Tú - [Billie Eilish]

8| Fuera de mi camino.

La playa estaba básicamente vacía ahora ademas de Billie y yo. El sol se estaba poniendo y pronto oscurecería.

—Que hermoso.— Dijo Billie en voz baja mientras contemplamos la vista.

—Si, la puesta de sol es increíble.— Estuve de acuerdo.

—No, estoy hablando de ti.— Afirmo.

Hice una pausa y la mire en estado de shock. Me sonroje, me incline y la bese en la mejilla. —No empieces a hacer tonterías para mi.— Bromee.

Ella levanto las cejas y rió entre dientes, sin decir nada.

Continuamos viendo las olas romper hasta que finalmente se puso el sol. Las estrellas se reflejaban en el cielo y era tan hermoso.

—Salta.—

—¿Eh?— La mire.

—Vamos a nadar.— Continuo mirando océano.

—Um..—

—¿Que? ¿Eres marica?— Ella se rio.

Suspire.

—¿Sabes nadar?— Ella frunció el ceño.

—No.—

—Oh, ¿De verdad?— Pregunto en genuina sorpresa.

—Si.— Asentí. —No hay mucha agua alrededor de Chicago, así que personalmente nunca sentí la necesidad de aprender. Normalmente me quedo en el lado poco profundo de las piscinas.— Agregue.

—Bueno, ahora estas en la costa oeste, así que no tienes otra opción.— Se rio Billie. —Vas a aprender.— Se puso de pie.

Ella tomo mi mano, arrastrándome hacia el agua y grite. —¡Para!— Ella instantáneamente dejo caer mi mano asustada por el tono de mi voz. Empece a quitarme la ropa.

—___ ¿Q-.—

—Siempre quise nadar desnuda.— Me reí antes de salir corriendo desnuda al agua. —¡¿Vienes?!— Le grité mientras sonreía.

Me di cuenta de que estaba indecisa, pero pronto comenzó a quitarse la ropa una vez que vio que no me importaba nada en el mundo.

Extendí mi mano mientras mientras esperaba que ella me alcanzara para poder correr juntas al agua. Cuando me alcanzo, me levanto y corrió hacia el agua conmigo en sus brazos.

—¡Billie!— Grité con miedo.

—Shh, te tengo.— Adentrándose profundamente en el agua.

Mantuve un fuerte agarre alrededor de ella porque en ese momento no quería que ella me bajara. Pero lo hizo de todos modos y el agua estaba muy fría al principio, pero estar allí con ella, correr y jugar... Era todo muy eufórico.

[…]

—¡Despierta, idiota!— Gritó Tom, dándome un almohadazo en la cara.

—¡Tengo sueño!— Me tape con la sabanas hasta la cabeza.

—Mira, no es mi culpa que te quedaras hasta tarde con Billie sabiendo que teníamos escuela al día siguiente.— Se encogió de hombros.

Me senté y levante las cejas. —¿E-estas celoso?—

El giro su cabeza hacia mi. —¿Celoso de que?—

—De que estoy saliendo con tu mejor amiga.— Sonreí.

—No.— Se rio. —Honestamente, me sorprende que no hayan follado.—

—¿Por que?— Fruncí el ceño.