Un tenso ambiente se había instalado en la barra, algo que comenzaba a incomodar a los clientes que se encontraban alrededor.
En silencio, Ord solo miró seriamente a Syr, quien tenía una cálida sonrisa, la cual contrastaba totalmente con la oscura aura que la rodeaba.
Suspirando con fastidio, el pelinegro se volteó en dirección de la peligris, la cual lo miraba fijamente, sabiendo perfectamente que la que estaba frente a él no era Freya, cambió su mirada por una afilada, causando que la sonrisa de la chica temblara.
Ord: ¿Qué tal Syr, como has estado...? (Hablo en un tono que no demostraba hostilidad, contrastando totalmente con la afilada mirada que le estaba dirigiendo)
Ryu a su lado rápidamente noto el cambio en la actitud del pelinegro, sabiendo lo que significaba, solo frunció el ceño, mientras se cruzaba de brazos y miraba a la peligris.
Syr: He estado muy bien, gracias por preguntar Ord... (Habló con la mandíbula apretada, para seguidamente mirar de forma neutra a Ryu) Ryu, no deberías tomarte un descanso, necesitamos toda la ayuda posible para atender a los clientes... (Habló tensa, dándole una mirada filosa a la elfa, la cual solo levanto una ceja)
Ryu: Mama Mia me dio el resto del día libre, además, "Syr" por lo que puedo ver, con solo dos de nosotras es suficiente para todos los clientes que hay... (Hablo en un tono serio, dándole igualmente una mirada afilada a la peligris, la cual se tensó)
Perdiendo la compostura, Horn estaba por gritarle a la elfa, pero fue interrumpida por Ord, el cual ignoraba su berrinche.
Ord: ¿Te parece si damos una vuelta por la ciudad? Me gustaría hablarte sobre algo... (Hablo en un tono calmado, viendo a la elfa a los ojos, la cual, rápidamente le regaló una cálida sonrisa, para ira de Horn) Gracias por todo Mia, tal vez en la próxima me quede a charlar, puedes quedarte con el cambio... (Hablo mientras se levantaba de su asiento, mientras dejaba una pequeña bolsa con valis sobre la barra, la cual fue rapidamente recogida por la enana, quien tenía una gran sonrisa)
Mama Mia: Te cobrare la palabra muchacho y será mejor que la traigas de vuelta temprano... (Hablo con una sonrisa burlona, cosa que no inmuto al pelinegro, mientras que a la elfa la sonrojo, para ira de Horn, la cual apenas podía mantener una expresión alegre con su disfraz de Sir)
Una vez ambos salieron del local, Ord comenzó a caminar hacia la iglesia abandonada, para confusión de Ryu, aunque decidió no arruinar el cómodo silencio en el que ambos estaban.
Durante un par de minutos ambos caminaron lado a lado, aunque Ryu lentamente se acercaba a un más al pelinegro, el cual noto esto, igual que noto la mirada celosa/resignada que provenía de Babel.
Al llegar a la iglesia abandonada, Ryu miro con clara nostalgia el lugar, para seguidamente mirar a Ord, el cual solo dio un par de pasos en dirección de la entrada destruida de la iglesia.
Ord: Estuve hablando unas cosas con la diosa Hefesto... Planeo comprar este lugar... (Hablo mientras miraba el frontis destruido de la antigua iglesia, sin dirigirle la mirada a la sorprendida elfa) Como sabrás, los demás miembros de la familia Freya no son muy amigables y ya me cansé de estar constantemente rompiéndoles la mandíbula para que me dejen tranquilo... Espero que con esto finalmente me dejen en paz...
Ryu: ¿Por qué me dices esto...? (Pregunto un tanto confundida y a la vez alegre al ver que el pelinegro finalmente se habría un poco a ella)
Ord: Puedo ser bueno haciendo planes y peleando, pero la decoración no es una de mis cualidades... Necesitare ayuda para decorar la mansión cuando esté terminada... (Hablo mientras miraba de reojo a la elfa, la cual lo miraba sorprendida, para seguidamente darle una sonrisa alegre) No te hagas ideas raras, eres la única que conozco que me puede ayudar con esto... (Hablo un tanto molesto al ver la gran sonrisa de la rubia, la cual solo agrando su sonrisa)
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Hijo de Freya
Ciencia FicciónSu mundo perfecto finalmente llegó a su fin. La realidad lo golpeó el día que su diosa le dio la espalda. No entendía el por qué. No entendió sus razones. Pero ese día entendió algo. Entre los escombros que cubrían su cuerpo. Bell Cranel había m...