I WANNA {One piece}

3. I wanna ride it

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Ace se miró en el espejo por quinta vez en los últimos veinte minutos. Y con una opinión diferente a la de hace cuatro minutos, decidió retocarse un poco el leve labial rojo que resaltaba aún más sus labios. Se acomodo algunos mechones de su cabello y volvió a suspirar.

Desde el otro lado de los camerinos Zoro, un amigo cercano, lo miraba como si fuera un fenómeno.

Con curiosidad y preocupación, más preocupación si era sincero, Zoro se acercó en dirección a Ace, con el celo levemente fruncido y cruzado de brazos.

Él al igual que el pecoso, era un modelo reconocido, aunque su pasión eran los deportes y sobretodo el Kendo, no siempre había muchas becas/patrocinadores/apoyos para deportistas. Y si podía sacarle algo de provecho a su ejercitado cuerpo como modelo y obtener dinero, lo haría.

Si inquietante curiosidad hacia Ace no tenía dobles intenciones, eran buenos amigos. Además de que era un hecho que Zoro era el mejor amigo del hermano menor de Ace; Luffy. Cuando Zoro inicio en el mundo del modelaje por recomendación de Ace, fue Luffy quien le pidió cuidar a su hermano de hombres malos. Hasta el momento Zoro no había interferido, Ace sabía muy bien como defenderse.

Sin embargo la actitud insistente de Ace y un espejo era algo que no se había visto en mucho tiempo. Al inicio de su carrera como modelo, Ace tuvo bastantes inseguridades en saber si era bueno, si de verdad era apuesto y si tenía la actitud de un modelo. Con el tiempo aquellas inquietudes desaparecieron. La confianza surgió en Ace cómo su mejor aliada.

Por eso le era tan extraño a Zoro ver a Ace observarse en el espejo tantas veces y arreglarse tanto.

—¿Tengo algo en la cara? —le preguntó Ace a Zoro en cuando vio la cara sería pero incrédula del peliverde.

—Pecas.

—¿Tengo algo en la cara que me haga ver mal? —replanteó la pregunta.

—Los nervios.

Ace hizo una mueca ante esa respuesta.

—¿Se nota tanto? —inquirió mordiéndose el labio.

—Sí. Lo que no entiendo es porqué.

Zoro no era especialmente quisquilloso o entrometido. Si no le preguntabas, es posible que no te contará nada de si mismo, y si no eres su amigo o si no captas su interés no se molestaría en dirigirte la palabra.

Aún con eso, Ace no se extraño de que Zoro estuviera curioso acerca de su actuar. Él mismo sabía que estaba actuando extraño.

—Tengo una cita en diez minutos.

Ante su respuesta, una sonrisa se asomó en las comisuras del pecoso, mientras que Zoro levanto las cejas sorprendido.

Sin poder retenerlo más. Ace sonrió en grande.

—Se llama Marco, es fotógrafo. Lo conocí por Izo el día de la sesión. Fuimos a comer juntos, me llevo a casa y le pregunté si quería pasar, obviamente paso lo que tenía que pasar. Y desde entonces no ha dejado de prestarme atención, me manda mensaje, pregunta cómo estoy, hemos tenido un par de citas más, incluso me ha regalado flores.

En su sonrisa resplandeciente y sus mejillas sonrojadas, Zoro notó una chispa y un brillo singular.

—No hemos vuelto a tener sexo como creí que pasaría, él no lo ha pedido pero tampoco está molesto de que yo no lo sugiera, creo que quiere un poco más de formalidad o no lo sé. Me gusta, me gusta muchísimo.

Si no contaba su primer encuentro, esta sería su cuarta cita, habían pasado diez días desde entonces y Ace no había podido dejar de pensar en Marco.