Oh, mi dolor,
sabía que anhelar el amor no era para mí,
pues no lo merezco.
Luna grandiosa,
de ti debo alejarme,
pues sé que estas emociones
debo reprimir.
Oh, luna de mi cielo nocturno,
perdóname por esta decisión,
pues de ti
jamás quise partir.
Pero ese ha de ser
mi deber,
¿egoísmo?
Posiblemente,
pero quiero proteger
la sonrisa compartida en nuestra conversación.
Luna mía,
siempre serás
mi mayor luz en la vida,
mi mayor inspiración,
mi mayor anhelo.
Oh, luna de mi cielo,
en esta noche estrellada,
decidí soltarte,
pues no puedo romper
las reglas de la vida.
Pero mi amor por ti
será eterno.