𝕱𝖆𝖓𝖙𝖘𝖒𝖆𝖘

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Una vez que estuvieron fuera de la larga sombra de la fortaleza Roja, y el clamor y el zumbido de la ciudad se vuelven cada vez más distantes, Tommen observa sorprendido la metamorfosis del comportamiento de Sansa, Parece como si hubiera llegado d...

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Una vez que estuvieron fuera de la larga sombra de la fortaleza Roja, y el clamor y el zumbido de la ciudad se vuelven cada vez más distantes, Tommen observa sorprendido la metamorfosis del comportamiento de Sansa,
Parece como si hubiera llegado de una tormenta y se hubiera quitado la capa empapada, ella parece... Luminosa y feliz. Ella sonríe genuinamente ante una broma de uno de los soldados que viajan cerca de ellos.
Hace un comentario sobre el buen tiempo que hace, y rechaza cortésmente ante la oferta del tío Kevan de ir en la timotera cuando regresan a ellos después de una hora más o menos de camino.

-No sabía que te gustaba montar, Sansa. -Le dice Tommen mientras se acercaban a una pradera cubierta de hierba, donde el tío Kevan ordena que se detengan a almorzar-.
No recuerda que ella cabalgara mucho cuando partieron desde Invernalia a Desembarco del Rey. La mayor parte del tiempo se sentaba en la timotera con él, su Madre y Cella. Excepto cuando fue a montar con Joffrey esa vez.

Se acuerda de Lady, y se siente mal y deprimido por ella, el lobo de Sansa lo había horrorizado, pero eso no significa que quisiera matarla. No era necesario de todos modos, todo el mundo sabía que era el lobo huargo de Arya la que había mordido a Joff.
Papá le había dicho a Lord Eddard que le consiguiera un perro a Sansa, Tommen se preguntaba si querría uno de las perreras de la Roca, Tal vez si se pareciera a un lobo.

-Sí, -dice Sansa rápidamente-. Solo que nunca tuve la oportunidad de practicar antes de Margaery, es decir.. antes de que Lady Margaery viniera a la corte y me invitara a sus caserías y halcones... Ahora me gusta mucho montar.
Las apretadas filas de hombres se han aflojado y dispersado. Ella mira a su alrededor, la luz del sol hace que su cabello brille como el cobre.
Luego le da un tipo de sonrisa extraña que nunca había visto en ella. Parece una sonrisa juguetona.
-Mi príncipe, ¿te gustaría recorrer la pradera?. Tommen nunca había recorrido en caballos, abre la boca para preguntarle al tío Kevan si puede, Luego la cierra, se supone que debe ser fuerte,
se supone que debe de crecer, no puede estar pidiendo por cada pequeña cosa. Padre solía decir que un hombre que tenía que pedir permiso no era un hombre en lo absoluto.

-Si. Dice con firmeza, y se hunde en los talones y ordena. ¡Vamos Orys!

Sansa parece sorprendida, respondió rápidamente, y la oye exclamar espoleando su propia montura, mientras intenta seguirle el ritmo. al poco tiempo ya están codo con codo. y algunos de los hombres a lo lejos se rien al verlos salir de la carretera. El tío Kevan los llama, sonando preocupado , pero por una vez más a Tommen no le importa. El viento golpea su rostro y sonríe a pesar de ello, disfrutando la sensación de que su cabello se aparta de su cuero cabelludo.

Sansa gana por medio caballo, a medida que ambos disminuyen la velocidad al trote; él la ve sonrojada, no por la carrera, parece avergonzada de haberle ganado.

-Lo siento Tommen. -le grita preocupada-

-«Casi me golpeas»...

Debería haberte avisado más, mi señor.

𝕾𝖚𝖊ñ𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝕴𝖓𝖛𝖎𝖊𝖗𝖓𝖔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora