19 - solo será temporal

799 86 0
                                    

⋆٭⋆

Se abrazaron el silencio hasta que ya no quisieron derramar una lágrima más.

Enzo beso sus mejillas, su pequeña nariz y sus esponjosos labios, aprovechando que no podría hacerlo mañana.

Tomó su rostro, haciendo que Julián lo mirara, con ojos cansados de llorar, aún así sonrió.

– ¿Puedo amar a alguien en tan poco tiempo? – murmuró el mayor, aunque fue un pensamiento que se escapó.

Julián sonrió, escondiendo sus ojitos tras sus mejillas.

– El corazón no pide permiso para amar, Enzo. Tampoco pide tiempo – dijo. – A demás... Somos predestinados, Enzi, ya nos amábamos, sólo necesitabas darte cuenta....

Enzo no pudo sonreír del todo.

No sabía si aquello era muy injusto, o muy justo.

Julián era demasiado para él, alguien tan dulce, tan tierno, con esa apariencia digna de un ángel, con el don de ser un adorable amigo peludo a voluntad.... Alguien así no merecía un delta como él, una vergüenza de alfa, un don nadie en el mundo.

Tenía toda la suerte del mundo por sólo conocerlo, y no se iba a cansar de repetirlo, porque era la única certeza que tenía en ese momento.

– Julian – lo llamó, el tono hizo que el omega borrará su sonrisa. –hay personas que nunca encuentran su predestinado... Hay quienes ni siquiera tienen... Yo... Creo que debes buscar a alguien mejor.

Julián pareció decepcionarse con sus palabras.

– No quiero a nadie más – dijo, con total seguridad, mirando directamente a sus ojos.

Enzo negó ligeramente.

– No quiero que esto sea difícil. –

– Nunca fue fácil, no pongas excusas. –

– Bien – Enzo dió un pequeño suspiro. – No quiero que sea más difícil.

Julián no dijo nada.

No quería rendirse, no podía rendirse, no después de haber llegado hasta ahí.

– ¿Sabes cuándo fue la primera ver que sentí tu olor, Enzo? –

El morocho alzó una ceja, no sabía de a dónde ni a qué venía esa pregunta.

– Cuando viaje a Buenos Aires para conocer a uno de mis pretendientes – dijo – Alexis Mac Allister, alfa, con olor a cerezas y menta un poco demasiado fuerte, al punto en que pensé que era así porque estaba en celo, y agradeci tener el collar por cualquier cosa que intentara conmigo.

>> Pero no intentó nada. No estaba interesado, y tampoco en celo, su olor fuerte era una peculiaridad. Me dijo que necesitaria tiempo para saber si queria algo conmigo o no, y que había aceptado la reunión conmigo porque no tenía ninguna razón para decir que no.

>> Pero todo ese día la pasábamos hablando, y me habló de ti, mucho.

Enzo se sentía un poco atacado por e informalismo, pero sabía que era una costumbre del omega, de cuando se molestaba.

– Me mostró tu habitación, Enzo – continuó–. Alexis no lo sentía, pero yo percibía perfectamente tu olor, en toda la habitación.

>> Por primera vez sentí algo, mí lobo reaccionó a tu olor, quería mostrar sumisión y tuve que salir de allí para no agobiarme, no sabía lo que me pasaba... Pero mi lobo sí, sabía que había encontrado a mi predestinado, aunque no estaba allí, eso lo hizo desesperarse un poco.

delta | enzo x julianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora