•𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘴𝘦𝘷𝘦𝘯

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-Quieto -demandó Hyunjin, haciendo que Minho rápidamente se quedará quieto.

Minho no quería, se negaba rotundamente a que Hyunjin siquiera lo tocará, pero sabia que no podría hacer nada. Ese no era Hyunjin, sino su animal, así que no podría hacer nada, no podía resistirse, pues claramente sería imposible, ya que, por alguna razón, su lobo no se resistía, así que estaba solo, sólo el no quería.

-Abre las piernas -y Minho lo hizo, con mucha inseguridad en él, pero lo hizo. Las abrió lentamente, y claro, el rubio rápidamente se posó entre ellas nuevamente, abriendolas más. Ya tenía a Minho desnudo, lo había desnudado unos minutos antes, y el se encontraba sólo en bóxers. Aún tenía un poco de autocontrol, pero ya lo estaba perdiendo. Tener a Minho así sólo lo ponía más cachondo.

Tomó el cinto que anteriormente se había quitado, y amarró las manos del pelimorado al respaldo de la cama con mucha agilidad, dejándolo inmóvil, sin poder escapar.

-Quédate aquí, iré al baño por el lubricante.

El celo de Hyunjin aún no estaba completado, por lo que aún podía controlarse un poco. Y no, él no quería lastimar a Minho de esa manera, por éso se tuvo que aguantar las ganas de follarlo sin más e ir por el lubricante para hacer más fácil el trabajo. Pero Minho aún no quería que Hyunjin le hiciera algo, así que tenía otros planes. Cuando vió que el alfa rubio salió de la habitación, comenzó a forcejear sus manos para intentar soltarse, incluso, con algo de esfuerzo, pudo usar su boca para así ya desacer el agarre en sus manos, y poder liberarse. Todo éso había dejado algunas marcas en sus muñecas, pero no importaba, iba a intentar salir de ahí cueste lo que cueste.

Caminó hasta la puerta de la habitación, y para su suerte, estaba abierta, pero se detuvo un rato al sentir cómo su lobo desgarraba en su interior, diciéndole que no se fuera de ahí, que se quedará. ¿Qué le pasaba? Salió lo más rápido que pudo a lo que parecía ser la Sala, aun se estaba poniendo sus pantalones lo más rápido que podía, y cuando intentó abrir la puerta, estaba cerrada con seguro, y al parecer también había candados.

Maldijo para sí mismo, y buscó cosas que lo podrían ayudar. Buscó y buscó, pero se detuvo cuando escuchó un grito venir desde el fondo del pasillo donde estaban todas las habitaciones. Era un grito desgarrador, cómo si estuviera pidiendo ayuda de alguna manera, y de ahí, se escuchó otro, y se quedó perplejo. Pero no se había percatado de que Hyunjin ya se encontraba detrás de él, acercándose con claro enojo.

-Maldita perra -tomó a Minho fuertemente de la muñeca, haciéndole que se volverá rápidamente-. ¿La zorrita intentaba escapar? Y yo que quería ser amable contigo.

-T-tu.. ¡Loco, sueltame! ¡Maldito psicópata! -forcejeo, pero el animal llamado Hyunjin era más fuerte.

Hyunjin lo jaloneo directo a la habitación dónde estaban anteriormente, y empujó a Minho dentro de ella, haciéndolo caer al suelo. Cerró la puerta de un azotón, y tomó al pelimorado del cabello con fuerza, haciéndolo parar del suelo. Lo aventó a la cama con brusquedad, y nuevamente quito toda su ropa, de paso también la suya. Minho estaba llorando, su lobo no aguantaba los malos tratos de Hyunjin, le hacía sentir horrible. Y claramente el mayor sintió cómo el aroma a menta de Minho se hacía agrio, como cada vez que lo golpeaba, y en otras ocasiones lo hubiera tranquilizado. Pero está vez lo había cabreado mucho.

Se inclinó sobre Minho, restregando su erección contra el culo de éste, a su vez, olfateando su cuello cómo todo un animal, y dejando caricias sobre la piel expuesta de su pierna. Minho solo estaba tenso, lloriqueando. No sabía que hacer, nada, simplemente estaba en blanco, sintiéndose estúpido.

Una mano aterrizó sobre las nalgas de Minho, seguido de más, hasta que ambas manos del mayor comenzaron a apretar el culo del menor a su gusto, haciendo que esté solo se encogiera más.

-Levanta bien el culo y deja de lloriquear, perrita.

Minho tembló, pero sólo hizo lo que Hyunjin le ordenó. No estaba listo ni preparado para lo que venía. Sintió cómo era partido en dos, un dolor horrible y desgarrador. Hyunjin lo había penetrado de una, y le dolió horrible. Ni siquiera uso lubricante, y éso se sintió peor. A Minho le dolía horrible, varios quejigos habían salido de lo más profundo de su garganta. Y Hyunjin simplemente comenzó a penetrarlo cómo una bestia, sin parar, maltratando el agujero de Minho, y este solo lloraba y gritaba. No era para nada placentero, solo se sentia dolor, y nada más. Y claramente, no había conseguido ni tener una erección, no lo iba a hacer si seguía sintiendo ese dolor desgarrador. Al parecer Hyunjin sólo quería su propio placer. Hacerlo con otro alfa era simplemente horrible, no entendía a los que les gustaba éso.

-Oh, bebé, tú interior se siente muy bien -gruño el mayor, unidiendose más en el pelimorado.

Continuó dando, embestida tras embestida. De repente, se escuchó un gemido agudo.

Ése había sido Minho, pues Hyunjin había encontrado su punto dulce sin querer, y éso le había sorprendido al alfa de menor edad. Se había sentido.. ¿Bien? Diferente a lo anterior. No sabía porque, pero ahora se encontraba gimiendo cómo toda un puta, pidiendo por más al alfa que lo estaba follando.

-Mírate -dijo Hyunjin, con burla-. ¿Te gusta? -no obtuvo otra respuesta que no fueran gemidos, así que le dió una fuerte nalgadas, haciéndolo chillar-. Te hice una pregunta, perra.

-Oo-oh, s-si, me gusta-amgh~ -gimio Minho, sometido ante todo el placer que el alfa rubio le estaba dando.

De repente todo había cambiado, se sentía bien, ahora enserio parecía una puta. Gemia sin pena alguna, y además, se había sentido embriagado con el aroma a tierra mojada del mayor, su lobo comenzaba a volverse loco.

-A-alfa -gimio Minho, aún tratando de controlarse. Pero era claramente imposible cuando su lobo y el querían más.

Hyunjin azotó las nalgas de Minho, éste gimiendo aún más, pues eso era lo que el mayor quería, escuchar los gemidos del menor.

-Alfa, dame más. Llename.

Y ése cambio de ritmo? NMIXX!


•𝘓𝘦𝘵 𝘔𝘦 𝘎𝘰! ᴴʸᵘⁿʰᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora