Capítulo 3

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03. Preparatoria

El camino a casa pintaba a ser silencioso, según Cole. Hasta que Bee se sentó como indio sobre el asiento y entrecerró los ojos.

—¿La radio funciona?

—Eh, sí... creo —respondió Cole, desconcertado. No esperaba que ella le hable, menos después de haberla intentado besar ayer.

Sí, admitía que se había apresurado demasiado. Es que no estaba acostumbrado a esperar.

—Voy a poner música, entonces —Bee sonrió y encendió la radio. Sonaba una alegre música country que reproducía la radio del pueblo. A Cole no le gustaba mucho pero a Bee parecía agradarle.

Ella observó la ventana del coche, el sol brillando y el hermoso cielo azul. Hoy hacia un día hermoso en Silver Falls. Una sonrisa decoraba el rostro de la morena, mientras ella movía los dedos al ritmo de los acordes de la guitarra.

—¿Te gusta, eh? —Cole no pudo evitar sonreír.

—Ajá —Bee asintió, sonriente.

Pasaron cinco minutos, en los que Bee se dedicó a cantar la canción sin vergüenza alguna. Tenía una voz melodiosa, no tanto para vivir de ello, pero se defendía. Cole pensó que Bee era una de esas chicas que no se encontraban en cada esquina. Era simpática, alegre, extraña y... única.

—Oh, lo olvidaba —el rubio pareció recordar— Papá me pidió llevar carne para cenar hamburguesas ésta noche. ¿Me acompañas al mercado o quieres que te lleve ya a casa?

Bee se alegró de que la incluyan en planes familiares, así sean tontos como ir al supermercado.

—Claro —aceptó sonriente— ¿podemos comprar algunas cosas? Quiero hacer un postre ésta noche.

—Bien, de acuerdo —Cole rió y tomó una ruta alternativa para ir al pueblo nuevamente.

. . .

Llegaron al supermercado y Bee se bajó casi saltando, parecía una pequeña niña. Le robó la gorra a Cole y se la puso mientras sus rizos trenzados en dos partes rebotaban de un lado a otro. El rubio apenas la alcanzó, cuando Bee ingresó al mercado casi como un rayo.

Entre risas y chistes, guiaron el carrito y consiguieron la carne. También algunas sodas, dulces, e ingredientes que le faltaban a Bee para hacer su postre de ésta noche.

—¿Te gustan las oreos? —preguntó Cole cuando la vió cogiendo unos paquetes de dichas galletas.

—Son las favoritas de Benny —Bee dejó las galletas en el carrito— Me lo dijo ayer antes de dormir.

Cole sonrió, extrañado. Se notaba que a Bee le gustaban los niños.

—Oh, maldita sea —ambos voltearon al oír unas quejas. Se trataba de Grace, una alumna de la preparatoria de Silver Falls. Se estiraba para alcanzar un pote de duraznos, pero su estatura pequeña no lo permitía. Cole la observó con las cejas elevadas.

—Déjame ayudarte —Bee se adelantó a ayudar, era incluso más pequeña que Grace, pero no le fue difícil treparse por la estantería y coger el pote de duraznos. Se bajó al suelo como si nada, sonriente.

—¡Muchas gracias! —Grace sonrió abiertamente, recibiendo sus preciados duraznos— Tu debes ser Rebeca.

—Solo Bee —corrigió la morena, sonriendo— ¿y como lo sabes?

—Oh, todo el mundo habla de ti. Lo siento, eres la chica nueva, la que llegó a quedarse con los Walter. Lo que es muy divertido, hace poco también una chica llegó y...

My Life With Alex Walter | A.W Donde viven las historias. Descúbrelo ahora