Y reencarno en un nuevo universo... ¿Podré cambiar mi historia de amor?

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Las semanas habían pasado y Andrea no sabía nada del doctor Yusuf. Ambos trabajaban en el mismo lugar: ella laboraba de planta en las oficinas de la Universidad, y además era estudiante de maestría; él era profesor y terapeuta ahí mismo, sin embargo, solo se presentaba a impartir clases o para atender a sus pacientes. De hecho, Yusuf anteriormente había sido el profesor de Andrea.

Ellos siempre se llevaron bien, no obstante, fue hasta el verano pasado, cuando terminaron las clases y culminaron su relación "profesor-alumna", que ellos se acercaron más: intercambiaban mensajes de texto, bromeaban más, hablaban sobre sus días, se contaban confidencias, planes a futuro, situaciones personales y si, intercambiaron coqueteos. Incluso se dieron apodos, ella le decía "doctor" pues Yusuf estaba estudiando un doctorado y él llamaba a Andrea "pequeña maestra" pues ella se encontraba culminando la maestría para convertirse también en terapeuta de la universidad y era seis años menor que él.

Ambos tenían bastante química y todo iba bien en aquella "amistad", sin embargo, un día Yusuf cortó toda comunicación y desapareció sin dar explicaciones. Para su mala fortuna, Andrea se había enamorado de Yusuf y tenía la impresión de que él se fue dejando una puerta abierta, pues era como si el aire, el frío y la basura entrarán en su vida para aturdirla con esta situación inconclusa.

Llegó el otoño, las hojas de los árboles caían gracias al suave y frío viento. Esa tarde Andrea salió del trabajo y se dirigió con su amiga Daniela al área clínica de la universidad, en la cual Yusuf atendía. Con suerte, esta vez podría encontrarlo, entregarle la charola de lasagna que ella prometió regalarle para su cumpleaños y aclarar las cosas finalmente.

Andrea tenía fe de que fuera mentira, quizá las habladurías de sus amigas terapeutas eran solo eso, habladurías. Pero pudo verlo con sus propios ojos: su querido doctor, sentado, cabizbajo, al lado de una seductora mujer... la recepcionista del área clínica, de hecho. La mujer lo abrazaba cariñosamente, era claro que ellos estaban íntimamente involucrados.

Andrea se sentía utilizada, decepcionada... rota.

- ¡Míralo! Se ve harto de esa mujer, ni siquiera la abraza o la voltea a ver - exclamó Daniela, tal vez para animar a su amiga.

Pero para Andrea era evidente; Yusuf decidió irse de su vida y abandonar su "confusa amistad" sin explicaciones, por una mujer.

Después de despedirse de Daniela en la estación y regalarle la lasagna que era de Yusuf, Andrea subió a su auto. Condujo frente la clínica universitaria y de nuevo los miró: Yusuf y esa chica que parecía un poco mayor que él, abrazados.

La ira se apoderó de Andrea, hacía años que no experimentaba algo así. Pisó con todas sus fuerzas el acelerador del auto y con un arrancón abandonó el lugar. Yusuf solo diviso la parte trasera del auto azul alejarse ante la mirada confundida de aquella recepcionista que besaba su cuello. Nadie sabe la expresión que él puso al darse cuenta de que su preciada "maestra" ahora sabía sobre su nuevo idilio.

Mientras tanto, Andrea conducía a toda velocidad. Todo era tan surrealista: ella se sentía fuera de sí y el tiempo estaba suspendido. De pronto, un impacto acabó con todo.

Unos últimos flashbacks invadieron la mente de joven:

- ¡Hola Maestra! - Yusuf sonrió dulcemente al verla llegar a la escuela. La hora de entrar a la oficina se acercaba y Andrea tenía poco tiempo para saludarle, pero sentía dicha de encontrarle ahora que ya no podía verlo tan seguido porque había dejado de ser su profesor.

- ¡Doctor! - ella respondió con una sonrisa nerviosa, sentía que el corazón saldría de su pecho por la emoción. Adoraba escuchar la voz de Yusuf cuando la llamaba.

Sanación y creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora