Una marca de fibron

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Quinto año.

Un año lleno de eventos maravillosos, siendo la previa absoluta al último año de su vida estudiantil. Los alumnos vivían constantemente pensando en lo que vendría, sin pensar, en sí, en su presente.

Quizás por eso el profesor de literatura, Lisandro, estaba teniendo tanta dificultad en que presten atención en su clase. Este curso solía ser su favorito, ya que solían ser muy propensos a participar, pero parecía que un hecho del fin de semana seguía teniendo impacto en ese lunes que los tenía tan distraídos.

Así que, no tuvo otra que acercarse a uno de los primeros bancos, donde se encontraba haciendo la tarea, Thiago, uno de los alumnos más aplicados.

—Schiavulli, ¿pasó algo? — le preguntó mientras señalaba a sus compañeros que se encontraban mirando los celulares y murmurando entre todos.

— ¿No se enteró profe? — Thiago estaba sorprendido, el profesor Lisandro solía enterarse de la mayoría de las cosas que pasan en su curso — El colo y el delegado se besaron en la fiesta de los de sexto, o al menos eso se dice.

Lisandro no se sorprendió, honestamente, era sabida la relación tan cariñosa entre el delegado, Agustín Giay y el colorado, Valentín Barco. Él había notado que había algo especial entre ellos hace mucho tiempo. Además, recordaba un hecho particular que había pasado un tiempo atrás.

Meses atrás...

Faltaba poco para que terminara el primer trimestre, y había más de un alumno al límite con las notas. Así que Lisandro, en un intento de salvarle las papas a sus alumnos, decidió adelantar un tema y a partir del mismo hacer que hagan un trabajo práctico.

El tema era metodologías de estudio, y aunque para la opinión de Lisandro debería estar en los primeros años, era sabido que la ponían en quinto año con el propósito de ayudarlos para la universidad.

Los alumnos claramente se quejaron al principio, pero cuando escucharon que la nota iba a contar para el promedio del trimestre, más de uno se emocionó con la posibilidad de llegar al siete y no empezar con el pie izquierdo con esa materia.

Al entrerriano no le tomó más de media hora explicar las bases del tema, para luego usar la otra media hora para hacer un ejemplo de resumen con la participación de todo el salón.

— Bueno, ahora les toca trabajar a ustedes, elijan un tema de alguna otra materia y tienen una hora para resumirlo — indicó el profesor. — Recuerden, tienen que resaltar lo más importante y luego pasarlo con sus palabras a otra hoja.

Agustín, en sí, no estaba preocupado por sus notas, era de los pocos que se había sacado arriba de ocho en ambos exámenes, pero, en cambio, su "chongo", Valentín, estaba al límite. Así que cambió de lugar con Luka, el compañero habitual de banco del pelirrojo, para poder ayudarlo.

Agustín había elegido un tema de biología, mientras que Valentín quería aprovechar para resumir algo de fisicoquímica, otra materia que se le dificultaba y que tenía grandes posibilidades de desaprobar ese trimestre.

— ¿Qué tan malo es que desapruebe? — le preguntó Valentín atrayendo su atención.

— Y... tus viejos no te van a dejar viajar conmigo en el receso de invierno.

Valentin bufó, había olvidado ese hecho, por primera vez iba a viajar al sur con la familia de Agustín, pero todo dependía de sus notas del primer trimestre porque sus padres estaban pagando el viaje a Bariloche del próximo año y este era más un capricho por el cual Valentín había trabajado en el verano, pero no había alcanzado a juntar todo el dinero, pero sus padres ante su esfuerzo le habían prometido ayudarlo solo si le iba bien en el colegio.

Agustín notaba su estrés, y quería tranquilizarlo de alguna forma. Así fue, como de repente en su cabeza sonó la voz del profesor Lisandro "tienen que resaltar lo más importante"

Así que sacó el resaltar verde fluorescente que tenía en su cartuchera y dejó una sutil marca sobre el brazo izquierdo de Valentín.

El pelirrojo rápidamente lo sintió y miró directamente hacia al castaño, quien lo miraba con una sonrisa y un particular brillo en los ojos.

— ¿por qué me escribiste el brazo?

— El profe dijo que resaltemos lo más importante y vos sos lo más importante para mí, así que tranquilo, te va a ir bien.

Valentin no podía comprender el amor que Agustín tenía por él, todavía no creía que de mejores amigos hayan pasado a este limbo donde no eran novios todavía, pero sí se tenían fidelidad.

— Sos un tarado, ¿sabías? — dijo Valentín con las mejillas tan rojas como su cabello.

— Y así te gusto amor — respondió sin sacar la sonrisa de su rostro.

—¿Cómo van por acá? — preguntó Lisandro sorprendiéndolos de repente mientras daba una vuelta por los bancos, aunque había sido testigo del acto de Giay y el sonrojo de Barco.

—Excelente profe— respondió el castaño, haciendo reír al profesor internamente.

Presente

— ¿Ya confirmaron? — preguntó, con curiosidad.

— Parece que sí, más de una está sufriendo porque Agustín va a ir casado a Bariloche — le contó Thiago.

— Hasta que el otro muchacho del A también está en pareja — comentó el profesor, haciendo referencia justamente al novio de Thiago.

Thiago solo se rio y asintió tímido, su relación con Gino solía ser algo que lo ponía nervioso.

— ¡Bueno! — habló fuerte el profesor, ganando la atención de más de un alumno —, quien va a ser el primero en leer, hoy nos toca Momo. Espero voluntarios.

Rápidamente conociendo a su profesor más de uno levantó la mano, y así su clase pudo recuperar su orden.

Y a lo lejos, en el fondo del salón pudo contar a la tierna pareja del castaño y el pelirrojo con las manos agarradas mientras compartían el libro para leer. 

Siempre seras mi hogar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora