Capítulo 2: Negación y Confusión

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A la mañana siguiente, el cielo gris de la ciudad parecía reflejar el tumulto interno de Lara. Con cada paso que daba por las calles empedradas hacia la universidad, las palabras del mensaje resonaban en su mente. "Soy yo, Alex. Necesito hablar contigo."

Lara intentaba convencerse de que era solo una broma. Alguien había encontrado el viejo teléfono de Alex o había hackeado su cuenta. Eso tenía que ser. Pero, ¿cómo sabían sobre el mensaje sin abrir? Esa era una información que ella nunca había compartido con nadie.

En la universidad, se sumergió en sus clases, intentando poner en orden sus pensamientos. La lógica y los números siempre habían sido su refugio, un lugar donde las emociones complicadas no tenían cabida. Pero incluso la lógica tenía sus límites frente a lo inexplicable.

Durante el almuerzo, Clara notó su inquietud. "¿Estás bien, Lara? Te ves como si hubieras visto un fantasma."

La ironía de la observación de Clara no escapó a Lara. "Solo... no dormí bien", respondió, evitando la mirada inquisitiva de su amiga.

De vuelta en casa, Lara se enfrentó nuevamente al mensaje. Se armó de valor y respondió, pidiendo pruebas, exigiendo saber quién estaba detrás de esta cruel broma. La respuesta no tardó en llegar, con una foto adjunta. Era una imagen de ellos dos, Alex y Lara, en un lugar que nunca habían compartido en redes sociales. Un recuerdo privado de un viaje a la montaña, solo ellos y la inmensidad del cielo estrellado.

El corazón de Lara latía con fuerza. Esa foto estaba solo en el teléfono de Alex, nunca la había transferido a su propio dispositivo. Sentía que el suelo se desvanecía bajo sus pies. Las posibilidades la abrumaban: un hacker, un conocido cruel, o algo... más.

Esa noche, Lara se sumergió en la investigación. Revisó viejos chats, correos electrónicos, buscó en foros de internet sobre hackeos y fenómenos inexplicables. Pero ninguna respuesta parecía encajar del todo. Cada teoría racional se desmoronaba frente a la inquietante realidad de la foto.

Lara no sabía en qué creer. La negación y la confusión se mezclaban con una chispa de algo que temía admitir: esperanza. ¿Y si realmente era Alex? ¿Y si había algo más allá de lo que su mente lógica podía comprender?

Mientras la noche se adentraba en las profundidades de la madrugada, Lara tomó una decisión. Necesitaba encontrar a alguien que pudiera ayudarla a desentrañar este misterio, alguien que entendiera el mundo digital tanto como ella. Y sabía exactamente a quién acudir.

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