Tú - [Billie Eilish]

19| ¿Que carajo es esto? [+18]

—¿Por qué seguiste haciendo eso?— Le pregunté a Billie mientras entramos en la camioneta negra que nos esperaba.

—¿Haciendo qué?—

—Seguiste dándole a la entrevistadora ojos de ascensor. Como si literalmente pareciera que la estabas follando con los ojos.— Le dije en un tono más tranquilo, sentándome a su lado en el vehículo.

—No me di cuenta de que estaba haciendo eso-.—

—Oh, vamos, Billie.— incliné la cabeza mientras ponía una cara de —No soy estúpida. Sabías exactamente lo que estabas haciendo. Y lo hiciste en la entrevista de la semana pasada con ese hombre. ¿Qué pasa? ¿Estás tratando de ayudar a los fans a editarte o algo así?— Levanté las manos.

ella se rió entre dientes. —Cariño, lo siento. No es nada serio, solo hago cosas al azar. Solo tonteo por aburrimiento.— Bil se encogió de hombros.

—Bueno, relájate porque maldita sea.— me reí entre dientes. —No mires a la gente de la misma manera que me miras a mí; no es genial, hermano.— puse los ojos en blanco en broma.

—Supongo que soy coqueta naturalmente.— se revolvió el pelo.

Le di una mirada de muerte.

—Lo siento.— bajó la cabeza.

El teléfono de Billie sonó por centésima vez hoy.

—La línea directa brilla, ¿eh?— Levanté las cejas.

—Sí.— se rió nerviosamente. —Todos estos mensajes directos de chicas al azar me están volviendo loca, pero me encanta.— Sonrió.

—Apuesto a que sí.— Me reí. —No eres más que una puta.—

—Cállate.— Empujó mi hombro mientras se reía. —No soy.—

—Entonces, ¿volverás a la escuela cuando terminen las vacaciones de invierno?— Le pregunté en tono triste.

—Quiero hacerlo, pero no sé qué tan ocupada me va a tener esta mierda de la música. Mamá estaba pensando en simplemente educarme en casa-.—

—¿Educación en casa?— Abrí mucho los ojos. —Eso es una locura. ¿Qué es esto? ¿1800?—

—___, tendría mucho de qué ponerme al día.— Bil negó con la cabeza. —Además, todo el mundo estaría en mi cara y toda esa mierda. Qué molesto.—

—Te estás volviendo famosa billie, eso le va a pasar a todo el mundo.— Le dije.

Ella suspiró. —No lo sé. Realmente quiero, es mucho. Tendría que pagarle a alguien para que haga todo mi trabajo y esas cosas.— se rió.

—Lo entiendo. Solo extraño que me acompañes a clase.— Me encogí de hombros. —Pero ha sido un poco relajante no ver tu casillero lleno de notas.— Admití.

—Hmm, bueno, tal vez debería volver sólo para recuperarlos.— Se rió.

—No juegues.— Me reí con ella.

—Entonces.— Comenzó b. —Adelante, dime, ¿Con quién hablaste mientras estábamos separadas?—

Fruncí el ceño. —¿Por qué?—

—Porque lo escuché, pero quiero escucharlo de ti.— Giró el cuello.

Levanté las cejas. —¿Qué has oído sobre mí? Porque hago todo discretamente.—

—Puedes intentar ser discreta pero hablas con chicas desordenadas.— Se rió entre dientes. —Sé que le estabas enviando mensajes de texto a una chica del equipo de atletismo.—