Astro

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Termino con mi serie y bajo de la maquina para descansar un poco. La música es fuerte, pero me ayuda a enfocarme en lo importante, respirar para poder continuar con mi rutina, hasta que siento como tocan mi hombro. Giro para saber quien me llama y aunque no identifico a mi interlocutor, veo como se mueven sus labios, pero no escucho lo que dice. Supongo que mi cara me delata, porque sonríe de manera comprensiva y vuelve a mover los labios y es ahí cuando recuerdo que llevo los audífonos puestos, así que me quito uno y asiento lento para que pueda repetir lo que dijo.

-¿Terminaste de usar la maquina?

 -Me faltan un par de series.

-¿Te molesta si alternamos?

-Sin problemas.

Hago una seña para que tome lugar y haga su serie mientras descanso un poco. - ¿Entonces también vienes a este gimnasio?

La voz conocida me hace levantar la cara del suelo para toparme con una amable sonrisa. -Hola.

La hija de la profesora Reny está de pie frente a mí y me es imposible no devolverle la sonrisa. -El plan es no perder la condición y las vacaciones son largas, así que es necesario venir aquí.

-¿No vienes siempre aquí?

-Solo en vacaciones, cuando estoy en clases es imposible hacerlo.

-Imagino que la prepa debe absorber mucho de tu tiempo.

Una gran sonrisa aparece en mi rostro por su comentario. Todo el mundo siempre cree que tengo muchos menos años de los que en realidad tengo. -Imagino que debe serlo, hace varios años que pase por eso y no la recuerdo tan pesada.

La sorpresa no se hace esperar y la confusión acompaña su gesto. - ¿No tienes 17?

Muevo la cabeza de lado a lado sin poder decir más antes de ponerme en pie. -Justo cumplí 24 hace unas semanas.

-Pero... pero es que tu...

-No aparento mi edad, lo sé.

En realidad no es la primera persona que me lo dice y dudo que sea la última. Asiente lento como respuesta, pero antes de que pueda decir más la máquina que estaba usando se desocupa y hago un gesto para indicarle que me retiraré para seguir con mi entrenamiento. 

Mi rutina pasa tranquila y cuando estoy por empezar el último ejercicio la pequeña "Reny" regresa a mi sitio. -Ya me voy, espero verte mañana.

Estira el brazo hacia mi con el puño al frente, así que choco mi puño con ella y sonríe antes de dar la vuelta.  -Que te vaya bien.

Termino mi rutina y regreso a casa como de costumbre. 

-¡Lena!

Su inconfundible llamado me hace girar solo un par de segundos antes de que sienta el impacto de sus brazos al rededor de mi cuello. -Sabes de sobra que me molesta que me llames Lena y aun más que me abraces Tara.

-Sí, lo sé, pero me gusta molestarte y son algunos de los privilegios de los que puedo gozar al ser familia.

Respiro hondo e intento tranquilizarme para evitar ser una mala persona. -Tara...

Antes de que pueda decir nada un auto pasa lento frente a nosotros y en el va la pequeña "Reny" quien saluda al vernos con un movimiento de mano, al que ambas contestamos de la misma manera con una sonrisa. -¿Las conoces?

-¿A quién? ¿A las niñas?

-Ajá.

-En realidad solo ubico a dos de cuatro, una de ellas es Akash, hermana de un amigo mío y otra es Safir, prima de un compañero de clase.

Akash, es cierto que la pequeña "Reny" en realidad se llama Akash. -¿Por que siempre conoces a todo el mundo?

-No es como que yo conozca a todos, sino que tu decides botar a la basura todo aquella información que incluya a personas cuya presencia no sea obligatoriamente relevante en tu vida.

-Guardar información no relevante es una acción sin sentido.

-Exacto, eso deja claro mi punto, vamos, te invito un helado ¿Qué te parece?

-¿Puedo negarme?

-Claro que no.

Se cuelga de mi brazo y empieza a caminar arrastrándome en dirección a la heladería.

Las estrellas también hablanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora