Me despido de ti.

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Sé que no es la primera vez que te digo "adiós"

y seguro pensas que no va a ser la última,

que ésta es otra amenaza más en la que me voy pero al caer la noche sigo acá.


Si me he quedado no es porque me falten motivos,

te juro que si los escribiera, se haría una lista taan larga

que llegaría hasta la siguiente cuadra,

pero lo que me ha detenido es uno:

creer que el hombre del que me enamoré

sigue escondido allí,

detrás de algún ventrículo de tu corazón.


¡Me niego a creer que ese hombre ha dejado de existir!


Con él conocí todas esas cosas que creí imposibles,

tiré las máscaras,

defendía la existencia del amor en cada debate

de esos que surgen después de tres tragos.


Ahora ¿Cómo me explico que ya no existe?


Las personas cambian.

Sé que echamos raíces al piso para permanecer en un sitio,

pero ahora sos alguien que no conozco.


Tu rostro es el mismo, el aroma también,

pero vos... no sos vos.

Y eso me hace sentir que tampoco puedo ser yo.


Ahora solo somos un recuerdo.

Recuerdo del que yo quiero seguir aferrada

que puede volver cuando ya se ha desvanecido en el verano pasado.


Como esas canciones viejitas que no tienen un fin definido

y van desapareciendo poco a poco, hasta que dejas de escucharlas,

así como dejé de escucharte a vos.


No me percaté cuando se trazó una línea en la habitación,

una barra entre vos y yo,

donde aún hablando el mismo idioma,

no podía entenderte,

así que sólo recurrí a quererte

pero solo querer no es suficiente.


Somos dos desconocidos que se conocen cada rincón del alma.


Todos esos suspiros profundos por las madrugadas,

las carpetas secretas de notas

y el historial de canciones culposas del reproductor "fuimos",

no más.


Porque ya no estás,

y yo tampoco debería.


Porque si sigo amando a un fantasma,

terminaré solicitando un exorcismo que me libere de tu recuerdo.


Porque parece tener voluntad propia,

llega a desordenar lo poco que voy construyendo

y vuelvo a quedar tendida de un hilo,

con un desequilibrio emocional,

lesiones mentales,

un corazón herido

y otra taza de café doble, con un par de letras.


Si algún decides volver,

no dudes en llamar,

pero te advierto que no contestaré.


Me despido de ti.


Adiós.


-Stcafe

Me culpo por quererte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora