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— Casi muero pero no te niego que valió la pena — suspire de manera tranquila.

— No puedo creer que seas tan imprudente — susurró Ann tomando el puente de su nariz.

Seguí acomodando ropa mientras escuchaba los reclamos de Ann ciertamente no le estaba prestando mucha atención, pero debes en cuando la miraba y solo asentía.

Saque esa chamarra y la colgué afuera, necesitaba debes en cuando ser expuesta al sol para no adquirir un olor desagradable a humedad.

— ¿Por qué nunca usas esa chamarra? Se ve que es mucho de tu estilo —

Preguntó con inocencia así que decidí contarle.

— Porque no puedo permitir que se arruine — traté de sonreír pero más bien pareció una mueca mal formada.

— ¿Quien te la dio? —

Preguntó cómo si ya supiera que había sido un regalo, Ann era la única persona con la que podría conversar de esta manera, había logrado ganarse mi confianza, debes en cuando me gustaba desahogarme con alguien, habían pasado tantos años desde la ultima vez que hablé de él.

— Me la dio el único hombre que he amado — Confesé soltando un suspiro.

La cara de sorpresa de Ann no se hizo esperar.

— ¿Cuál era su nombre? — pregunto sin más

— Nijirō... —
Solté en un susurro

— Nijirō Murakami era su
nombre. —

De pronto, su recuerdo me asaltó, un vacío en mi pecho me dejó sin aliento, mis ojos se nublaron y mi voz se extinguió.

— Es para ti — dijo aquel chico de manera tímida estirando un pequeño paquete hacia mi.

— Es precioso Nijirō — dije desenvolviendo el regalo, viendo aquella sudadera de un color blanco tan bonito, sin pensarlo mucho me acerqué a él dandole un beso en la mejilla, el calor subió por mis mejillas y al parecer a él le pasó lo mismo, por la vergüenza salí corriendo, siendo perseguida por el.

Ese recuerdo me da paz, pero el que sigue no...

— Te lo ruego Nijirō, te lo ruego no me abandones — dije tomando su cuerpo entre mis manos.

Sentí unas manos tomar mi espalda impidiendo moverme, logre calmar mi respiración, deje de tratar de forcejear, me di cuenta que el que me sujetaba era Aguni, me llevo cargando hacia una nueva habitación.

— No Aguni detente, mi
chamarra. —
Suplique.

— No te preocupes Ann ya se la llevo a tu nueva habitación, te está esperando ahí — no dije mas solo asentí y me acurruqué en su pecho.

Me dejo sobre la cama de la nueva habitación, pude ver, cómo ya había ropa sobre mi closet y al lado de mi la chamarra blanca, Ann salió poco después del baño con un par de toallas y vi como el vapor salía del baño.

Me guío hasta la bañera, una vez estando ahí, me deshice de lo que traía puesto y entre, el agua se sentía cálida, pero no lo suficiente para calentar mi frío cuerpo.

Ann comenzó a lavarme el cabello.

— Es impresionante como destrozas toda tu habitación a excepción de tu closet — mencionó tratando de alivianar el ambiente.

¿DRUGS? - Chishiya Shuntaro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora