Sabía que ella estaba ahí ¿Cómo? No lo sé, quizás era un presentimiento, como una sensación familiar, como cuando sabes que Alguien está ahí, pero no lo puedes ver, pero a pesar de extrañarla sabía que no podía hacer nada. Me acerque al cristal que aparentaba ser un espejo pero ambas sabíamos que era una ventana, ella me podía ver, yo no, puse mi mano en el, esperaba que ella hiciera lo mismo o al menos lo imaginaba, finalmente camine hasta mi cama y me senté.
Un 17 de Noviembre, ese día había sido el último donde pude verla, mi amiga, mi hermana, Carlota.
.............
-Vamos Lidia, corre o llegaremos tarde por tercera vez y ya sabes que el profesor se pone de un genio de los mil y un demonios, corre corre-
Ambas íbamos corriendo hacia el salón con toda prisa, en el camino deje caer la USB que usaríamos para la siguiente hora después de esta y no me di cuenta hasta llegar al salón. Entonces
-Carlota- te dije algo preocupada mientras metía mi mano a la bolsa de mi suéter
-¿Si Lidia?-
-Creo que la memoria se salió de la bolsa de mi suéter mientras corríamos... O quizás se cayó por este enorme hueco-
Abriste los ojos como platos, sabía que esa USB era importante para ti, siempre fuiste muy matada en la escuela, yo en cambio, me la llevaba más relajada.
-No Lidia, ve a buscarla, si no exponemos perderemos tres puntos de la evaluación final y la maestra no dejará que lo hagamos otro día, así que debes resolverlo-
-Bien, bien, ahí voy-
Me pare de mi lugar, pedí permiso para salir al baño, aunque ambas sabíamos que no regresaría a esa clase. Caminé por el pasillo mirando con cuidado el suelo, buscaba una pequeña cosa de color rojo, no era difícil de identificar solo esperaba que nadie se la hubiera llevado. Finalmente la vi, tirada junto a una maceta, me apresure y la tomé en mis manos pero al levantarme lo mire. Un señor de mediana edad que se hacía llamar maestro, pero que en realidad parecía más un acosador, mi acosador, aunque realmente no lo entendía bien, se suponía que el Señor Tosha era el consejero estudiantil y conocía mi historial psicológico porque él me había mandado ahí, pero Tosha decía que mi "locura" era lo que realmente le gustaba de mi.
-Señorita Lidia-
Maldije en voz baja por haberme distraído y dejar que se me acercara
-Deberia estar en clase de química ¿No es así?-
-Sali un momento al baño, pero ya me dirigía para allá señor Tosha, gracias por la preocupación-
Me di media vuelta para irme pero me detuvo del brazo
-Acabo de olvidar que debo entregarle unos papeles para que no tenga problemas en la revisión a mochilas y bolsas de mañana-
Lo mire confundida
-¿Por qué debería tener un problema? No traigo nada indebido-
-Su medicina puede ser confundida con droga, así que debo firmarle una autorización, sígame-
Y lo obedecí, como siempre lo hacia. Lo odiaba porque siempre hacia que dudará de mi misma, estaba segura de que me hacía cosas y después las negaba diciendo que solo era mi imaginación. El psiquiatra lo llamo Amnesia y yo le llamo mala suerte.
Entramos y se sentó en su escritorio mientras sacaba algún papel de un cajón, empezó a escribir algunas cosas y yo solo miraba el lugar.
-¿Cómo estas Lidia?-
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Finales Tristes
RandomPequeñas historias que se me ocurren y ocurrieron, no tienen gran contexto más allá del momento, pero quizás salga alguna buena historia de aquí algún día. La vida suele tener episodios tristes y trágicos, estos solo son algunos. "Quizás algún día...