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Todos los días iguales.

Pelear contra Iblis, buscar sobrevivientes, buscar provisiones, lidiar con escombros, hacer patrullas nocturnas para asegurarse de no ser sorprendidos por otro ataque durante su descanso.

Nacer en un mundo post-apocalíptico no es algo que hayan pedido.

Santa mierda, ¿quién lo haría?

Independientemente de si fue solicitado o no, es el destino que les tocó, no hay nada que puedan hacer en contra de eso.

Todos los días se tratan de repetirse lo mismo "Solo hace falta llegar a mañana", y sí, se trata de eso, esperar un nuevo amanecer igual de miserable y sin esperanzas.

Nunca han conocido nada más que no sean las llamas de la desesperación, que incineran y convierten en cenizas todo lo que hay a su paso.

—____, ¿qué tanto piensas?

Al menos se tienen el uno al otro.

—Nada, simplemente reflexiono la miserable vida que tenemos.

—Cuanto optimismo.

—Lo sé —rió un poco para ocultar las inmensas ganas que tenía de soltar un grito de frustración—. De todos modos, ¿dónde está Blaze?

—Se quedó a vigilar que Iblis no vuelva a aparecer antes de que vayamos a dormir.

Ciertamente, de no ser por ellos ____ se habría rendido y dejado someter por Iblis hace mucho tiempo.

Tampoco es que tuviera mucho por lo que vivir, únicamente sus amigos.

—Tal vez debiste quedarte con ella —recargó el peso de sus hombros al apoyar sus manos en la orilla de la azotea, donde estaba sentada—. Yo... creo que necesito tiempo a solas.

—Bueno, no me gusta interrumpir tus mortificaciones nocturnas por eso mismo —Silver se sentó a su lado—. Pero, ¿no crees que hoy la noche es bastante linda cómo para limitarse a eso?

Alzó la vista ante esas palabras. Forzó un poco a sus ojos, apesar del humo que causaba el fuego que aún se mantenía por todos lados, podía ver cómo algunas estrellas relucían más que cualquier capa de vapor.

Y ni siquiera hizo falta buscar a la protagonista del show, pues al instante la luna se cruzó con sus ojos. Ese día en especial se podía apreciar mejor a simple vista, probablemente por las fechas.

Tenía un brillo singular, centelleando en una tonalidad dorada.

La joven sonrió levemente, cambiando por completo su actitud.

Silver también sonrió, contento de ver más tranquila a su amiga.

—Se ve casi como si pudiera tocarla...

Él sabía lo mucho que le gustaba el paisaje nocturno, así que no le sorprendió su repentina admiración.

Pretendió levantarse, pero antes de hacerlo por completo, se hincó detrás de ella, tomando su antebrazo.

—Entonces inténtalo —propuso, moviendo hacia arriba el brazo de la fémina.

Ella soltó una carcajada.

—Que tonterías dices, Silver.

—¿Qué? No me digas que no es eso lo que quieres desde que somos niños.

—Sabes que sí, pero eso es absurdo.

—Yo pienso que ningún sueño es absurdo.

—Pues yo pienso que sí —se safo lentamente del agarre, dejando su brazo caer.

Blue Moon [Silver The Hedgehog x Lectora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora