4. Choque

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El contralmirante Bougainvillea la tenía sujeta con sus brazos alrededor de ella. Cualquiera que los viera en ese momento, pensaría que estaban abrazados.

Las olas seguían golpeando el casco de la nave, aunque ya no tan fuertes. Violet finalmente cayó en cuenta de la posición en la que estaban.

Era algo muy inusual verse de esa manera, pero estaba agradecida.

Dietfried la soltó y volvió a ponerse de pie.

- Gracias... Por todo.

Violet no sabía que más decir. Levantó como pudo los libros que habían caído del librero. Aún con algo de dificultad por el movimiento, los devolvió a su lugar. Tomó los otros dos libros y se despidió.

- Regresaré al camarote.

Dietfried asintió, quedando solo allí un poco aturdido.
Había sido un raro momento de acercamiento entre ambos.

Con su seria expresión, suspiró profundamente tratando de calmarse. Su corazón latía con fuerza. Finalmente, salió de allí para encontrarse con el resto.

Luego de capear la tormenta y salir ilesos de ella, podían descansar nuevamente.
La tripulación se manejaba por turnos y ahora todos volvían a su rutina. Una vez pasó el susto, la cena empezó a prepararse.

 
 
 

⚜️⚜️⚜️

El sexto día de viaje, Violet estaba cansada. Había vomitado un par de veces por los mareos que en ocasiones sentía, cuando el oleaje mecía el barco con brusquedad.

Posiblemente esa sería su última noche en ese barco. Habían sorteado el peligro del mar hasta ahora, pero una vez tocaran tierra firme al día siguiente, tendrían que enfrentarse a otros peligros.

- Aún no se qué haré allí exactamente. - Pensaba la mujer, mientras caminaba con 2 libros en sus brazos.

Recordó esa especie de "abrazo" que había compartido hace unos días con Dietfried. Esa imagen, esa sensación volvía a su mente con más frecuencia. No entendía el porqué, pero algo en ella quería saberlo.

En ese momento, caminaba a paso lento, sosteniendo con fuerza los libros. Pretendía regresarselos a su dueño, por ello iba de camino al alojamiento de Dietfried.
Iba perdida en sus pensamientos cuando al girar en una esquina, chocó de frente con alguien más. Ambos tambalearon un poco. El hombre la había sujetado del brazo, para evitar que cayera y debido a eso, los libros terminaron en el suelo.

- Ah, disculpe. Venía algo apresurado. - Mencionó el hombre de cabello castaño, quien de inmediato se agachó para recoger lo que estaba en el suelo. - ¡Ah, señorita Violet! No me había fijado que era usted.

- No se preocupe, Capitán Rozzen. Yo venía algo distraída. También me disculpo. - Respondió ella con una pequeña reverencia y una sonrisa.

El Capitán de navío Jeremy Rozzen, quedó algo encantado al verla. De hecho, desde que la conoció durante la cena del primer día.

En el pasado llegó a verla una vez, cuando Violet ya estaba al lado de Gilbert. Él pertenecía a otro escuadrón en ese entonces. Supo quién era Violet, esa niña soldado se había hecho conocer pronto entre las filas del ejército y de la armada. Sin embargo, luego de esa ocasión no supo más de ella.

Ahora que se volvían a encontrar, él era un Capitán de la Armada y ella, toda una adulta. Por casualidad del destino, ahora la chica había vuelto a la vida militar y tan pronto la vio, quedó prendado de ella.

El Mar En Tus Ojos (Dietfried X Violet) - Violet Evergarden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora