó hablando el ojiverde al no tener respuesta, su agarre se aflojó para poder bajar ambas manos a su vientre—Estoy embarazado. —susurró, mirando a sus familiares con los ojos vidriosos.

El silencio reinó en el departamento, los familiares del ojiverde estaban en shock, no sabían que decir.

Después de unos minutos, Desmond habló—¿Eso quiere decir que te la metieron?—preguntó preocupado.

—¡Papá!—se quejó el ojiverde, mirándolo con el rostro rojo por la vergüenza—¿De todo lo que te dije esa es tu única pregunta?—bufó bajito.

Gemma volteo a ver a su madre, sonriendo de lado—Me debes otros veinte, pagame. 

—Tramposa. —murmuró Anne, pagandole veinte billetes a su hija.

—Nunca van a madurar. —murmuró el ojiverde, mirando a su alfa.

Después de decir eso, los tres familiares se acercaron al rizado para abrazarlo y felicitarlo por su embarazo.

Aunque estaban confundidos, eso no les impedía celebrar la llegada de un nuevo miembro de la familia.

El resto de la tarde sirvió para que todos hablaran del tema, además de amenazar de manera sutil al ojiazul para que cuidara del omega en cinta.