ɪ ᴡᴀɴɴᴀ ʙᴇ ʏᴏᴜʀs [cheng lu]

[3]

No había visto a meiying en todo el día, al final las clases habían terminado y el moreno Dre había entrado a la escuela. 

Traía uniforme y eso me hizo soltar una risa, hoy acompañaría a Cheng a su entrenamiento, su padre lo vendría a recoger Haci que no nos pudimos ir juntos.

Le pedí a mi madre que me recogiese y ella por supuesto acepto, llegué a mi casa y me cambié el entrenamiento, era a las tres de la tarde.

Cheng y yo vivíamos Cerca a unas siete casas vivíamos en uno de los barrios más ricos de la ciudad Haci que era muy seguro me estaba alistando para acompañar a mi novio en el entrenamiento.

Me puse una falda corta y una camisa grande negra y mis botas blancas me hice un maquillaje sencillo.

— suni — mi madre entro a mi cuarto. 

— ya llegó Cheng lu — dijo sonriendo, estaba recostada en el marco de la puerta.

— ese muchacho es muy buen partido — dijo riendo.

Solo bajé las escaleras hasta llegar a la sala donde lo vi tenía su uniforme de karate. 

— hola cariño — dije mientras me acercaba a él.

— hey princesa — dijo sonriente.

Salimos de casa rumbo a dónde entrenaba en el camino, íbamos hablando de tema triviales llegamos al salón donde practicaban su entrenador, me daba un poco de miedo.

Me senté en una banca mirando a mi alrededor, todo era muy espacioso, Cheng me dio un beso y se fue a acercar al resto de chicos.

Estaba tranquila con mi celular le había sacado un par de fotos a Cheng los chicos apenas estaban calentando.

Sentí una fuerte mirada sobre mi volte mi rostro y mi cara se formó a una de desagrado, aquí estaba la estúpida esa.

Yuleka era la sobrina del entrenador, esta niña siempre había estado enamorada de Cheng y siempre hacía de todo para llamar su atención menuda pick me girl.

Estaba sentada en otra banca, solo me sonrió con una sonrisa hipócrita, solo me limite a sonreírle aún más hipócrita.

Decidí ignorarla, pero la muy estúpida se acercó a mí.

— hola suni — hablo sentándose.

— disculpa, pero ¿quién eres?
Pregunte obviamente a propósito

Vi como su cara se ponía roja y su sonrisa se fue.

— soy amiga de cheng — dijo 
— muy amiga diría yo — soltó una risa.

— Okay — dije mirando de nuevo mi teléfono.

— no te pongas celosa — dijo de repente.

— ¿Qué? — pregunte mientras dirigía mi mirada hacia ella.

— no te ofendas, pero Cheng jamás me sería infiel — sonreí hipócritamente.

— yo no estaría tan segura — respondió.

Estaba a punto de hablarle hasta que Cheng llego a dónde yo estaba, estaba un poco sudado.

— toma amor — le sonreí amplio entregándole una botella de agua.

— cheng hola — la voz chillona de yuleka se escuchó.

Mi novio estaba bebiendo agua.

— hola, ¿ tú eres?— preguntó
Solté una leve risa y yuleka me miró con una cara de pocos amigos 

— yuleka recuerda que mañana nos veremos — trate de disimular mi cara de confusión.

— sí, Cheng me va a ayudar con karate, mañana nos veremos en mi casa — ella sonrió y se levantó de la banqueta.

Camino hasta donde estaba su tío moviendo exageradamente sus caderas.

Fruncí mi seño mirando a Cheng 
— por qué no me dijiste —