2 días después.
Hoy era el cumpleaños de las gemelas. Me desperté y me levanté rápido para poder hacer tortitas para todos.
Recogí todo lo que necesitaba y me puse las manos a la obra. Una hora después las tortitas todas estaban apiladas y dos de las pilas tenían una vela para las gemelas.-Que bien huele por aquí.- Dijeron mi madre, Ryan y Lissa que bajaron.
-Ezra tiene que estar al llegar, y Mike debería bajar en un momento. Entonces estaríamos listas para ir a por las niñas.- Dije mirando mi reloj. En ese momento hubo un golpe en la puerta.
Corrí hacía ella y allí estaba mi sexy novio en vaqueros negros unas bambas blancas y una camiseta con el cuello en V verde oscura.
-Hola.- Dije dándole un beso en los labios.
-Hola, bonita.- El me contestó sonriéndome. Me pasó el brazo por la cintura y me abrazó.
-Vamos a entrar, aquí hace un poco frió.- Le dije sonriendo. Los dos pasamos a la cocina de la mano y Ella recibió a Ezra con un abrazo, al igual que Lissa.
-Hola, cuñadito.- Dijo ella abrazándole fuertemente.
-Buenos días.- Dijo Mike entrando ya vestido para la fiesta. Llevaba unos pantalones marrones claros, una camiseta azul con rayas blancas y una sudadera parecida a la camiseta. En los pies llevaba una deportivas azules.
-Hola, Mike. Será mejor que nos vayamos a despertar a las niñas.- Dije sonriendo. Todos nos levantamos y subimos las escaleras hacía la habitación de las niñas.
-Buenos días, chicas. Feliz cumpleaños.- Dije encendiendo las luces.
-Buenos días, Aria.- Dijo Kate frotándose los ojos.- Hola a todos.
Cuando las dos se levantaron vinieron a abrazarnos y todos bajamos a desayunar.
-¡Tortitas!- Gritaron las niñas cuando vieron los platos. Se sentaron en sus sitios y todos empezamos a comer.
-Estaban muy buenas, Ar.- Dijo Sophia sonriendo.
-Gracias.- La dije dándola un beso en la mejilla.
-¿Que vamos a hacer hoy?- Preguntaron las niñas.
-Vamos a dar un paseo y luego vamos a comer por ahí.- Ezra las dijo. -Pero primero todos tenemos que vestirnos.- Dijo mi madre.Ryan y Mike fueron a preparar a las niñas mientras que mi madre y Lissa se preparaban. Ezra se vino conmigo a la habitación, mi madre me había levantado la ceja y yo la había hecho un gesto. -¿Que te vas a poner?- Me preguntó.
-Un vestido.- Le dije dándole un beso en los labios. Me desnudé y me puse unas medias de licra para no tener frío en las piernas. Ezra me había visto muchas veces en mi ropa interior y no me importaba que me viera. Estaba muy enamorada de el. Saqué el vestido de mi armario y me lo puse. Era de manga corta de flores y un cinturón negro debajo del pecho. Me puse unos zapatos de tacón negro, eran más bien botines de terciopelo negro. Me senté a su lado y le dí el cepillo. Cuando me quedaba a dormir en su casa a el le encantaba peinarme y a mi también me gustaba así que siempre que podía lo hacía.
Cuando salíamos de la habitación nos encontramos con Lissa. Llevaba un vestido verde corto con una goma en la cintura y tenía tres tachuelas en el cuello. En los pies llevaba unos zapatos blancos de tacón, no tan alto como los míos porque solo tenía 13 años y una pulsera de plata en la muñeca derecha.
-Estás preciosa.- Dije dándola un beso en la mejilla.
-Gracias, tú también.- Ella me contestó. Las dos nos pusimos las chaquetas de cuero y esperamos a que todos terminaran.
Las niñas iban vestidas con un vestido gris con corazones rojos y rosas. Un lazo en la cadera y unas manoletinas rosas en los pies. Se pusieron unos abrigos blancos y dieron la mano a Ezra y a mi. Salimos de casa todos juntos y nos metimos en el coche para ir al parque que estaba a una gran distancia.
Cuando llegamos allí las niñas empezaron a jugar con todos los chicos mientras que mi madre, Lissa y yo nos sentamos en el banco y empezamos a hablar.
-¿Como se siente que tus hijas más pequeñas cumplan años?- Preguntó Lissa.
-Todos están creciendo demasiado rápido. Aria ya tiene a su novio, con el que pasa casi todas las noches y tú y Mike dentro de nada haréis lo mismo.- Ella contestó.
-No paso casi todas las noches con Ezra.- La dije levantando la ceja.
-¿Donde dormiste el Lunes, Martes y el Miércoles?- Preguntó Lissa.
-Con Ezra.- Suspiré.
-Es normal, suele pasar cuando te enamoras. Quieres pasar todo el tiempo que puedas con él por miedo de que algún día le puedes perder.- Ella me dijo.
-Amo a Ezra, es como si pudiera vencer al mundo cuando estoy con el.- Dije agachando la cabeza. -Eso no es para avergonzarse, estás enamorada y eso es algo bonito. Y por la manera en la que os miráis se puede ver que solo la muerte os va a poder separar.- Dijo ella. Miré a Ezra que estaba jugando al pilla pilla con todos. Le sonreí hasta que Lissa pasó la mano por mi frente.
-Tierra llamando a Aria.- Dijo Lissa riéndose.
-¿Qué?- Pregunté volviendo a la tierra.
-Te hemos preguntado si habéis llegado a hacer algo.- Ella dijo.
-¿En serio vamos a tener esta conversación con Lissa?- Pregunté.
-Oh vamos, yo no voy a decir o hacer nada.- Ella me dijo.
-No, no hemos hecho nada y no vamos a hacer nada en los próximos días.- Dije sonriendo.Unas horas después, era la hora de comer así que cogimos a las niñas y nos fuimos a un restaurante de moda en Rosewood.
-Teníamos una reserva al nombre de Fitz.- Dijo Ezra sonriendo.
La anfitriona nos llevó hasta nuestra mesa y nos dio los menús.Todos los mayores nos pedimos el menú menos las niñas que se comieron unos espaguetis. La comida fue rápida. Spencer, Hanna y Emily estaban preparando una fiesta sorpresa y ayer habíamos terminado la tarta para el cumpleaños. Todos sonreímos cuando vimos a las niñas estáticas por llegar a casa.
Cuando llegamos allí les mandé un mensaje a las chicas diciendo que estábamos allí. Habíamos dado invitaciones a todos los amigos de las gemelas.-¡Sorpresa!- Gritaron todos cuando entramos. Las niñas se llevaron las manos a la boca cuando vieron a todos sus amigos y a las chicas. Todos las abrazaron y las felicitaron.
Hanna puso la música y todos empezamos a bailar y a comer. Las niñas bailaban con sus amigos y Ella y Ryan bailaban juntos. Ezra me dio un apretón de manos y me llevó a bailar. Era una canción lenta así que el puso sus manos en mi cintura y yo pasé mis brazos por su cuello.
-Me gusta tenerte cerca. Que pueda besarte cada vez que quiera. Me gusta cuando sonríes o cuando te ríes aunque no haya pasado nada. Me gusta verte dormir, porque parece que nunca ha pasado nada. Te quiero mi Aria Montgomery.- El me susurró al oído mientras bailábamos. Las lágrimas se caían de mis ojos y yo tenía que limpiarlas.
-También te quiero mucho, mi Ezra Fitz.-Le dije abrazándole más fuerte, unos minutos después me separé de el y le besé.
Escuchamos dos gritos y unos segundos después estábamos siendo aplastados por dos niñas de 9 años.
-¿Cuando ha pasado?- Preguntaron ella sonriéndonos.
-Hace unas semanas.- Las contestó Ezra.
-¿Habéis estado de novios unas semanas y no nos lo has dicho, Aria?- Me gritaron las dos a la vez. -Queríamos daros una sorpresa.- Dije sonriendo.
-Este es el mejor regalo de cumpleaños.- Dijeron ellas sonriendo.
-Ahora solo falta que se casen y tengan bebes.- Gritó Sophie.
-Soph, espero que eso no pase demasiado pronto.- Dijo Ella sonriendo.
-¿Porqué? Yo quiero tener un sobrinito.- Dijo Kate.
-Lo sé, pero Aria es demasiado joven, igual que Ezra.- Contestó mi madre.
-Aria, ¿tu no quieres tener bebés?- Me preguntó Kate.
-Si, quiero. Pero dentro de unos años, cuando sea más mayor.- La dije.
-Vale, pero yo quiero ser la primera que lo vea.- Ella contestó.
Al final de la tarde, todos los amigos de las niñas se fueron yendo. Ezra y las chicas nos ayudaron a limpiar.
Yo estaba fregando algunos platos cuando Ezra se puso detrás de mi. El puso sus manos en mis caderas y se pegó a mi.
-¿Te he dicho cuanto te quiero hoy?- Me susurró al oído.
-No, no me lo has dicho.- Le dije dándole un beso en los labios.
-Te quiero mucho.- El me dijo abrazándome.
-Yo también.- Le susurré.
-Nosotros limpiando y vosotros haciendo manitas en la cocina.- Hanna entró.
-No estamos haciendo manitas. Estamos fregando juntos.- Dije.
-Claro, eso es más o menos lo mismo.- Ella dijo.
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La lucha (Ezria)
RomanceLos padres de Aria se han divorciado. Su madre y uno de sus hermanos se van a vivir a Nueva York. Aria y sus 4 hermanos más pequeños se quedan en Rosewood con su padre, quien lleva demasiado mal el divorcio con su esposa y la madre de sus hijos. ¿Al...