Ella, una mujer indomable con un caracter de los mil demonios. Siempre al día en tendencias actuales, una escritora que comenzaba su era dorada a quien la vida le hace dar un giro de 180 grados.
Él, un hombre hermético, dueño de si mismo y prepotent...
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Thomas.
Nunca en mis 28 años había sentido tanta impotencia como la sentí anoche, ese pequeño pedacito de mierda de caderas alegres me sacó de quisio en menos de 20 minutos.
No conforme con amenazarme de una forma bastante altanera me dejó con la palabra en la boca, la muy hija de puta me dejó a mi, A MI, a Thomas Valler con la palabra en la boca.
En estos momentos mi cabeza es un torbellino de emociones que ni yo mismo logro entender del todo, esto me tiene mirando la pantalla del ordenador desde las 7:45am, son las 9:00am y aún no cambio la maldita página porque no he logrado concentrarne en los numeros de la tabla de excel, lo único que ocupa mi mente son esos labios carmín jugosamente gruesos y gracias a esto mi cabello es como un nido de pajaros debido a todo lo que lo he revuelto con mis manos.
Estoy en plena batalla mental cuando Oliver entra a mi oficina, lo observo desde detras de mi escritorio y él explota a carcajadas, si sé, se ríe de mi porque asumo que me veo ridículo con el cabello revuelto.
— Te ves como la mierda hermano, ¿que pasó? — Me pregunta Oliver sentandose frente a mi mientras yo suspiro.
—Resulta que la Omega que compre está loca, pero no poco, si no que loca para psiquiatrico Oliver. La muy hija de puta me dijo barato, imbecil y me dejó con la palabra en la boca para después comportarse como un terrón de azucar frente a mis jodidos padres" — Hablé recargandome en mi silla.
— ¿Es una broma cierto?— Me pregunta oliver, su cara de incredulidad es tan obvia, y no puedo culparlo por no creerme ya que a mi aún me cuesta asimilarlo.
—¿Tengo cara que de alguna manera o forma esté jugando contigo Oliver? la mujer está loca de remate, por un segundo dudé de que fuera omega— Hablé y al entender que no iba a poder concentrarme en lo que veía en el computador terminé por apagarlo.
—Mi más sentido pesame entonces hermano, no solo lidearas con un mocoso si no que también con tu loca futura esposa— Soltó el muy desgraciado riendose.
— Si, jaja, mira como me río imbecil, ya me gustaría verte en mi posición.— Hablé con molestia mientras me ordenaba el cabello con las manos y tomé mi chaqueta. Tenía que pasar a buscar a mi loca omega a las 10:00am.
—Suerte que no soy tú hermano jajaja, ten, aqui está lo que me pediste.— Oliver me extendió una hoja con una dirección escrita junto a algunos nombres.
—Gracias. Nos vemos, quedas a cargo hasta que vuelva.— Tras aquellas palabras salí de la oficina, me subía a mi deportivo y conduje hasta la casa de ella, al llegar hice sonar la bocina y pronto ella salió.
Santa mierda, anoche se veía bastante apetecible con el vestido pero ahora podía decir que tenía un cuerpo deseable, llevaba tacones negros, jeans rectos y una blusa negra de seda a juego con los tacones.
