𝕾𝖚𝖊ñ𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝕴𝖓𝖛𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔

𝔍𝖆𝖗𝖉𝖎𝖓𝖊𝖘 𝕽𝖔𝖏𝖔𝖘

No habrá ceremonia de cama,
Aunque hay algunas bromas borrachas al respecto, la mayoría dirigida por Joffrey,. quien dice que es una pena que Sansa tenga que esperar a que Tommen crezca, para hacer algo más.

La única razón por la cual Joffrey no se atreve a decir algo más es porque está sentado entre Madre y el abuelo,
Incluso si es él es el Rey.
Tommen sabe que Joff todavía le tiene miedo al abuelo, aunque nunca lo admitiría, cuando concluye el banquete su madre y algunas doncellas lo escoltan a sus aposéntos que serán suyos asta el día que abandonen la fortaleza roja, que está previsto dentro de quince días.
Tommen no quiere pensar en eso.

Antes de entrar, Mamá lo abraza y lo besa de nuevo, promete ir a buscarlo para desayunar al día siguiente, Le dice que ha sido muy valiente, aunque ambos saben de sobra que es mentira.
Está tan enojada que hace que su piel se sienta Espinoza contra la de él, como el aire antes de una tormenta eléctrica.

Tommen siempre tuvo miedo a las tormentas, a pesar de su apellido.
A Cella no.
Le gustaba ver como los relámpagos se bifurcaban a través de la bahía, y como la lluvia caía contra los tejados de la ciudad;
El en cambio él se acurrucaba bajo las sábanas con un gatito o un libro para distraerse y no escuchar los aullidos de los vientos violentos que tanto le aterraban.

Tommen entra primero; La madre bloquea el camino de Sansa, aunque él trata de escuchar, no puede distinguir mucho de su conversación apagada tras la puerta.
La sirvienta le ayuda a desvestirse, y de pie, descalzo y con su ropa pequeña, le toca el cuello de lino con volantes contra el cuello y siente vergüenza.
Mamá tenía razón, es una farsa, como algo que los murmuradores pondrían en una obra de teatro.

Sansa nunca lo amará, a ella ni siquiera le agrada, solo es amable porque tiene miedo.
Pasarán años y años antes de que sea un hombre adulto. Mientras tanto todos se burlaran de ellos de la misma manera que lo hicieron con el primo Tyrek y su esposa bebé, antes de que lo mataran en los distubios.

Está muy, muy tranquilo cuando Sansa por fin entra en la habitación, las sirvientas también la ayudan a cambiarse, y Luego van a la habitación contigua a dormir para espiarla.
Tommen piesa indignado, no sabe porqué, y pueda que a Sansa no le gustara; pero ella no le haría daño, ni él a ella, ¿como iba a hacerle daño a ella?
Ambos están en lados opuestos de la cama, que es demaciado grande, y entonces Tommen bosteza a pesar de si mismo, no pudo aguantar más. Está tan cansado que ni siquiera tiene tanta hambre, a pesar de que apenas y ha comido nada de su cena.

Sansa lo mira fijamente y por un momento, sus labios tiemblan como si estuviera a punto de sonreír, pero luego se convierte en un ruido, como un sollozo.
Tommen pienso que él no le ha dicho nada, quizá haya sido madre, ella a veces hace llorar a la gente con sus palabras.

Ella agacha la cabeza y se mete rápidamente en la cama.
-Buenas noches mi príncipe, apaga las velas de su mesita de noche.

Tommen vacilante hace lo mismo, y luego se mete a la cama a su lado.
Sus pies descalzos rozan accidentalmente su pierna cálida, y siente que ella se aleja bruscamente.