001. Introducción

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Bien, esto es fácil.

Hace dos meses, un tal Kim Taehyung entraba con alegría al instituto. Era su primera semana ahí después de transferirse por una repentina mudanza y... problemas en el instituto. Y en tan sólo una semana, ya había un chico detrás suyo, inconscientemente, todo por un error llamado: moto. Concretamente, la moto negra con detalles blancos de un tal Jeon Jungkook.

Veréis:

Taehyung caminaba agotado camino a su casa, deseando llegar lo antes posible. Desafortunadamente, su garganta estaba totalmente seca. Necesitaba agua desesperadamente.

Para su suerte, justo pasaba por un bar. No dudó en entrar y pedir una botella de agua fría. Saliendo del lugar tras agradecer, bebió como si llevara años sin hacerlo. Caminaba sin mirar por dónde, saboreando el dulzor del agua, cuando chocó contra una moto de apariencia cara y su agua cayó encima.

Jadeó desquiciado por dos cosas. La primera, por su preciada agua. La segunda, por qué haría. Rápidamente sacó un paño, se arrodilló, y comenzó a frotarlo contra la moto, tratando de limpiar el agua, rezando por que nadie lo vea en el intento. Sus rizos se balanceaban de un lado al otro cuando vigilaba con pánico. ¿De dónde le sonaba esa moto y ese casco con apariencia complementada al vehículo?

—Oye .

Se ahogó con su propia respiración y trató de tragar saliva. Esa voz... Esos pasos... ¿No será...?

—J-Jungkook... H-Hola... —se puso en pie y lo miró, cubriendo a medias su moto.

—Ha... ¿Tú eres el nuevo, verdad?

Abultó sus labios y asintió rápidamente. ¿Qué iba a hacerle? ¿Iba a pegarlo?

Jungkook metió sus venosas manos en los bolsillos de sus jeans negros rasgados y ajustados y sonrió asintiendo ligeramente, así haciendo que se note el piercing en su labio.

—¿Qué haces con mi moto?

—¿Y-yo? Nada —rio con prisa—. Sólo... me sonaba, de algún lugar. Me acerqué y dije: ¡vaya, es la moto, d-de mi compañero, Jungkook...! —su tono de voz fue reduciendo mientras se daba cuenta de lo ridículo que estaba siendo.

El pelinegro no pareció nada convencido por sus palabras ni por sus movimientos. Solía gesticular mucho cuando estaba nervioso o trataba de disimular algo.

—De todas formas, aparta, tengo prisa. —trató de acercarse.

—¡E-espera!

Aquí llega el problema.

El rubio trató de apartarlo sin tocarlo, ahí fue cuando, sin querer, chocó contra su moto. Fue entonces cuando ambos cuerpos se helaron y se escuchó el impacto que tuvo al colisionar contra el suelo.

—¡Dios mío, lo siento, lo siento, lo siento! —cundió en pánico— ¡Jungkook, de verdad que lo siento! ¡Yo sólo quería limpiar el agua que accidentalmente tiré en un despiste-!

—Vete.

—P-pero...

Ni siquiera era capaz de mirarlo a los ojos.

—Escúchame. Vete de aquí ahora mismo si deseas poder caminar a tu puta casa sin aparecer llorando.

Se le formó un nudo en la garganta por la impotencia y se fue de ahí rápidamente.

—Si nos cruzamos alguna vez en el colegio... —comenzó a decir—, te haré la vida imposible, y pagarás por lo que has hecho.

—P-pero... s-si vamos a la misma clase... —sorbió por la nariz y acomodó sus gafas.

Antes de que Jungkook gire la cabeza por completo, ya desvió la suya y se fue corriendo con lágrimas en los ojos.

¿Realmente de qué le sirvió su alegría rebosante de estar en un nuevo colegio si volvería a ser víctima?

Así sucedió el primer error.

Todo empeoró aún más en tan sólo otras dos semanas, con la llegada de aquel nuevo alumno, Seokjin. Era guapo, alto y apuesto, las características que tiene una persona y hace que las demás se desmayen y caigan rendidos. Estaba lleno de autoestima y un poco de rebeldía. Él era callado, pero algunos aseguraban que, su apariencia serena, era un engaño visual.

El segundo error, sucedió en horario escolar, cuando Taehyung corría de Jungkook cuando apareció en el pasillo tras catorce días sin aparecer, perdiéndose así la llegada del nuevo estudiante. Recordó sus palabras "Si nos cruzamos alguna vez en el colegio, te haré la vida imposible, y pagarás por lo que has hecho" y una vez chocó con él, se fue de ahí, asustado por su persona. Corrió en el sentido contrario del que vino cuando el delegado encargado de entregar los trabajos de sus compañeros estaba en medio de un quehacer. Su cuerpo chocó contra el de Seokjin y causó acción y reacción. Al más alto se le cayeron los deberes de toda la clase, junto con sus gafas —y se rompieron—. El rubio sólo sintió su nariz arder.

—¡Lo siento, perdóname! —dijo. Iba con prisas. Antes de empezar a correr, ya comenzó su nueva desgracia.

—¿Dónde vas? —sostuvo su brazo. Taehyung estaba harto de ser un imán de problemas— ¿Cómo vas a arreglar esto? —mostró sus gafas con molestia.

—Y-yo... No tengo dinero.

—Ni educación. ¿Les gustaría a los superiores escuchar que por correr en el pasillo has roto algo de alguien?

—De veras que lo siento, n-no fue mi intención. Estaba distraído por una cosa importante, lo juro. —estuvo a punto de llorar.

—¡Taehyung!

—¡Suéltame! —empujó a Seokjin y trató de correr. El esfuerzo fue en vano. El castaño era fuerte.

Jungkook apareció delante suyo, pero no pareció enfocar su atención en él. Seokjin dejó de preocuparse por su dilema y miró al chico enfadado que tenía delante.

Mucha gente se agrupó alrededor de ellos en el pasillo. ¿Qué demonios estaba pasando, por qué el ambiente era tan tenso? Él ya estaba hiperventilando sin poder controlarlo. Jadeó repentinamente cuando soltó su brazo con rudeza. ¡Todos estaban observando! ¿Qué será de él ahora?

—Jeon Jungkook. —entrecerró los ojos.

—Kim Seokjin. Tiempo sin verte.

Taehyung no era capaz de leer correctamente el ambiente.



UN AMOR CON CURVASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora