Capitulo 29.

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Sentí la puerta abrirse, caminó hacia mi y tocó mi hombro.

-Sé que estás despierta, te vi. -Dejó la bandeja con comida a mi lado. - ¿No dirás nada? -Insistió. No quería hablarle, ni siquiera se lo merecía. - ¿Dime por que lo has hecho? Te he dado todo _______. ¿Qué es lo que te faltó? -Dijo pretendiendo que le responda,pero no lo haré.

Me observó por un rato mientras seguía acostada sin decir nada.

-Se que en algún momento de nuestra relación me amaste ________. Vuelve a hacerlo, por favor. -Suplicó. Se que eso fue cierto, lo quise,pero el se encargó de destruir todo el cariño que lo tenia. -Esta bien,si eso quieres entonces te dejaré sola. -Se levantó y cerró la puerta.

~

Me encontraba en Nueva York. Massimo tenía que cerrar unos negocios y nos quedaríamos por un mes. Era la primera vez que viajaba con el luego de un año de casados.

No hablábamos mucho,éramos como dos desconocidos a pesar de que llevábamos un año casados.

Llegamos al hotel y me senté en la cama, esa noche había una tormenta enorme y no pudimos salir, así que estábamos en silencio en aquella invitación.

-No hay cobertura. Te aviso por si quieres usar tu celular. -Dijo tirando su celular a la cama.

-¡Cómo si tuviera a quien llamar! -Respondí rodeando los ojos.

-¿Cuál era tu película favorita de niña?-Preguntó. Lo mire confundida.

-¿Cuál es la trampa? -Pregunté.

-Ninguna-Respondió. -Es solo una pregunta.

-La bella y la bestia. -Contesté. -¿Por qué esa pregunta?

-Pediré helado a la habitación así podemos verla. -Respondió. Lo mire confundida, Massimo nunca había tenido un gesto tan bueno conmigo, aunque era muy mínimo.

Todo ese mes nos acercamos bastante, comenzó mirando películas juntos, luego conocíamos diferentes lugares de Nueva York y al final del día nos quedábamos observando las estrellas en la terraza del hotel.

-Nunca creí que tenías corazón. -Solté mientras posaba mis manos en mi abdomen, y mi cabeza seguía mirando el cielo.

-Lo siento. -Contestó. -¿Sabes? Eres más increíble de lo que pensaba, me lo estaba perdiendo por comportarme como un idiota,solo espero que me perdones.

-Hay cosas que no podré perdonarte jamás ¿Entiendes? -Pregunté girando mi cabeza hacia el.

-Lo entiendo, me lo merezco después de todo.-Contestó. Regresé mi mirada al cielo. -Puedo mejorar-Soltó. Lo volví a mirar. -Es decir, creo que empezamos mal y podría mejorar nuestra relación. -Solté una risa irónica. Sabía que eso era casi imposible.

-¿Y qué harás? -Pregunté.

-No, mejor dicho qué es lo que quieres que haga para ser lo mejor para ti. -Contestó. -Supongo que quieres salir aunque yo no esté en casa, quizá quieras estudiar algo...No lo sé.

-Si,quiero estudiar. Quiero tener la libertad de salir cuando quiera. -Respondí. -No me escaparé, no tengo ni siquiera dónde ir.

-Lo sé. -Respondió. -Pero no es por eso que no te quiera dejar salir, es por seguridad.

- ¿Seguridad? -Pregunté.

-Si,hay mucha gente que quiere hacerme mal y si te ven sola...irán por ti. Tu eres lo único que me importa y ellos lo saben. -Me miro dulcemente.

-Podria salir con seguridad. -Intente resolverlo.

-Está bien.-Contestó. -Tienes la libertad de decidir todo.

Secreto Oscuro (Bill Kaulitz y tú) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora