La boda

6 0 0
                                    

Un mensajero corría a toda velocidad. Al llegar al castillo empezó a detenerse lentamente y un guardia de la puerta lo detuvo, principalmente hoy no se aceptaban visitas de cualquier tipo.

— Más vale que sea de vida o muerte— le habló con voz fría aquel guardia.

....

Kessia se peinaba delicadamente el cabello, mientras se veía en el espejo. Hoy era el día, lo esperó por años.

Con la sonrisa más grande del mundo, su dama de compañía, que era su futura cuñada, la miraba feliz pues pocas veces se podía ver a la princesa tan alegre.

— ¿Te imaginas Nora?— le habló a la mujer detrás de ella — Voy a casarme con tu hermano, ¿Creiste que eso sería posible?, jamás creía que podría llegar a ver la felicidad tan de cerca—

— Genuinamente te lo mereces— le dijo la contraria.

Y tenía razón.

Kessia era la hija única de los reyes Alcaraz, quienes habían fallecido cuando su hija tenía tan solo 6 años de edad, después de eso, quedó al cuidado de su tía, Mirna, quien no la quería y la trataban mal; por suerte su guardia personal la trataba con genuino cariño, pero fue envenenado y jamás se supo por quien. Después tuvo una institutriz de nombre Dinora quien le enseñó todo lo que sabe de modales y etiqueta, pero por órdenes de Mirna fue desterrada al ver que su sobrina había hecho amistad con ella, fue así que al final solo le quedaba su Nana Sara, una mujer que en realidad era del pueblo, tenía varios hijos y siempre la trato con sumo amor, pero falleció por una enfermedad mortal.

Parecía que simplemente la felicidad no era parte de la vida de Kessia, todo lo que amaba o quería era destruido, por eso cuando conoció a Yoshua, temió bastante perderlo, pero ahora ya tenían 23 años ambos y aquel soldado valiente que logró romper todos los muros de la princesa estaba vivo y, aún mejor, se iba a casar con ella.

— Pero ¿No te preocupa que está boda también sea tu renuncia oficial a la corona? Pregunto porque se ve que amas realmente al pueblo—

— Nora, amo a mi pueblo, pero hay muchas maneras de cuidarlo, no solo desde el trono, además, mi más grande sueño es poder formar una familia, quiero tener un hijo, un niño con los hermosos ojos cafés de tu hermano y esa bella sonrisa, eso es todo lo que deseo. Además, se que Alma hará un trabajo excepcional con el reino, confío en mi prima—

Nora solamente se encogió de hombros — Serías una fantástica reina majestad—

— Basta de charla, mejor ayúdame a sujetar este velo, es todo lo que falta—

Sin más la mujer se acercó a su amiga y empezó a ayudarle con su último adorno.

— Toma— le hablo Karla a Nora — Ahora que aún soy princesa de este lugar tengo derecho a regalarte esto, es el collar de mi madre, cuando era niña solía decirme que solo me lo pusiera hasta el día que lograra mi más grande sueño—

— ¿Y ese día no es hoy?— habló confundida Nora

— Hoy es especial sin duda, pero mi más grande sueño es tener un hogar, cuidar a mi familia, así que, prométeme que me lo darás el día que nazca mi primer hijo, ¿Si?—

Nora sonrió y estirando su mano tomo el collar — Lo prometo—

Ambas se dieron un abrazo.

Pero fueron interrumpidas por unos golpes fuertes en la puerta.

— Diga— habló Nora

— Es un mensaje urgente, es para su majestad la princesa Kessia—

— Adelante— dijo Kessia está vez.

Finales Tristes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora