Prólogo

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0. Huracán Jackie

—¡¿La besaste?! —Alex gritó eufórico. Ni siquiera era enojo lo que sentía. No, era algo más fuerte. Decepción, incredulidad.

No lo entendía. ¿Por qué su hermano le había hecho ésto? Otra vez. Y sí, se lo perdonó la primera vez. Joder, se suponía que el no sabía. Pues perdonado. ¿Pero ahora? El lo sabía, Cole lo sabía. Alex y Jackie tenían una relación, y su perfecto hermano mayor se había metido en medio.

A ninguno de los dos les importó Alex Walter. No les importó lo que hizo, lo que sentía, nada.

—No, ella me besó a mí —Cole trataba de aligerar las cosas, pero solo lo había empeorado todo. Recibió otro empujón furioso de parte de Alex. —Lo siento, yo le seguí. No pude detenerme.

—¡¿No pudiste detenerte?! —Alex estaba incrédulo, quería llorar y a la vez reír de la frustración. ¿Su hermano siquiera se estaba escuchando?

Los chicos llegaron, entrando a la habitación. Katherine hablaba con Richard en la cocina, le preguntaba si Jackie estaba bien y si irse había sido decisión suya.
Mientras tanto, Nathan, Isaac y Lee intentaban detener a los dos hermanos que nuevamente se querían matar a golpes. Ya era alguna especie de tradición mensual en la casa Walter.

—¡Yo la quiero! —gritó Cole, desesperado. Todos sus hermanos se quedaron en silencio, sorprendidos. Cole nunca quiso a ninguna chica, para el todos eran un pasa tiempo. ¿Y se venía a enamorar de la novia de Alex?

—Entonces te hubieras acercado a ella desde el primer momento, como un hombre —por primera vez, Alex mantuvo la calma. Se puso serio y no cedió a sus impulsos agresivos. —La hubieras conquistado y no habérmela quitado.

—Lo lamento —Cole clavó sus ojos en su hermano, sintiéndose decepcionado de sí mismo. Realmente lo lamentaba, pero Jackie había venido a él. Ni siquiera el entendía por qué, ella sólo vino a besarlo. Y el ya se estaba conteniendo mucho tiempo, por Alex. Simplemente no pudo detenerse.

—Chicos —George, el padre de la familia, llegó y separó a Alex y a Cole— No peleen, recuerden que son hermanos.

—Deberías recordarle eso a Cole —espetó Alex, arrugando la carta de Jackie en su puño— Me voy.

—¿A dónde vas? —preguntó una preocupada Katherine, entrando de pronto a la habitación. Tantas emociones la tenía un poco desorientada. La boda, la reciente e inesperada partida de Jackie, sus hijos nuevamente peleados. Adoraba a la hija de su mejor amiga, pero deseaba que sus hijos ya no peleen más y menos por una jovencita. Todavía tenían toda una vida por delante, tantas cosas por descubrir.

—Al bosque, necesito pensar —había algo extraño en Alex, quizás era la dulce y macabra melancolía de un hombre que tenía el corazón completamente roto. Pero ésta vez dolía mil veces peor.

Porque se lo había rogado a Cole tantas veces, con la mirada. Por favor no me vuelvas a hacer esto, hermano.
Y lo hizo.

Sería casi imposible perdonar a Cole y sería doblemente casi imposible que Alex Walter volviera a ser el mismo desde ese oscuro día.

Sería casi imposible perdonar a Cole y sería doblemente casi imposible que Alex Walter volviera a ser el mismo desde ese oscuro día

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My Life With Alex Walter | A.W Donde viven las historias. Descúbrelo ahora