Bruce Wayne, es un ser humano común y corriente, por ende ha cometido demasiados errores en su vida, por eso el y esa familia que tanto ama esta dispuesta a arreglar sus errores del pasado ahora que está próximo a retirarse de su labor como Batman y...
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Las sombras de Gotham se extendían como un manto sobre las calles, testigos silenciosos del intento de Jason Todd por reparar viejas heridas. Había escuchado que Roy Harper, su antiguo compañero de batalla y amigo, se encontraba en un bar en los suburbios de la ciudad. La oscuridad de la noche envolvía a Jason mientras avanzaba con determinación hacia el lugar, su capucha roja apenas visible en la penumbra.
El tintineo de la campana sobre la puerta del bar resonó cuando Jason entró. Roy estaba sentado en la barra, sus ojos cansados reflejando la carga de experiencias pasadas. Al notar la entrada de Jason, su expresión se tensó por un momento antes de relajarse en un gesto resignado.
-Jason. -Dijo Roy con una mezcla de sorpresa y aprehensión en su voz.
Jason se acercó con cautela, sus ojos ocultos detrás de la máscara, pero la tensión en su cuerpo era evidente. -Necesitamos hablar, Roy. Hay cosas que quedaron pendientes.
Roy asintió, y ambos se retiraron a una mesa apartada, rodeados de los murmullos de la clientela y el suave murmullo de la música de fondo. La conversación empezó tensa, como el crujir de cristales antes de romperse. Pero a medida que compartían sus puntos de vista y recordaban tiempos mejores, una especie de entendimiento comenzó a surgir.
En un momento, Roy soltó una risa irónica. -Sabes, Jason, siempre has sido un desafío. A veces siento que conquistarte sería más fácil que comprender todo este caos.
Jason arqueó una ceja, sorprendido por el comentario inesperado. -¿Conquistarme? Bueno, me gustaría ver eso.
En ese preciso instante, la puerta del bar se abrió y entró una joven con rizos castaños y una sonrisa traviesa. -¡Papá! -exclamó, corriendo hacia Roy.
-Te presento a Liam. -Dijo Roy.
- ¿Cómo va tu noche, papá?
Roy sonrió a su hija y luego miró a Jason con complicidad. -Liam, este es Jason. Jason, mi hija.
Liam, sin perder tiempo, miró a Jason con curiosidad. -Papá me ha hablado mucho de ti. ¿Eres su amigo de trabajo, verdad? ¿Qué opinas de ser mi nuevo papá?
Las palabras de la niña hicieron que tanto Jason como Roy se ruborizaran, pero Roy, con una picardía que solo él poseía, tomó la situación con humor. -Liam, cariño, creo que eso es algo que debemos discutir con más calma, ¿no crees?
Liam rió y miró a Jason con ojos traviesos. -Pues a mí me gustaría que fueras mi papá nuevo, Jason.
Jason, sorprendido y totalmente sonrojado, intentó esbozar una respuesta, pero Roy lo interrumpió con un gesto amigable. —Lo siento, Liam, creo que Jason todavía está procesando la idea. Vamos a darle tiempo.
Antes de que Jason pudiera reaccionar, Roy le dio un beso rápido en la mejilla y le guiñó un ojo con complicidad. -Lo siento, amigo. Mi hija tiene una manera única de sorprender a la gente.
