¿𝑆𝑜𝑙𝑜 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑜𝑠? [Zoro Roronoa x Lectora] +18

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 12

"Desde el fondo"

Meses atrás...

—con tono despectivo—___, estás aquí para servirme, ¿entendido?

—con voz temblorosa—Si...lo entiendo.

—sonríe maliciosamente—Bien, porque si no haces lo que te digo, pagarás las consecuencias. Sabes que eres nada sin mí—tomándola de la barbilla con cierta dureza.

—Lo siento, Haré todo lo que me pidas.

—No olvides tu lugar, ___. Eres mi propiedad, y tu único propósito es hacer lo que yo quiera.

—Ríe sarcásticamente—Mira a esos inútiles—hace un gesto con la cabeza indicando a unos hombres de una tripulación cualquiera—Nadie más te querrá como yo. Así que mejor hazlo bien si no quieres terminar en la calle.

—Lo haré bien-n. No-o quiero problemas.

—Se aleja dejando un susurro—Recuerda, tu vida está en mis manos. No olvides quién manda aquí.

____, cuyo pasado estaba marcado por la tragedia. Desde temprana edad, un chico rubio astuto llamado Don Quixote Doflamingo la manipulaba, convenciéndola de que su único propósito en la vida era trabajar y servirle a él.

Era claro que la chica con una mezcla de miedo y sumisión, cumplía cada orden sin cuestionar.

Y es así como un día, mientras ___ estaba realizando tareas forzadas, un grupo de chicos liderado por Luffy, con su banda "Sombreros de Paja", llegó al lugar. Al presenciar la injusticia que sufría ___, decidieron intervenir y liberarla de las cadenas que la ataban a Doffy.

(...)

—Joder ___ ¿Quieres apresurarte?—esperaba Doflamingo a la pequeña ___ con una munda nueva de ropa en el cuarto de baño.

Y sí pequeña ___, a lado de su jefe era pequeña.

La joven se apresuraba por juntar todo lo necesario, la última vez que algo se le olvidó tuvo que pagar una que otra consecuencia proveniente del rubio.

—Yo-o ya estoy aquí lo siento—

Alza la vista admirando todo el escenario parado frente ella, Doffy, con una toalla blanca enredada en pelvis haciéndose notar la prolongada V, su cabello rubio mojado, sostenido con una sola maño a la pared y con la cabeza baja.

—Mierda—susurra mientras le extiende la ropa limpia.

La niña no era una santa, era todo lo contrario, sin embargo siempre hubo ese límite de jefe a ¿esclava?

—Largo—ordenó con voz firme—

Eso hizo que ___ despertara.

Doflamingo sabía que la niña tenía pensamientos de lujuria con el, y eso hacía que su ego sea más grande, no obstante, nunca tendría algo que ver con alguien como ella.

¿O si?

(...)

—sonríe de manera insidiosa—___, ¿sabes que eres la más hermosa de todas?—jugando con ella.